El asesor en proyectos de faena Kosher, Felipe Kleiman, quien recientemente visitó Israel, describió un panorama donde “la vida sigue con normalidad, aunque la sociedad está muy afectada por 15 meses de guerra. Hay una gran decepción con el gobierno, especialmente en relación con el regreso de los rehenes”.

En entrevista con Valor Agregado de radio Carve, Kleiman, también director de la consultora KLM, señaló que el consumo de carne se mantiene estable. “Lo que impresiona es la cantidad de carne uruguaya disponible en el mercado. Las ventas desde Uruguay han tenido un desempeño muy destacado”.

Tras realizar un relevamiento enfocado en la carne enfriada, destacó su alto valor agregado y los desafíos que implica. “La diferencia de precio es considerable y se observa una gran presencia de carne enfriada en el mercado”, comentó.

Kleiman subrayó el esfuerzo de los frigoríficos del Mercosur en este segmento. “Los precios son llamativos; algunos parecen extraordinarios. Hay cortes que en Sudamérica tienen muy poco valor, pero que en Israel se comercializan muy bien, y también ocurre a la inversa”.

En cuanto a los precios, detalló que un asado de calidad media ronda los US$ 25 el kilo, mientras que uno más común, de la parte contra el hueso del pecho, se acerca a US$ 20. El entrecot estándar se vende a US$ 44,50 por kilo, y una versión Kosher especial alcanza los US$ 53.

Respecto a la marucha uruguaya, los precios varían entre US$ 25 y US$ 33, según la certificación. El corazón de paleta se ubica en US$ 11 por kilo, un valor que “probablemente no cubra los costos”, advirtió.

En carne ovina, Kleiman mencionó que el cogote de cordero porcionado para olla cuesta US$ 23,60 por kilo, el brazuelo brasileño congelado está en US$ 13,87 y el osobuco local en US$ 20.

En cuanto a la importación de ganado en pie, Israel actualmente adquiere animales de Europa, pero hay interés en establecer vínculos con proveedores uruguayos. “También del lado de Uruguay se percibe mucha expectativa”, señaló.

Sin embargo, advirtió que una de las principales dificultades para concretar estos negocios radica en la disponibilidad de barcos para el traslado de animales desde Uruguay a Israel.