La reciente firma del presidente Donald Trump de una resolución que impone un arancel del 50% a todos los productos brasileños que ingresan a Estados Unidos, incluida la carne vacuna, generó una fuerte preocupación en el sector agroindustrial de Brasil. Gedeão Pereira, presidente de la Federación de Agricultura del Estado de Rio Grande do Sul (Farsul), calificó la medida como “muy grave” y advirtió sobre sus implicancias comerciales, económicas y políticas.
“El americano es el tercer mercado más importante para la carne brasileña, detrás de China y la Unión Europea. Este arancel nos golpea en un lugar clave”, expresó Pereira. En 2023, Brasil exportó unas 250.000 toneladas de carne vacuna a Estados Unidos, tanto dentro como fuera de cuota. Con esta decisión, ya no se hace distinción: todo producto ingresa con un 50% de tarifa.
Golpe a la competitividad
La decisión no solo afecta al sector cárnico. Según explicó Pereira, “la industria brasilera en su conjunto está preocupada, porque Estados Unidos es un gran cliente no solo para el agro, sino también para sectores estratégicos como el aeronáutico: el 42% de los aviones Embraer, por ejemplo, se exportan a EE.UU.”.
La carne vacuna, sin embargo, quedó entre los productos más castigados. Brasil tenía un 10% de participación en la cuota de terceros países (algo más de 60.000 toneladas) y vendía un 36,4% fuera de cuota. Ahora todo el volumen queda alcanzado por el nuevo arancel.
El impacto ya comenzó a sentirse en el mercado interno: el precio del novillo cayó entre un 10% y 15%. “El productor ya está sintiendo el golpe, y si la carne que no va a EE.UU. queda en el mercado interno, el precio baja más porque no hay poder adquisitivo para absorber el excedente”, explicó Pereira.
La medida podría, sin embargo, abrir oportunidades para otros países exportadores. “Uruguay y Argentina pueden ocupar parte del lugar que deja Brasil en Estados Unidos. Y quizás nosotros podamos ir a los mercados que ellos liberen”, analizó el dirigente. No obstante, matizó: “ni Uruguay ni Argentina tienen suficiente volumen para abastecer completamente ese mercado, y la redistribución será compleja”.
Uno de los destinos que se evalúan para redireccionar la carne es China. Pero Pereira advirtió sobre la inestabilidad de ese mercado: “China mueve el mundo. Cuando decidió proteger su industria carnicera, el precio del novillo se disparó. Ahora no sabemos cómo jugará”.
Una decisión con tinte político
Según Pereira, detrás del arancel hay una fuerte carga política. “Esta es una respuesta a la política exterior del gobierno de Lula, que ha tomado distancia de EE.UU. y se ha acercado a países como Irán y Rusia. También pesa la agenda de los BRICS y la propuesta de una moneda alternativa al dólar”, sostuvo.
“Trump está incómodo con Brasil. En su carta fue claro: esto es una represalia geopolítica. Pero el pueblo brasileño no piensa así. Nosotros creemos que Brasil tiene que tener un pie en China y otro en Estados Unidos. Siempre fuimos neutrales, no tenemos peso para meternos en esos conflictos”, sentenció.