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La unión hizo la fuerza hace 40 años, y hay planes de seguir así...

El modelo cooperativo demostró ser una respuesta adecuada de los productores...

3ª Encuentro Nacional de CAF, Colonia 1988.jpg
CAF surgió como respuesta a la necesidad de las cooperativas agrarias de contar con una única expresión gremial que defendiera sus intereses, promoviera el desarrollo cooperativo como instrumento para el mejoramiento de la calidad de vida de pequeños y medianos productores y representara al cooperativismo agrario a nivel nacional e internacional.

Las Cooperativas Agrarias como entidades jurídicas formales surgen en Uruguay en 1941, a partir de la aprobación de la Ley 10.008. Sin embargo, el cooperativismo en el sector agrario tiene una historia muy anterior, que se remonta a las primeras décadas del siglo XX, con la aparición de las primeras Sociedades de Fomento Rural y los Sindicatos Agrícolas, organizaciones solidarias con un funcionamiento muy similar a las actuales cooperativas agrarias.

El modelo cooperativo demostró ser una respuesta adecuada de los productores agropecuarios para enfrentar la atomización productiva. De este modo, en las décadas siguientes surgieron una gran cantidad de nuevas cooperativas agrarias, diseminadas a todo lo largo del territorio nacional, como una alternativa empresarial solidaria para satisfacer las necesidades de comercialización, de aprovisionamiento de insumos, de almacenaje y de transferencia de tecnología.

CAF surgió como respuesta a la necesidad de las cooperativas agrarias de contar con una única expresión gremial que defendiera sus intereses, promoviera el desarrollo cooperativo como instrumento para el mejoramiento de la calidad de vida de pequeños y medianos productores y representara al cooperativismo agrario a nivel nacional e internacional.

Para saber un poco más sobre la historia y lo 40 años de CAF, Rurales El País se comunicó con Gastón Rico, quien fue gerente de las cooperativas durante casi tres décadas. “Tenemos que remontarnos a la década de 1980. Todavía vivíamos en dictadura. Las cooperativas tenían un gran dinamismo en el sector agropecuario. Todavía no se nos había ocurrido todo el proceso de fusión y de recomposición que hubo más tarde, pero habían muchas cooperativas. Yo creo que eso tiene que ver también con los temas de comunicación en ese momento, que eran cuestiones más difíciles que ahora”, señaló Rico en primer lugar.

Las cooperativas tenían un protagonismo muy importante que hoy, con la globalización y la intensa red de comunicación que tenemos, resulta difícil a veces pensar. “A raíz de todo ese dinamismo se habían constituido centrales de segundo grado, Central Lanera, Central de Carnes, Central Apícola... eso fue madurando el potencial porque lo que hacían las cooperativas, era algo único”, afirmó.

Hubo dos actores muy importantes: Central Lanera y el Centro Cooperativista Uruguayo. Estos organizaron en el año 1979, el Salto; y en 1981, el Pase, dos congresos de cooperativas agrarias para discutir temas comunes y también temas vinculados al sector y a su posición.

“En esas dos instancias, fue madurando la idea de que los productores que participaban, no solamente de las actividades productivas, sino también de las actividades comerciales y agroindustriales -estaba en toda la cadena de producción- fue surgiendo la idea de que tenían algo diferente que aportar desde ese punto de vista a las opiniones en el sector agropecuario. Y así se fue madurando una idea de formar una federación que los representara, pero gremialmente”, dijo. Eso maduró y en el Congreso de Mercedes quedó una mesa provisoria de cooperativas. “Creo que fueron muy importantes también todos los actores que señalé al principio, fueron también muy importantes los liderazgos personales que se fueron amalgamando y juntando todas sus opiniones. Estuvimos un año en este proceso de formación, que desembocó en un trabajo bastante importante en una asamblea en abril de 1984. Primero, CAF adoptó la forma de una cooperativa agraria de segundo grado. Después quedaron y fueron muchas más las cooperativas que se integraron”, señaló.

Esa etapa, recordó Rico, fue “muy fértil”, de ir amalgamando voluntades, opiniones y el liderazgo, en este caso, “fue muy importante para ir convenciendo porque no era fácil en el medio gremial, insertar y generar una nueva entidad gremial”.

No obstante, aclaró que “fue una tarea bastante quijotesca, generar esa nueva entidad regional. Prontamente, además, la federación fue madurando aspectos un poco distintos que los tradicionales, de la reivindicación gremial.

“Enseguida conseguimos generar un programa, por un lado de capacitación, vinculado a la gestión, para profesionalizar la gestión de las cooperativas, la gestión de los directivos, y por otro lado, también la generación de proyectos de acción de las cooperativas, de incursiones en un nuevo rubro, de incursiones en otras actividades industriales, que presentamos en el marco del primer gobierno democrático, que fueron muy interesantes y que demostraban esa idea de que había que generar un organismo de los propios actores que atendiera algunas especificidades que no son las mismas que los productores actuales. Y eso fue realmente interesante y demostró en seguida un mecanismo que creo que aportó al sector. Así empezó todo el camino en esa época”, cerró.

Es Licenciada en Comunicación, egresada de la Universidad ORT en 2017. Trabaja en Rurales El País, sección a la que ingresó en agosto de 2020. Antes fue periodista agropecuaria en El Observador y productora en el programa radial Valor Agregado, de radio Carve. Escribe artículos para la revista de la Asociación Rural y se desempeña como productora del programada #HablemosdeAgro, que se emite los domingos en Canal 10.

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