El mercado ganadero frenó la recuperación que esbozó en la semana anterior y principios de ésta, en la medida que aumentó la oferta por la falta de agua. Si bien no puede hablarse de una producción abundante y es difícil -y caro- preparar los ganados, la demanda se dio por cumplida con los negocios concretados y aflojó con los pedidos. Las lluvias de estas últimas horas serán claves para definir cómo sigue el mercado en los próximos días. Al momento, las referencias para el novillo gordo se plantean en torno a 3,40 U$S/kg, mientras las vaquillonas se mueven en torno a 3,25 U$S/kg y las vacas en 3,10 U$S/kg.
Salvando la circunstancia climática, los productores tienen expectativas de que el mercado internacional retome la dinámica luego de la fuerte caída de precios y volúmenes de exportación ocurrida en el segundo semestre del año pasado. Las nuevas proyecciones de demanda de carne por parte de China le han dado nuevo ánimo al sector, aunque hay que ver si se concretan y cómo se mueven los competidores.
GRANOS. Las referencias internacionales en Chicago tuvieron cierta corrección a la baja esta semana. El precio de la soja incorporó la buena situación de la producción en Brasil (el principal productor mundial) donde se confirma que la cosecha superará las 150 millones de hectáreas. Además, se espera que las lluvias en Argentina mejoren la situación de los cultivos, que están particularmente castigados.
En el plano local sigue firme el precio de los granos forrajeros, con el maíz más cerca de 320 que de 310 U$S/ton, puesto en Montevideo. La sequía que también afecta Argentina puede limitar la oferta de grano y forraje en general, importado desde ese país.
En el mercado internacional de productos lácteos, los precios en Nueva Zelanda se mantuvieron esta semana, según la subasta semanal del Global Dairy Trade. La leche en polvo entera se mantiene en el eje de los 3.200 U$S/ton, precio muy cercano al promedio histórico.
FINANZAS. El dólar sigue bajando en Uruguay, lo que refleja -al menos parcialmente- el buen inicio de la temporada y un mayor movimiento del comercio interno, que demanda más pesos. Si bien la caída del dólar se está dando también en la región (Brasil) y en el resto del mundo, el billete verde ya viene con un importante debilitamiento el año pasado, complicando la competitividad.
