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Javier de Ezcurra: “Palermo es la catedral del Angus y marca lo que se debe producir”

Procedente de una familia vinculada a la raza desde hace más de un siglo, será el jurado Angus más joven de Expo Palermo. El aprendizaje de su padre, los recorridos por la raza y cómo ve el presente y futuro de la ganadería en una distendida charla

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Javier de Ezcurra haciendo lo que le gusta, clasificando ganado en pista. Foto: Daniel Sempe fotografia

Será el jurado Angus más joven de una Expo Palermo. Y llega tras haber recorrido todos los peldaños en Argentina: en 2018 juró la Expo Otoño de la raza, en 2019 la Nacional y salió segundo en la elección para jurar Palermo, lo mismo que un año mas tarde. En el 2020, Jeff Dameron avisó que no podía estar y fue designado para jurarla, pero por la pandemia no se realizó la Expo, al igual que en el 2021. Hasta que ahora, con 37 años, Javier de Ezcurra tendrá la responsabilidad de ordenar esa emblemática fila Angus de Palermo. “Estar en esa pista donde han pasado tantos monstruos y tenerlo a mi viejo en el lugar que está siempre mirando las juras, me emociona. Es un pequeño sueño que voy a cumplir tras varios años que estoy en esto”, confesó. La mención a su padre (Juan Ignacio de Ezcurra Sauce), no es casual. Es que, de chico lo acompañó siempre, aprendiendo y proyectando. Javi recuerda que entonces “recortaba figuritas de toros y vacas e iba en el asiento de atrás del auto haciendo juras imaginarias”. Y lo vio a su padre cuando, en el 80 y en el 90 fue jurado en este mismo Palermo que hoy le toca a él actuar.

Siempre estuvo detrás de las vacas. El origen de su familia como criadores de Angus se remota a más de un siglo, en la legendaria cabaña “Meridiano de Sauce”, una de las más tradicionales de la raza en Argentina. “El viejo me decía que se acordaba de memoria de unas 900 de las 1.000 vacas del plantel de Meridiano”, mencionó Javier. Luego, cuando él era chico, “me hacía pasar una por una todas las vacas de casa, que eran menos, serían unas 50 o 60, y yo las tenía que ver, cantar qué número era, sin mirarle la caravana y decirle el pedigree. Y si erraba en una, volvían a pasar de vuelta para atrás y seguíamos. Así con el tiempo me las conocía de memoria”, recuerda.

Hoy, años después, Javier valora “ese laburito que me hizo hacer de chico”, porque “me fue dando memoria para acordarme de los pedigree y fijarme la genealogía de las vacas y conocerlas fenotípicamente, también me ayudó a mamar de muy chico lo que es la “Clase Angus”.

-¿Cómo define a esa Clase Angus?

-Es difícil explicar cuál es esa vaca que la tiene. Lo aprendí de chico, lo mamé con el viejo, con mi hermano Juan y es lo que más me marcó de seguir un biotipo bien puro Angus, una hembra bien femenina y a lo largo del tiempo fui aggiornándome también a los tamaños, a los biotipos de cada tiempo. Esa Clase Angus, tiene que ser una hembra que en el golpe de vista me impacte. Con orejas bien apantalladas, el hocico un poco más corto. Hembra que destile fertilidad apenas se la ve. Lo mismo los machos, con una cabeza de toro que refleje el biotipo que hay que buscar, con diferentes tamaños y anchos. No debemos perderlo, porque Argentina se diferencia en eso, siempre hizo punta de lanza con el biotipo y la clase Angus y no tenemos que corrernos de eso. En definitiva: clase, carne, desplazamientos y acompañados de DEPs.

-¿Qué biotipo busca?

-Dentro de un tamaño moderado. El viejo siempre me dice que el Angus no debe irse a ninguno de los dos extremos, después, que el criador comercial elija para el campo que tiene, para su objetivo, para qué lado va. Pero en una jura hay que marcar ese tipo: con carne, con buena función de patas y de manos y a mi me gusta darles mucha importancia a los datos, a los DEPs.

-¿Cuánta importancia le da a los datos?

-Como me enseñó el viejo, cuando estás jurando, cuando estás eligiendo en una manga, o en un loteo para un remate, hay que resaltar las virtudes y no quedarte en los defectos. Los datos me van a ayudar a tomar una decisión, pero en pos de mejorar, no de castigar. Nuestro desafío es tratar de acercar esa pista tan emblemática cada vez más al campo, a la producción. Que los productores vean que esos toros, esas hembras se pueden reflejar en los sistemas pastoriles, en los campos duros de estos países.

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Una pasión por el Angus que se recibe y se transmite...

-¿La pista de show marca el potencial del rodeo comercial?

-No podemos extrapolar y sacar la preparación, pero debemos tratar que esa punta de la pirámide que son los animales que vemos en la pista, imaginarlos cómo se verían con varios kilos menos en una condición donde tengan que ser rústicos. Esa es también la distinción del Angus. Los animales tienen que caminar bien en una jura, porque luego sus hijos van a tener que caminar en campos duros y ser longevos. Tienen que tener costillas y carne para adaptarse también a esos campos duros. Y los DEPs, porque al animal que nos guste vamos a tener que encontrarlo con los datos más completos posibles para que eso se desparrame hacia abajo, que el productor comercial lo utilice. Y que esa pista tan emblemática de Palermo, sea una usina de generación de padres y madres para beneficio del productor comercial.

-¿Cuánto va a castigar los excesos?

-El exceso de grasa en la hembra atenta contra la fertilidad y en los machos le daré importancia a los desplazamientos. Incluso Palermo, a diferencia del Centenario (la Expo por los 100 años de Angus realizada hace un mes), es una de las exposiciones donde más animales de pedigree se venden, si no es en la que más se vende. Entoces, la responsabilidad es doble, porque no sólo estás seleccionando, sino hay que ser muy cuidadoso con lo que se diga en el micrófono, porque seguramente del otro lado habrá un comprador de ese toro.

-¿Cuánto incide el golpe de vista?

-Es mi principal virtud. De ejercitarlo mucho en las mangas, en los campos, de ver muchos animales buenos. Siempre me queda ese concepto de resaltar las virtudes. Trato de ser rápido para no dudar, para mostrar seguridad, y que la jura sea dinámica, agradable para todos. El 50% es el golpe de vista y el otro 50% es tener claros los conceptos a la hora de explicar.

Una gran parte de este honor de jurar Palermo se la debo a lo que me dejan hacer en Uruguay...”

-¿Cómo le resulta jurar animales que no están esquilados?

-Me toca trabajar mucho en Uruguay, le debo mucho al Angus uruguayo. Gran parte de esta responsabilidad que me dieron de jurar Angus en Palermo se lo debo al trabajo que me dejan hacer en Uruguay. La pelada al ras ayudó muchísimo a fijar de cómo está la raza hoy en hueso, en carne, limpiar ombligos, en clase, en peso. Se ha hecho un gran trabajo. Reconozco que es más complicado jurar con pelo. Pero jurar con pelo sin preparación, como es el reglamento de Palermo (no se permite el uso de pegamento, ni brillantina), con un animal con un trabajo de pelo importante, es más natural que antes. Me parece que es más difícil jurar con pelo. Pero es el estado natural de los animales por lo cual me gusta.

-¿Qué es jurar en Palermo?

-Palermo es la Catedral de la ganadería, del Angus. Esa pista tiene una magia infernal y más después de dos años que no se hace. Lo reflejan los casi 600 pre inscriptos, hay más de 400 confirmados y hoy con la situación de Argentina es un montón. El criador marca la importancia que le da a Expo Palermo. El productor sigue apostando a la genética, es un resguardo de valor muy importante de los pesos y sobre todo tras la pandemia, que trajo cosas malas, pero de las pocas buenas fue esta virtualidad con la cual la genética cobró un rol determinante y hoy se ve cómo se paga. Por eso es bueno que las exposiciones vuelvan a ese brillo de siempre.

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Una foto que “dice mucho”. Javier jurando en la Expo Otoño Angus de 2018 en Bolívar. Les pidió permiso a los organizadores para otorgar un campeonato junto con su padre y su hermano. “Los sorprendí y cuando entraron le dije al viejo que eligiera él a la campeona, pues estaba seguro que íbamos a coincidir. Fue y le dio a la que obviamente yo le hubiera dado…”.

Foto: Daniel Sempé

Pablo D. Mestre es editor de Rurales. Ingresó a EL PAÍS en el año 1981. Primero desempeñó tareas en el Departamento de Corrección y luego, desde el año 1992, pasó a integrar la Sección Rurales donde fue periodista, productor comercial y hoy se desempeña como Editor. Además, fue fundador y Director de La Vanguardia Melense, trisemanario que se publicó en el departamento de Cerro Largo durante una década. Es también socio director de Mesol Comunicaciones, empresa que lleva adelante, en sociedad con el diario, el Portal Rurales El País y diversas actividades en el sector agropecuario. Es también codirector del programa #HablemosdeAgro que se emite los domingos en Canal 10.
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