El Coraje es tecnología, es familia, es confianza y es trabajo. El Coraje es “transparencia, objetividad y constante evolución” se leía en los carteles del galpón de ventas de la familia Bove Itzaina Hnos. que estaba lleno de carne, genética y futuro que se traduce en buenos toros, niños y grandes amigos. El Coraje celebró sus 10 primeros remates con uno que fue el broche de oro de los que pasaron y un mojón para los que vendrán.
La pista de El Coraje se llenó de carne y los toros se iban como agua. Martillazo tras martillazo, la puja no cesaba y, como estaba previsto, faltaron animales porque genética sobró. Se vendió el 100% de los animales, bajo la conducción de Aramburu Negocios Rurales y Juan Vera.
Los resultados hablan por sí solos: se vendieron 60 toros Brangus -60 toros- a un promedio de US$ 4.811, un máximo de US$10.080 y un mínimo de US$ 3.600. Las donantes fueron 15 y promediaron US$12.784 -el 50%, lograron un precio máximo de US$24.720 y el mínimo fue US$8.460. El precio máximo en los toros fue adquirido por Gabriel Apa, de Salto; y en las hembras compró Gerardo Alanis, para Estados Unidos.
“Lo primero que nos queda es responsabilidad y gratitud; impresionante la cantidad de manos y preofertas que había. Responsabilidad por los precios que se pagaron los toros, un disparate, así que hay que estar y estar. Gratitud, por el apoyo que tuvimos después del año pasado... Fue inesperado el precio de los machos, pero teníamos expectativa por la cantidad de preofertas (120) que hubo antes de arrancar”, dijo Pablo Bove, integrante del equipo de El Coraje tras las ventas.