En el norte del país, la lucha contra la garrapata enfrenta un escenario cada vez más desafiante. Así lo advirtió la doctora Ana Crescionini, médica veterinaria e integrante del equipo de Almacén Rural, en una entrevista realizada en el programa Valor Agregado Norte, donde analizó la situación actual y remarcó la importancia de actuar de manera preventiva para evitar pérdidas económicas graves.
"Estamos en un año muy complicado", sostuvo Crescionini, quien alertó sobre el aumento de los casos de tristeza parasitaria, enfermedad transmitida por la garrapata, y sobre las dificultades crecientes para controlar la carga parasitaria en los campos. "En el norte tenemos zonas muy complicadas, donde además la resistencia a los principios activos es cada vez más evidente", agregó.
La especialista desmintió la creencia común de que el problema se termina con la llegada del frío. "Esperamos las heladas para que merme un poco, pero el problema no desaparece solo. Cada establecimiento es un mundo, y la estrategia debe adaptarse a cada situación", explicó.
El test de resistencia, una herramienta clave
Consultada sobre los tratamientos más efectivos, Crescionini remarcó la necesidad de realizar un test de resistencia en cada establecimiento para determinar qué moléculas son aún efectivas. "Hoy me parece fundamental acompañar al productor con asesoramiento técnico y un control integrado de garrapata. Un test de resistencia debería ser el primer paso para diseñar un plan de acción", aseguró.
En este sentido, destacó la importancia de cuidar el uso de Fluralaner, una molécula disponible en el mercado desde hace aproximadamente un año, que hasta el momento no presenta casos de resistencia. "Es lo único que tenemos hoy en día que sabemos que va a funcionar, pero debemos usarla correctamente para no perder esa herramienta", advirtió.
Monitoreo y asesoramiento técnico: pilares del control
La veterinaria insistió en que el monitoreo permanente y el registro en planillas de control son fundamentales para entender la evolución de la situación en cada campo y tomar decisiones a tiempo. "El asesoramiento técnico dentro del establecimiento es fundamental, sobre todo en este momento donde vemos que hay lugares donde ya no se está pudiendo controlar", enfatizó.
El riesgo de no actuar, dijo, es muy alto: "Puede implicar pérdidas invisibles como abortos, disminución de preñeces, baja de kilos, y un impacto directo en el bienestar animal. No controlar hoy puede significar una emergencia sanitaria mañana", advirtió Crescionini.
Finalmente, la especialista instó a los productores a no bajar la guardia en otoño e invierno. "La garrapata sigue activa, la resistencia aumenta, y las pérdidas económicas pueden ser muy severas si no actuamos. Hay que trabajar todo el año para no pagar un precio más alto después", concluyó.