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Leonel Aguirre: “Queremos mostrar cómo la genética puede volver más eficientes los sistemas ganaderos”

El ingeniero agrónomo Leonel Aguirre, asesor de la Central de Pruebas Kiyú, repasó los principales contenidos del curso de selección y mejoramiento en bovinos de carne y adelantó los ejes de la jornada técnica del 8 de agosto. Con foco en la eficiencia, destacó el rol clave de la genética, la genómica y el manejo en la construcción de sistemas ganaderos más productivos y sostenibles

Ing. Agr. Leonel Aguirre, asesor de la Central de Pruebas Kiyú.
Ing. Agr. Leonel Aguirre, asesor de la Central de Pruebas Kiyú.
Foto: Hub Media.

Con una mirada integral sobre la mejora genética, el Ing. Agr. Leonel "Yayo" Aguirre compartió su visión sobre los avances en selección animal, la incorporación de nuevas tecnologías y la necesidad de tomar decisiones basadas en datos. En diálogo con Rurales El País, repasó los objetivos y dinámicas del reciente curso organizado junto al Instituto Plan Agropecuario, destacó el aporte de la genómica como acelerador del progreso y detalló los temas centrales de la próxima jornada técnica que se realizará el 8 de agosto en Kiyú, donde se abordará cómo lograr sistemas más eficientes desde la producción de pasto hasta la conversión animal.

—¿Cuáles eran los objetivos principales del curso de selección y mejoramiento en bovinos de carne y cómo se definieron los contenidos?

—El curso se organizó junto al Instituto Plan Agropecuario y estuvo dirigido tanto a técnicos como a productores con interés en incorporar más tecnología. La idea fue ayudar a interpretar e implementar un programa de razonamiento genético. Desde INIA se abordó la parte más científica: cómo se calculan los EPD (Diferencias Esperadas en la Progenie) y cómo se manejan los datos objetivos. El Plan Agropecuario aportó la perspectiva del manejo a campo, sobre todo lo vinculado al manejo de toros y su impacto en la reproducción. INAC también participó, mostrando la evolución de las carcasas y cómo acompañar con genética las demandas actuales de la industria y los mercados.

También tuvimos una charla del Dr. Santiago Bordaberry sobre juzgamientos, que mostró cómo observar animales en pista. Y finalmente hicimos una instancia práctica en la Central de Pruebas Kiyú. Allí, en grupos, los participantes trabajaron con toros reales como si fuera un remate. Tenían que aplicar lo aprendido y justificar por qué elegían ciertos animales para distintos sistemas. Se armó una discusión muy rica. La gente se prende mucho con los animales en vivo.

—¿Qué destacarías del público que asistió?

—Fue muy variado. Hubo productores, técnicos y también presencia académica. Por ejemplo, Lucía Zerbino compartió resultados de su tesis sobre cómo el manejo en la etapa de recría puede afectar la capacidad reproductiva. Habló de cómo ciertas decisiones, como la suplementación, pueden influir en la funcionalidad futura de los toros. Fue muy valioso tener miradas tan diversas, y el interés se mantuvo hasta el último minuto.

—¿Qué se entiende por enfoque sistémico en ganadería sostenible?

—Es la mirada integral. Hace más de una década venimos trabajando en eficiencia, conversión alimenticia y reducción de emisiones de metano. Lo sistémico implica entender cómo todo impacta en todo: desde los modelos de simulación que hace INIA hasta los análisis predictivos que desarrollamos con ellos y con Kiyú. Por ejemplo, en la jornada técnica del 8 de agosto vamos a mostrar cómo los distintos componentes del sistema —pasturas, genética, manejo— pueden alinearse para lograr eficiencia. Se trata de producir más y mejor, con menos impacto y mayor sustentabilidad.

Ing. Agr. Leonel Aguirre, asesor de la Central de Pruebas Kiyú.
Ing. Agr. Leonel Aguirre, asesor de la Central de Pruebas Kiyú.
Foto: Hub Media.

—¿Qué lugar ocupa la morfología funcional como criterio de selección?

—Es clave. A veces nos enfocamos demasiado en la morfología visual, en lo que se ve a simple vista o en fotos. Pero lo funcional es más profundo. Hay cosas que no aparecen en un catálogo ni se reflejan con claridad en un perfil EPD, como la calidad de ubres o la resistencia estructural. Por eso hay que aprender a observar la descendencia, seguir los animales a lo largo del tiempo. Nosotros podemos dar herramientas para que los productores sean más críticos, pero al final son ellos quienes tienen que intensificar la presión de selección en su campo, con sus condiciones.

—¿Qué aporta concretamente la genómica a la mejora genética?

—Nos permite avanzar más rápido y con más precisión. En los sistemas tradicionales, hasta que un toro no tiene descendencia, su EPD es solo una predicción con baja confiabilidad. La genómica aumenta la certeza desde el inicio, porque se basa en miles de marcadores moleculares identificados en poblaciones entrenadas. En Kiyú, por ejemplo, tuvimos que evaluar mil animales genotipados para armar una base confiable, pero eso nos permitió hoy tener información predictiva sobre siete mil más. Gracias a esto, podemos tomar decisiones más tempranas, seleccionar mejor y multiplicar más rápido los genes deseados, incluso en un país chico como Uruguay, con recursos limitados.

—¿Cuáles son los criterios técnicos que tiene en cuenta un jurado en pista?

—Un jurado busca que el toro exprese todo su potencial. Son animales muy cuidados, bien alimentados desde pequeños, sin contratiempos. Se observa mucho la cobertura grasa, que da indicios de su capacidad de engrasamiento. También el desplazamiento: si un toro camina bien, es porque está bien hecho estructuralmente. Eso es clave para que pueda recorrer potreros, buscar agua y comida. Además, no hay que olvidar que esos animales son los grandes representantes de cada cabaña. Si no tienen buen desempeño, van a quedar rápidamente fuera del sistema. Por eso, un juzgamiento no es solo una competencia estética, es una evaluación de potencial genético real.

—Pasando a la jornada técnica del 8 de agosto, ¿cuáles son sus metas específicas?

—Queremos mostrar cómo hacer sistemas productivos más eficientes. Desde cómo producir y cosechar mejor el pasto, hasta qué genética usamos y cómo convertirla en carne de calidad. También se abordará el enfoque económico, porque todo termina en los números. La innovación está presente porque los avances tecnológicos son cada vez más rápidos. Ser eficientes es la base para seguir siendo competitivos. Será el viernes 8 de agosto en la central de pruebas de Kiyú, Ruta 1 km 61. Están todos invitados.

Jornada Hereford.

—¿Cómo se puede medir y mejorar la conversión en un sistema de cría o recría?

—Hay varios caminos. Desde el manejo de la categoría, la dieta, el ambiente. Pero en nuestro caso apostamos fuerte a la herramienta genética. Trabajamos con INIA desde hace más de una década para medir la eficiencia en animales con diferente nivel de requerimientos. Sabemos que hay animales que, con la misma alimentación, convierten mejor. Ese es un gen que queremos propagar. Y como el avance genético es acumulativo, cada mejora se mantiene y multiplica. También se ha trabajado en líneas de alta y baja eficiencia, incluso con conexión entre estaciones experimentales y la central de Kiyú.

—¿Cuál será el concepto central que vas a transmitir en tu presentación?

—La importancia de la genética como herramienta. En agricultura, ya no se habla de un maíz genérico: se elige el híbrido, la variedad, según el ambiente. En ganadería tenemos que dejar de trabajar con promedios. El potencial genético influye muchísimo: en la velocidad de crecimiento, en la conversión, en la terminación. Si acortamos los ciclos, como se está haciendo, la diferencia entre un animal de alto y bajo potencial se agranda. Hoy tenemos todo medido y queremos mostrar esas herramientas, ponerlas a disposición de los productores, abrir la portera para que pregunten, se informen y se animen a aplicar.

Licenciada en Comunicación por la Universidad ORT (2017) y máster en Dirección de Comunicación Corporativa (2024). Desde agosto de 2020 forma parte del equipo de Rurales El País. Actualmente colabora con la revista de la Asociación Rural y produce el programa #HablemosdeAgro, que se emite los domingos por Canal 10. Además, acompaña a empresas del sector agropecuario en el diseño y la implementación de sus estrategias de comunicación. Anteriormente trabajó como periodista agropecuaria en El Observador y fue productora del programa radial Valor Agregado, en radio Carve.
El programa pensado para jóvenes del sector agropecuario nuevamente fue un éxito, y colmó a pleno las expectativas que había en lo previo

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