Desde hace más de un siglo, los toros de Arrarte son un sello de calidad que se reconoce. Hasta el día de hoy, cuando el mercado valoró esta selección genética en la raza Hereford, pujando y comprando la totalidad de la oferta puesta en pista del local “Conventos” de la Agropecuaria de Cerro Largo, en poco más de una hora. Previo a las ventas el Ing. Agr. Ricardo Reilly Arrarte dijo sentirse conforme con la torada que presentaron en este año. “Cumple con el programa de selección genética que llevamos adelante desde hace muchos años, basados en dos pilares: funcionalidad y equilibrio”, porque agregó que “antes que cabañeros somos productores, los principales usuarios de esta genética y sabemos lo importante que es que los ganados cumplan con su función de manera eficaz y en eso trabajamos cada día”. Eso lo valoró el mercado en una jornada donde, quedó mucha gente sin comprar, en negocios conducidos por el escritorio Luis A. Bengochea Negocios Rurales.
Con suma agilidad, bajo el martillo de Ricardo Strauch, se dispersaron los 45 toros ofertados, haciendo un promedio de US$ 4.452, cifra 33% superior a la que hizo la cabaña hace un año atrás. Fueron 30 toros mochos PI: con máximo de US$ 5.400 por dos toros, adquiridos por San Esteban Agropecuaria y mínimo de US$ 3.360 (por un solo ejemplar) y promedio de US$ 4.546. También se vendieron los dos toros astados PI ofertados, a un promedio de US$ 4.140, con extremos en US$ 5.040 y 3.240. Y los 13 toros Puros por cruza a un valor medio de US$ 4.311, con máximo de US$ 4.920 y mínimo de US$ 3.840.
El trámite fue tan parejo y ágil, que promediando el remate, en el último tercio, se iban acabando los toros y valían igual y hasta más que en el arranque, por lo cual el Ing. Ricardo Reilly sostuvo que “quedó gente sin poder comprar incluso”. Obviamente que la conformidad fue total, tanto de los integrantes de La Alborada, como del escritorio Bengochea.
