La reformulación del acuerdo de venta de plantas frigorífcas entre Marfrig y Minerva ha reavivado el debate sobre la concentración de mercado en la industria cárnica uruguaya. En una nueva instancia ante la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia (COPRODEC), Minerva ha modificado su propuesta original, comprometiéndose a desprenderse de forma inmediata del frigorífico Colonia en favor del grupo indio Alana.
Para analizar las implicancias de esta estrategia, la profesora especializada en Derecho Comercial de la UDELAR y la Universidad Católica, Cristina Herdt, expuso su visión sobre el tema en una entrevista con el programa "Valor Agregado" de Radio Carve.
Según Herdt, el objetivo de Minerva y Marfrig es ofrecer a la COPRODEC un argumento sólido para lograr la autorización de la concentración bajo el amparo del artículo 9, literal B de la Ley de Defensa de la Competencia. Este artículo permite que la autorización sea otorgada si se cumplen determinadas condiciones, en este caso, la venta de una de las plantas adquiridas. Con esta modificación, el nuevo conglomerado conservaría aproximadamente un 30% del mercado, en lugar del 40% inicial que motivó la negativa anterior de la COPRODEC.
Uno de los aspectos clave en la evaluación de esta operación es el cálculo del porcentaje de participación de mercado. Herdt explicó que se considerará la capacidad de faena potencial y no solo la actividad efectiva de las plantas frigoríficas. La Ley 18.159 establece que una concentración económica se evalúa con base en su impacto inmediato o futuro sobre la competencia. Por tanto, la capacidad ociosa de las plantas será un factor determinante en el análisis.
El criterio de "ganancias de eficiencia" también jugará un papel fundamental en la decisión de la COPRODEC. Herdt señaló que Minerva deberá demostrar que la adquisición generará beneficios concretos en el mercado relevante, ya sea a través de mayor producción, mejor calidad de productos o precios más competitivos. La resolución anterior de la COPRODEC denegó la operación, argumentando que no se había probado que la concentración impulsaría una mayor producción y reducción de capacidad ociosa.
Otro punto de discusión es la posición dominante de Minerva en el mercado. Según la legislación uruguaya, la posición dominante no está prohibida per se, pero su abuso sí lo está. La COPRODEC deberá determinar si la nueva estructura propuesta permitirá que otras empresas compitan efectivamente o si, por el contrario, Minerva podrá fijar condiciones de mercado de manera unilateral.
En este contexto, también surge la interrogante sobre los vínculos accionariales de Alana, la empresa que adquiriría el frigorífico Colonia. Existen especulaciones sobre posibles lazos con el grupo saudí Salik, que posee participaciones en Minerva y en la empresa BRF, donde también tiene participación Marfrig. Si la COPRODEC determina que Minerva mantendría control indirecto sobre Colonia a través de estos vínculos, la operación podría ser nuevamente objetada.
Minerva enfrenta ahora el desafío de convencer a la COPRODEC de que su nueva propuesta respeta los principios de competencia y eficiencia. El desenlace de esta negociación será clave para el futuro del mercado cárnico uruguayo y sentará un precedente en la regulación de las concentraciones económicas en el país.