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La maduración de la carne

El stock de terneros este año alcanzó casi 2.800.000 cabezas, según los datos que divulgó esta semana el MGAP. La cifra, está cerca del récord histórico y expresa el alto potencial de la ganadería vacuna uruguaya.

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Ing. Agr. Nicolás Lussich.

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Hay que considerar qué dados los altos volúmenes de exportación en pie, muchos terneros de la última parición se fueron en barco antes de junio (cuando se registra el stock) por lo que bien podemos estar ante una producción récord efectivamente.

El stock de vacas de cría también está en niveles récord, enhorabuena, pero la parición no sube solo por stock: también mejora la eficiencia reproductiva (ver gráfica) aunque todavía hay mucho por mejorar.

Esta alta producción de ganado joven implica un desafío para la cadena cárnica en los próximos años. Es alentador que siga expandiéndose el área de pasturas mejoradas, consecuencia -entre otras cosas- de la retracción de áreas agrícolas en zonas históricamente ganaderas. El sector ganadero está ante el desafío de responder y compensar la reducción de la agricultura después del boom de la producción de granos, que quito mucha área de alta producción a la ganadería.

Pero para que esta recomposición del sector ganadero sea exitosa y sostenible es clave que el país mejore su inserción comercial. Desde el punto de vista de la producción siempre puede haber mejoras, pero las tecnologías están y de hecho se ha mejorado siempre dentro de márgenes razonables esperables en una producción como la ganadera, donde pequeños pasos son grandes avances. Lo que se necesita son más y mejores mercados, reduciendo los casi US$ 200 millones que paga de aranceles el sector año a año.

Asimismo, el sector ha mostrado madurez para mantener los principios básicos de su funcionamiento apuntando a una productividad alta y un buen desempeño global de la cadena cárnica, más allá de los “chirridos” que pueden dar cada uno de sus eslabones. Mantener abierta la exportación en pie aún ante una demanda que por momentos se volvió abrumadora y le movió el piso a la industria frigorífica, es una buena señal, aunque no debería discutirse.

La devaluación de la moneda de Turquía, principal comprador, muestra que estos negocios difícilmente son de un día y para siempre y que lo importante es mantener los principios básicos de apertura comercial para el buen funcionamiento de la cadena.

Con este stock de terneros y con el aumento en las áreas mejoradas podemos decir que se abre un escenario interesante para la industria a mediano plazo, aunque el “hueco” de novillos que genero la exportación en pie se va a sentir de inmediato. Además, asoma la competencia regional en el horizonte, por la devaluación de las monedas vecinas. Por esto, si se quiere dar sostenibilidad al principal sector de la economía, mejorar la competitividad cambiaria es clave.

La ganadería uruguaya está expresando todo su potencial justo en momentos en que la economía atraviesa circunstancias difíciles. Una vez más la vaca nos puede sacar las castañas del fuego, pero hay que ayudarla.

Pablo Mestre
Pablo Mestre

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