El Índice para los Precios de la Carne que elabora la FAO ha subido 2,1 puntos, lo que supone un 1,8% más, hasta alcanzar los 116,9 puntos, mostrando una tendencia a la estabilidad. Esta cifra aún es menor en un 1,8% a la de 2023.

El descenso de los precios internacionales de la carne de aves se vio casi compensado por subidas moderadas o ligeras de los precios de las carnes de ovino, porcino y bovino. La caída de los precios de la carne de ave se debió principalmente a la abundante oferta de algunos de los principales países productores.

Por el contrario, los precios de la carne ovina subieron considerablemente debido a la continua y elevada demanda de importación y a pesar de los abundantes suministros para la exportación, ya que los ganaderos empezaron a liquidar sus rebaños en respuesta a las condiciones inusualmente secas en algunas partes de Australia.

Mientras tanto, los precios internacionales de la carne de porcino aumentaron ligeramente debido al ritmo constante de las importaciones, apuntaladas además por unas ventas internas estacionalmente activas, especialmente en Norteamérica.

Los precios mundiales de la carne vacuna se mantuvieron estables en líneas generales, reflejando un equilibrio general entre la oferta y la demanda.