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El sol sale por el oriente

“China necesitará importar abultados volúmenes de carne vacuna”.

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Carne vacuna de Uruguay. Foto: El País.[/caption]

Seguramente tanto en cuanto a volumen como a valor medio de exportación a China, ya se haya tocado el piso durante el primer trimestre de este año y de ahora en más la maquinaria comience a moverse a un ritmo mayor y con precios medios que deberían dejar de bajar. Es que una vez superada la epidemia en ese país, las fuerzas que regían al mercado anteriormente comenzarán a salir a flote. Es claro que este año China va a crecer menos de lo que se preveía y, por lo tanto, va a demandar menos de lo que lo hubiera hecho si mantenía una tasa de aumento del PBI del orden de 6%. Pero más allá de eso, precisará importar abultados volúmenes de carne para cubrir el déficit provocado por la fiebre porcina africana. Ahora parece que nadie se acordara de este grave problema sobre la población de cerdos en China, el país con mayor producción y consumo de esta proteína en el mundo. Cuando el coronavirus quede atrás, se volverá a hablar.

Claro que todo esto tiene que ser tomado con la cautela obvia dentro del mar de incertidumbre en que se encuentra el mundo por la pandemia de coronavirus.

Ahora las renegociaciones son con Europa. El fuerte dolor de cabeza que implicaron las renegociaciones, cancelaciones de contratos, solicitud de atraso de embarques y contenedores en tránsito en puertos que no eran el destino final, quedó atrás en el caso de China, pero varios de esos problemas se están suscitando ahora con importadores europeos.

Están arribando a Europa volúmenes importantes de la cuota 481 que ingresará al continente a partir del 1º de abril. Solamente desde Uruguay salieron más de 3.100 toneladas para formar parte de este trimestre. Está claro que una cosa era Europa cuando se negociaron esas ventas y otra es ahora debido al fuerte impacto del coronavirus. Esto ha llevado a algunos importadores a proponer una renegociación de lo pactado o a retrasar los pagos. Otros, más serios, respetarán la palabra empeñada.

Guillermo Crampet

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