A la gente de la frontera norte le gustan las fiestas. Y mucho más cuando hay motivos para celebrar. Tal el caso del remate de cabaña “Cambá Pytá”, en el cual Mariel Romero, Fernando Barrios y familia, no sólo festejaban un remate más, sino también el cumpleaños de su hijo Yaguarí, el día de San Francisco de Asis, patrono de los animales, y los 22 años de Zambrano en Artigas. Sumado a eso, menos de dos horas y media después del comienzo, también celebraron por un gran remate de sus Angus.
Previo a la venta, tanto Fernando Barrios, como Gerardo Zambrano, reconocieron lo que es el trabajo de Carlos Arocena en el departamento. “Su llegada transformó la forma de trabajar en la ganadería. La impronta que le puso a la forma de hacer negocios y tratar a los clientes, hizo que los negocios se transformaran en amistades”, aseguró Barrios. “Hace 22 años, me decían que Artigas quedaba lejos, pero al venir, me di cuenta que lo que queda lejos es Montevideo”, dijo el principal de la firma rematadora, que desde hace 16 años conduce las ventas de Cambá Pytá. Ahora, al frente de un gran equipo, Arocena inauguró un local nuevo, reflejo del crecimiento de la firma en el norte.
Con todos esos ingredientes, sumados a la presencia de muchos amigos y clientes en el local “Chiflero”, la fiesta fue con música y todo. Primero al ritmo de los constantes martillazos de Gerardo Zambrano adjudicando la totalidad de toros y vientres, tanto, que se fue acelerando el ritmo y las pujas sobre el final de la oferta, y luego con la contagiosa alegría de ritmo de Brasil, con dos conjuntos para celebrar.
La melodía del remate, traducidas las notas a números, sonó así: los 60 toros Angus vendidos a US$ 3.838 de promedio: fueron: 31 Red Angus PI: 6.000, 3.000 y 4.000, 24 Aberdeen Angus PI. 5.280, 2.880 y 3.750, 4 Red Angus SA: 3.600, 3.000 y 3.360 y 1 SA negro a 2.880. También se vendieron 31 vientres Angus: 3.840, 1.440 y 1.792.
Por eso, con motivos bien válidos, Mariel y Fernando, rodeados por sus seres queridos, especialmente Juan Ángel, Helena y Guzmán, los tres nietos que les hacen más felices aún, festejaron con ganas. Y lo merecen.