El Mercosur y la Unión Europea se pusieron nuevamente de acuerdo en la propuesta de Tratado de Libre Comercio entre ambos bloques, el cual ya lleva un cuarto de siglo de negociaciones y para el que todavía queda mucho camino por recorrer para que finalmente se concrete. No faltó la foto entre la principal del bloque comunitario, Ursula von der Leyen, y los cuatro presidentes del Mercosur, reunidos en ocasión del cónclave del bloque regional a principios de mes en Montevideo. Por supuesto, se trata de algo positivo. Pero de la foto al hecho, habrá un gran trecho.
En el caso concreto de la carne vacuna, la mejora en las condiciones de acceso del Mercosur al bloque europeo va por dos carriles: la cuota adicional de 99 mil toneladas y la eliminación del arancel de 20% a la cuota Hilton. En el caso de la primera, será gradual durante cinco años hasta alcanzar el mencionado volumen, en tanto que la tasa arancelaria será de 7,5% desde que se implemente el acuerdo. Para la cuota Hilton, la reducción de la tasa a 0% ocurriría de forma inmediata.
En caso de concretarse algún día este acuerdo, la ventaja que implicará para Uruguay dependerá de la capacidad del país de negociar con sus socios regionales la cuotaparte que le corresponderá. Con toda seguridad Brasil y Argentina pretendan quedarse con una porción más grande del pastel, en tanto que Uruguay y Paraguay abogarán por que las proporciones sean lo más parecidas posibles para los cuatro países. En base a ello, la visión más optimista será alcanzar 25% de la cuota de 99 mil toneladas.
Algunas puntualizaciones respecto a esta cuota. Primero, una tasa de 7,5% en el contexto europeo es baja. Para ingresar fuera de cuota la tasa es de tres euros por kilo, más otros agregados, que la terminan llevando a un eje de 40%.
Segundo, son toneladas peso carcasa, por lo que para llegar al volumen efectivo se debe aplicar un coeficiente de conversión de 1,3. Se trata, por lo tanto, de algo menos de 70 mil toneladas peso embarque, que es como suelen informarse las cuotas.
Tercero, no se especifica un tipo de terminación específico de los animales cuya carne formará parte del cupo. La Hilton es de animales terminados a pasto, la 481 para terminados a grano. Esta cuota, por el momento sin nombre, puede ser con cualquiera de las dos terminaciones.
Cuarto, está especificado que 55% del volumen podrá ser de carne enfriada y el restante 45% congelada. La primera es la que logra los valores más altos.
Considerando la hipótesis de máxima, que Uruguay se quede con una cuarta parte de esas 99 mil toneladas serían casi 25 mil toneladas peso carcasa. Asumiendo un peso medio de las carcasas de 260 kilos, sería el equivalente a la carne de cerca de 100 mil animales, alrededor de 4% de la faena total promedio de los últimos años. No sería poca cosa. Es importante, igualmente, tener en cuenta que sería una hipótesis de máxima. Si a Uruguay le correspondiera 15% del cupo, sería la carne de menos de 60 mil animales.
En cuanto a las divisas generadas, teniendo en cuenta los valores medios en 2024 para la carne que Uruguay exportó enfriada y congelada a la UE, en la hipótesis de máxima serían unos US$ 170 millones. Claro que la ganancia real sería la diferencia entre este monto y lo que se generaría por la exportación dentro de otras opciones comerciales, unos US$ 30 millones.
A eso hay que agregarle la rebaja a 0% del arancel dentro de la cuota Hilton. Asumiendo nuevamente la hipótesis de máxima —que todo el beneficio de la reducción del arancel quede para el exportador— y considerando que el valor medio del rump & loin Hilton uruguayo el último año fue de US$/t 13.000, serían unos US$ 14-15 millones adicionales que quedarían para el sector por este beneficio.
En definitiva, en la exportación de carne vacuna a la UE podría tratarse, como máximo, de un ingreso adicional del entorno de los US$ 185 millones. Este año Uruguay exportará a la UE carne vacuna por algo más de US$ 350 millones, por lo que el crecimiento en las ventas a este boque tan protegido podría ser significativo, incluso con una cuotaparte más reducida en la distribución intra-Mercosur.
Pero en realidad lo que cuenta es la diferencia respecto a la situación actual, a cuánto más se vendería y cuántos los dólares adicionales. Considerando los valores de exportación de la carne enfriada y congelada de Uruguay en 2024, la diferencia sería en el entorno de los US$ 45 millones. Considerando una faena de 2,3 millones de cabezas y carcasas promedio de 263 kilos, son 7,4 centavos de dólar adicionales por kilo carcasa a distribuir en la cadena cárnica.
Para que esto se concrete, deberá primar la postura alemana por sobre la francesa en el continente europeo. No caben dudas de que deberá pasar bastante tiempo y mucha agua por debajo del puente para que efectivamente el TLC se firme y comience a generar beneficios para los sectores exportadores uruguayos, la carne entre tantos otros. Pero más allá de que se llegue finalmente a buen puerto, ahora el poder negociador de Uruguay deberá concentrarse en lograr la mejor distribución posible entre los países del Mercosur, posiblemente dando alguna otra moneda de cambio de algún otro producto que no sea tan emblemático y crucial para la economía uruguaya como la carne vacuna.