El rubro ovino ha sido históricamente un pilar fundamental del agro uruguayo. En los últimos años, sin embargo, se ha enfrentado a desafíos estructurales y coyunturales que han puesto a prueba su desarrollo y su presencia en el mercado, tanto en el sector lanero como en el cárnico. En entrevista con Valor Agregado Norte, Federico Larrosa, director de Cabaña San Carlos, compartió su visión sobre la situación actual del sector, las oportunidades que se presentan y las perspectivas a futuro.
"El momento del rubro para la carne es excelente. Hoy los valores, las entradas y la demanda están altísimos", señaló Larrosa, destacando que la coyuntura actual es favorable para la comercialización de carne ovina. Sin embargo, recordó que un año atrás la realidad era completamente distinta, lo que demuestra la volatilidad del sector.
En contraste, la situación de la lana es menos alentadora. "En el norte, las lanas gruesas han perdido valor y los productores se enfrentan a una realidad complicada. Solo las lanas finas mantienen su atractivo en el mercado", explicó.
Ante este panorama, algunos productores han optado por mantener majadas destinadas exclusivamente a la carne, complementando su actividad con el rubro vacuno.
Uno de los puntos destacados por Larrosa fue la importancia del ovino en los campos de basalto, donde el rubro sigue siendo esencial. "En años secos, cuando la situación se torna compleja para el ganado vacuno, el ovino sigue produciendo, sigue dando lana y señalando", afirmó, resaltando la resistencia y eficiencia del rubro en terrenos hostiles.
Si bien la competencia con la ganadería vacuna se ha vuelto más fuerte en algunas zonas, Larrosa señaló que muchos productores han optado por mantener un equilibrio entre ambos rubros. "Vemos que hay una estabilidad en la majada, con productores que se vuelcan a la carne ovina como complemento de su actividad ganadera principal", aseguró.
Con el reciente cambio de gobierno y la asunción del ministro Alfredo Fratti en el MGAP, surgen dudas sobre si el rubro ovino sigue siendo una prioridad en la agenda agropecuaria. Para Larrosa, sin embargo, la decisión de mantener o abandonar el rubro depende más de los productores que de las políticas gubernamentales. "Si el negocio es rentable, la gente lo mantiene. No se trata de presionar ni de motivar artificialmente, sino de dejar que cada productor decida según su realidad", opinó.
El papel de la industria frigorífica y la demanda de carne ovina
Uno de los grandes cambios recientes ha sido la reducción en la cantidad de frigoríficos operativos para carne ovina. Sin embargo, según Larrosa, esto no ha afectado la demanda. "Hoy la demanda es enorme, y todas las plantas que están operando están absorbiendo sin problema la oferta disponible", aseguró. No obstante, advirtió que los meses de noviembre y diciembre suelen ser más complicados y habrá que ver cómo se comporta el mercado en ese período.
En los últimos años, el stock ovino ha disminuido significativamente en Uruguay. No obstante, Larrosa señaló que su recuperación es totalmente viable si el negocio se torna rentable. "El ovino tiene una capacidad biológica impresionante. Si se maneja bien, se puede aumentar rápidamente la cantidad de animales", explicó. Además, enfatizó la importancia de mejorar la eficiencia productiva a través de una mejor señalada y el incremento del peso de los corderos para maximizar la rentabilidad.
La evolución del rubro ovino no solo depende de los precios de mercado, sino también de la adopción de tecnología y genética de punta. "Hoy hay herramientas validadas para mejorar la productividad, desde la selección genética hasta sistemas de manejo que optimizan la señalada y el peso final de los animales", afirmó Larrosa.
En su caso particular, Cabaña San Carlos ha apostado por la raza Border Leicester, una opción que ha ganado terreno en Uruguay en los últimos diez años. "Partimos de cero y hoy ya contamos con animales comparables a los de Nueva Zelanda y Australia, gracias a la inversión en genética y tecnología", destacó. Además, mencionó que cada vez hay más productores interesados en importar genética y mejorar la calidad de sus majadas.
A pesar de los desafíos actuales, Larrosa se mostró optimista sobre el futuro del rubro ovino en Uruguay. "La oveja siempre va a estar. Si hay demanda, el stock se puede recuperar rápidamente. Lo importante es optimizar los sistemas productivos y adaptarlos a las condiciones del mercado", concluyó.