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Pablo Mieres: “El sector debe ser relanzado hacia una nueva etapa”

Pablo Mieres será el candidato del Partido Independiente, en una fórmula que estará integrada con Mónica Bottero. Considera que “El agro no puede recibir más carga tributaria”.

 

Pablo Mieres
Nota a Pablo Mieres, Senador de la Republica por el Partido Independiente, en su despacho del anexo del Palacio Legislativo en Montevideo, ND 20181108, foto Leonardo Maine - Archivo El Pais
Leonardo Maine/Archivo El Pais

 

Pablo D. Mestre, [email protected]

1) ¿Qué papel va a jugar el sector agropecuario en el próximo periodo? ¿Cuáles son las políticas sectoriales que piensa impulsar?

El sector agropecuario juega un rol estratégico en la inserción internacional del Uruguay por sus ventajas comparativas. Es el sector con mayor poder multiplicador hacia el resto de la economía, tanto en producto como en empleo. Los impactos son hacia atrás demandando servicios e insumos y hacia adelante como productor de materias primas para nuestras agroindustrias.

El sector debe ser relanzado hacia una nueva etapa que consolide y proyecte la expansión lograda en las últimas décadas, con un enfoque de valor agregado.

Uno de los focos de las políticas agropecuarias debe ser la conservación de los recursos naturales, tanto en la generación de conocimientos por parte de las instituciones públicas como en el desarrollo de políticas públicas que fomenten la utilización de las mejores prácticas.

Dentro de los sectores con dificultades, el sector lácteo presenta posibilidades de expansión para el Uruguay y es una prioridad mantener su capital social. Todos los instrumentos que se puedan desplegar deben ser analizados.

2) ¿Es posible superar un déficit fiscal de más del 4% sin la necesidad de aumentar impuestos? ¿Asume el compromiso de no subir la carga tributaria al agro?

El sector agropecuario es de los que más sufre los desequilibrios macroeconómicos y la pérdida de competitividad por el atraso cambiario. Los productos agropecuarios deben competir a precios internacionales, pero pagan sus insumos y factores de producción a precios internos.

Cuando la inflación va más rápido que la devaluación de la moneda se genera una pérdida de rentabilidad que distorsiona todo el proceso de toma de decisiones, en particular sobre la inversión y la capacidad de producción del sector. Al final toda la producción termina siendo afectada.

El tipo de cambio real no es la única variable determinante de la competitividad, pero es la principal por ser el mecanismo de trasmisión de los precios relativos.

Es necesario implementar una política fiscal contractiva (reducción del gasto público) con medidas de austeridad que mejoren la eficiencia del gasto y una política tributaria que en principio no puede perder capacidad de recaudación. La combinación necesaria depende del resultado de un estudio profundo y transparente. Lo cierto es que el sector productivo no puede recibir más carga tributaria dado que uno de los principales canales de incremento en la recaudación tiene que ser la recuperación del crecimiento del sector agropecuario.

La política fiscal contractiva debe estar acompañada de una política monetaria menos contractiva (sin descuidar el objetivo de inflación) para corregir el desalineamiento de precios.

3) El Ministro Astori definió como “trilogía letal” a la sumatoria de: endeudamiento, déficit fiscal y atraso cambiario. ¿Cómo se evita esto?

El gobierno actual identificó el problema sin resolverlo porque aceptó sus restricciones políticas internas. Se requiere fuerza y voluntad política firme para controlar el déficit fiscal. Los efectos de la trilogía mencionada son bien conocidos: déficit, requerimiento de financiamiento, cierre del mecanismo monetario, capacidad de endeudamiento del país, ingreso de divisas, afluencia de dólares, y devaluación sistemática. Por eso el camino es la austeridad fiscal y reducción enérgica del gasto. También es importante superar nuestras limitaciones en la inserción internacional a las que referiremos más adelante.

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4) ¿Frente a lo que es el cambio de la matriz energética en Uruguay hay espacio para una reducción del precio de la energía eléctrica?

La energía eléctrica es cara en nuestro país, por la ineficiencia de las empresas energéticas, por la necesidad de recaudación fiscal a la que ya nos referimos y también, por el hecho de que el Uruguay fue reestructurando la oferta eléctrica, garantizando condiciones de rentabilidad al sector privado. Por lo tanto, es posible avanzar en la reducción de los costos energéticos abatiendo las ineficiencias y reduciendo el déficit fiscal. Es fundamental mandar señales de reducción tarifaria sin abandonar la estrategia de diversificación de la matriz energética.

5) ¿En su programa de gobierno se prevé una baja del costo de los combustibles? ¿Cree que importar, como lo plantean algunas gremiales, sería la solución?

El precio de los combustibles debe estar en línea con el precio de paridad de importación y es una medida crucial para la mejora de la competitividad del sector. Para ello, se puede habilitar la importación de combustibles. Esta medida podría tener efectos positivos sobre la eficiencia en la refinería y en la imprescindible transformación de ANCAP.

El problema de ANCAP está asociado a los muy altos costos corporativos relacionados a una diversificación de la producción fracasada en líneas de productos subsidiados que generan un drenaje permanente (cemento, etanol). En este aspecto es necesario encarar una reforma enérgica con un enfoque de largo plazo. Hay que tener en cuenta que la simple medida del arbitraje propuesta no resuelve el problema del costo doméstico del gasoil, debido a que los costos también están “aguas abajo”: impuestos, transporte, distribución, mercados mal regulados con rentas oligopólicas.

Se requiere implementar políticas de competencia con gran inteligencia técnica.

6) ¿Cuál es su postura sobre la exportación de ganado en pie?

La decisión de exportar ganado en pie es básicamente correcta y ha demostrado ser un elemento dinamizador de todo el sector. Toda medida que promueva o mejore la capacidad de competencia entre una base agropecuaria atomizada y la agroindustria doméstica, naturalmente más concentrada, será beneficiosa al reducir el poder oligopólico de compra, mejorando la libertad de comercio para los bienes agropecuarios.

La industria tiene problemas, pero la vía de resolverlos debe ir por el lado de decisiones macroeconómicas (impuestos, tarifas, solución a problemas sindicales, etc.) y no cerrando oportunidades a otra fase de la cadena.

7) ¿Qué posición tiene sobre los tratados internacionales de comercio que permiten abatir los aranceles que se pagan actualmente?

El acceso al mercado en productos agropecuarios es malo, consecuencia de una política comercial morosa en acciones y resultados. El nuevo impulso en las negociaciones UE-MERCOSUR, aunque puede ser bueno en muchas direcciones, no resuelve el problema de acceso a los mercados de nuestra oferta exportable agroalimentaria. La solución pasa por mejores precios, que aliviarían las tensiones de rentabilidad que padece hoy el sector. La crisis del sector lácteo se debe a una mala inserción internacional, y malas estrategias públicas y privadas. Hay que apuntar a mercados grandes y en expansión como Asia, pero también hay que desarrollar estrategias de inserción en países del Pacífico de América Latina.

Es fundamental alcanzar mejores acuerdos que los existentes y desarrollar los que todavía permanecen cerrados. Hay que flexibilizar el MERCOSUR y en caso de no poder, deberíamos pasar al Estatuto de Chile.

Lo avanzado con Corea y Japón en materia de certificación y habilitaciones de acceso no va a tener grandes efectos sin acuerdos comerciales preferenciales. Si los rivales exportadores entran en mejores condiciones arancelarias, quedamos fuera de los mercados o recibimos menores precios.

Pablo Mestre
Pablo Mestre

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