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El gran desafío será valorizar la carne ovina en Estados Unidos

Compartimento ovino y protocolo Never Ever muestran ser el camino para diferenciación.

AP fotos - Uruguay Beef Exports - I - Meat packers organize lamb meat in a slaughterhouse on the outskirts of Montevideo, Thursday, Oct. 30, 2008. The head of Uruguay's meat packaging industry has blamed the world economic crisis for crippling beef exports, as Russia and the E.U. suspended shipments. (AP Photo/Matilde Campodonico) Uruguay Beef Exports - Montevideo - URY - Matilde Campodonico - MC LM**MEX**. FRIGORIFICO, CARNE OVINA, TRABAJADORES MOVIENDO RESES DE CODERO D:UsersdborrelliDesktop207334.JPG

Faena. Los animales del compartimento se procesan en condiciones especiales y el MGAP audita y da garantías del procedimiento.[/caption]

VENTAJA.

Nadie duda que el camino de la certificación es la salida para entrar en nichos de más alto valor, donde los consumidores están dispuestos a pagar mejor los cortes, porque les garantizan seguridad alimentaria. Y en ese sentido, el vicepresidente de San Jacinto asegura que Uruguay es el único país que puede garantizar el cumplimiento del protocolo Never Ever 3 en bovinos, primero porque Nueva Zelanda y Australia no tienen ni todos los animales con trazabilidad, ni tienen prohibidos desde hace 50 años el uso de hormonas, antibióticos y proteínas a base de origen animal en el engorde.

“Con Australia en la carne vacuna en Estados Unidos, a pesar de que estamos compitiendo con los vendedores más poderosos, tenemos un diferencial que nos pone a competir de igual a igual si no fuera que ellos tienen 300.000 toneladas de cuota contra 20.000 toneladas de Uruguay”, explicó Scayola. En el caso de los ovinos, sería certificar los mismos atributos que tiene la carne bovina exportada si se logra un protocolo Never Ever para la especie.

“Puedo aspirar a los precios de Australia, pero ellos tienen el nombre y tienen invadido el mercado y Uruguay es una opción más. Hay que demostrar que tenemos algo mejor y se debe verificar que esos animales estuvieron en el compartimento ovino, pero para eso se puede usar la trazabilidad. De todos los requisitos que se precisan para certificar el Never Ever casi no falta ninguno”, aseguró. Hay que aclarar que los corderos que ingresan al compartimento de alta bioseguridad cuentan con trazabilidad individual.

Según la visión de Scayola, “para el día después de la apertura de EE.UU. para el ovino con hueso, hay que ir por un diferencial para competir con Australia. Tenemos que seguir peleando tanto en el vacuno como en el ovino, vendiendo a Uruguay como el país que vende carne natural”.

OPORTUNIDAD. A su vez, el presidente del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), Alejandro Gambetta, consideró que lograr la aprobación de un protocolo Never Ever en Estados Unidos para el ovino, “es una gran oportunidad para Uruguay. Nunca vamos a vender mucho volumen y Uruguay debe vender calidad, certezas, inocuidad y por eso me parece que le da al comprador una mayor seguridad alimentaria. También permitiría insertarse en nichos de muy alto valor”.

Gambetta aseguró que Uruguay tiene tecnologías suficientemente validadas y aprobadas para hacer crecer el rubro ovino, aunque el abigeato, los predadores y el faltante de mano de obra especializada surgen hoy como las principales limitantes para el crecimiento del stock ovino.

“Hay mucha tecnología disponible para levantar la producción muy por encima de los niveles que hoy tenemos. El actual nivel de producción del ovino está muy por debajo del nivel genético que tiene Uruguay y las señales de buenos precios que muestran los mercados son importantes. Las perspectivas son buenas, trabajando sobre las limitantes se revertirá la caída de stock”, aseguró el presidente del SUL.

No es nuevo que en Uruguay los pequeños y medianos productores tienen al rubro ovino como una alternativa productiva interesante para vivir y para mantenerse radicados en el campo.

Hay muchos ejemplos de productores medianos y chicos que están teniendo resultados económicos muy buenos.

Gambetta aseguró que las limitantes antes citadas para el crecimiento del stock ovino uruguayo, “se ven más en productores grandes”, ya que en productores pequeños y medianos, “esos problemas empiezan a disminuir porque tienen más controlada la situación, están más encima de los animales y hacen un manejo más intensivo”.

A su vez, reconoció que hoy al ovino “hay que trabajarlo de forma distinta a la tradicional, porque los precios están justificando una mayor tecnificación”. Hoy los más tecnificados tienen mejores retornos.

Pablo Mestre
Pablo Mestre

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