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Brucelosis: “aumentar medidas de vigilancia y no flexibilizar”

Rodolfo Azaretto, presidente de la Sociedad de Medicina Veterinaria del Uruguay, afirmó que preocupan los escraches a veterinarios en redes sociales y la falta de recursos técnicos en el MGAP para hacer frente a las campañas sanitarias y para atender cualquier emergencia

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Rodolfo Azaretto, presidente de la Sociedad de Medicina Veterinaria del Uruguay,

Rodolfo Azaretto, presidente de la Sociedad de Medicina Veterinaria del Uruguay, afirmó que preocupan los escraches a veterinarios en redes sociales, acusándolos de mala praxis y explicó que “la profesión no tiene una actitud corporativa de defensa irrestricta de lo que hacen los veterinarios, esté bien o mal. Hay otros canales para denunciar y hay que usarlos”. Preocupa la falta de recursos técnicos en el MGAP para hacer frente a las campañas sanitarias y para atender cualquier emergencia. Es por eso que la institución realizó una serie de propuestas, que aún están en plena discusión, para involucrar el veterinario privado y sin ser un empleado público, contribuya a mejorar la sanidad del país.

-¿Cuáles han sido los logros más importantes de la profesión veterinaria en los últimos años?

-La inauguración de la Facultad de Veterinaria, luego de un proceso largo. Hoy tenemos una Facultad que es moderna, funcional, que cumple con todos los requisitos y es una de las mejores, sino la mejor de América Latina. El otro hito importante fue finalmente la concreción de la elección de autoridades del Colegio Veterinario. Ese es un desafío muy importante que tiene la profesión y que en 2023 se consolidará, porque si bien las autoridades ya fueron electas, se está en pleno armado y eso implica la administración, afiliación de miembros al Colegio, etc. Además se está en un proceso de aprobación del código de ética, que para Uruguay es un paso imprescindible e importantísimo, no sólo para los veterinarios, sino también para brindarle garantías a los usuarios.

-¿Qué postura tiene la Sociedad de Medicina Veterinaria del Uruguay frente a los “escraches” que se han venido a dando a algunos profesionales, acusándolos de malas prácticas?

-Si hay una sospecha de mala praxis de un veterinario el canal para hacer la denuncia es el Colegio Veterinario y puede hacerla ante el Instituto Nacional de Bienestar Animal (INBA). Nos está preocupando muchísimo el tema, porque por lo general, esos escraches en redes sociales se hacen sin conocimiento real de las decisiones que han tomado con respecto a la atención de un animal, sobre cuáles son los fundamentos técnicos que llevaron a esa visión y otros aspectos que son de interés, a los efectos de evaluar cuál fue la actuación del profesional. Se opina, se hacen juicios absolutos siempre, se pide la cabeza y se llega a amenazar al veterinario y familia.

-¿Cuál es la postura de la profesión?

-La profesión veterinaria no tiene una actitud corporativa de defensa irrestricta de lo que hacen los veterinarios, esté bien o esté mal. Para eso justamente creamos el Colegio Veterinario. Si tuviéramos una actitud corporativa no hubiéramos estado luchando durante muchísimos años para generar el Colegio, que entre sus funciones tiene juzgar la ética y la buena o mala praxis de los profesionales. Es un Colegio que tiene una fuerza legal importantísima, va a tener la posibilidad de sancionar a los veterinarios que puedan actuar mal en alguna circunstancia, cosa que hasta este momento no existía. Lo que sí entendemos que hay forma de canalizar las denuncias y las preocupaciones de mucha gente, que a veces son las adecuadas y otras no. Los escraches no son aceptables de ninguna forma porque se olvidan que detrás de ese veterinario hay una familia y hacer juicios livianos sobre la actuación no corresponde. Están los canales para las denuncias y hay que usarlos.

-Los daños de los perros con y sin dueño a la producción continúan, ¿qué opina de la Ley de Bienestar Animal?

-Es una buena Ley pero no hay fiscalización y no se cumple en su totalidad. Son muy pocas las cosas que se cumplen de esa legislación. El ataque de los perros a los animales de producción e incluso a las personas, es un problema complejo y que lleva a una situación muy preocupante. Hay cerca de 800 denuncias anuales de ataques de perros a animales de producción. A su vez, hay alrededor de 3.500 denuncias de ataques a personas en el medio urbano y algunos han sido muy graves, incluso terminaron con la muerte. Hay un problema de tenencia responsable. Todos debemos ser responsables de nuestras mascotas, no solamente del bienestar y la salud, sino también de los eventuales riesgos que nuestras mascotas pueden ocasionar a otras personas, propiedades o animales. Uruguay tiene una superpoblación de perros, hay todo un combo respecto a esta problemática. No hay soluciones mágicas.

-¿Y sobre el INBA?

-El INBA debe mejorar su estructura. Hoy prácticamente no tiene presencia en el territorio, porque tiene muy pocos funcionarios y no está presente en todos los departamentos. Hay que mejorar la presencia en el territorio y mientras tanto hay que convivir con situaciones que no son absolutamente deseables, que provocan muchos perjuicios, porque no hay soluciones milagrosas. La tenencia irresponsable de perros es un problema complejo que requiere de soluciones instrumentadas y no se podrá resolver el problema de un día para el otro. Hay que llamar a que todos sean responsables de lo que pasa. Los ataques a los animales de producción y personas deben ser los menos posible. Para eso hay que apelar a la responsabilidad de los tenedores de animales para que los controlen.

-La campaña contra brucelosis bovina generó muchas discusiones e incluso, a nivel del MGAP se está en plena redacción de una nueva Ley. ¿Qué espera la SMVU respecto a las modificaciones que se están analizando?

-Esta campaña está en una etapa muy sensible. El año pasado subieron casi 50% la cantidad de focos detectados. Esto no habla de un fracaso de la campaña, pero muestra que la enfermedad nos está mandando algunas luces amarillas que tenemos que atender, para que la situación en el corto y mediano plazo no se desmadre.

-¿Por qué considera que no fracasó?

-Porque estamos con porcentajes de prevalencia bajos, pero si hay un crecimiento preocupa. Ese aumento se dio porque la vigilancia epidemiológica, por distintos motivos, disminuyó. La principal herramienta de vigilancia es el sangrado de animales y la detección de positivos. En los hechos disminuyó significativamente la cantidad de sangrados y aún así se detectan más focos. Son situaciones a considerar.

-¿La profesión de libre ejercicio está de acuerdo con una flexibilización de la campaña contra brucelosis?

-No estamos de acuerdo con una flexibilización de las medidas de vigilancia. En eso estamos todos los veterinarios de acuerdo, por el contrario, entendemos que lo que debemos hacer es aumentar en estos momentos las medidas de vigilancia. Deberíamos aumentar las medidas de vigilancia dirigidas a lo que es ganadería de carne, porque la lechería está más avanzado el control, producto de que durante muchos años se realizó una vigilancia importante en el sector lechero. Eso permitió limpiar el rodeo lechero más eficientemente

-El MGAP viene enfrentando desde hace muchos años un pérdida importante de recursos humanos y los nuevos recursos no se forman de un día para otro. ¿Cómo analiza está problemática?

-La falta de veterinarios y personal técnico afecta a todas las campañas sanitarias. El MGAP está con una dotación que llega a puntos críticos, porque si bien el Poder Ejecutivo determinó en 2021 dejar por fuera al MGAP aquel mecanismo donde sólo se llenaba una cada tres vacantes en la administración central, aún así el ingreso es insuficiente. En los hechos no han ingresado todavía los veterinarios porque los procesos de selección son largos. No hay personal suficiente como para reestablecer la dotación de funcionarios de un año hacia atrás y la gente se sigue jubilando. Eso limita mucho la operativa del MGAP en muchos aspectos y también las campañas sanitarias que son áreas estratégicas para Uruguay, que es reconocido internacionalmente por lo que es, por la calidad de los productos y dentro de esa calidad, se incluyen las garantías en cuanto a inocuidad. Hay que curarse en salud y generar la forma de que la dotación del MGAP se recomponga y que haya capacidad operativa para atender, no solo las situaciones normales, sino las emergencias que puedan darse.

-La SMVU hizo algunas propuestas que se están analizando ¿cuáles fueron?

-Son coyunturales y no son la solución definitiva, pero pueden contribuir a una solución. La idea de establecer un sistema de acreditación de veterinarios de ejercicio libre para algunas tareas puntuales, como el sangrado en frigorífico para la detección de brucelosis. Un veterinario acreditado podrá se contratado por el MGAP para tareas puntuales sin establecer un vinculo permanente. Otra propuesta es estudiar la figura del veterinario reservista, en el sentido de que pueda haber veterinarios que trabajan en el libre ejercicio, pero que tengan la capacitación similar a la del veterinario oficial, puedan ser llamados ante una emergencia para cumplir con tareas oficiales sin que eso significa un vínculo permanente con el Estado. Propusimos la figura del veterinario responsable de establecimiento que es otro instrumento más complejo, pero que establecería un responsable de la sanidad del establecimiento agropecuario y que sea el locutor entre el productor y las autoridades. Sería responsable de que se cumplan las campañas sanitarias.

Detrás de cada alimento hay un veterinario

-Hay un cierto desconocimiento de la labor del veterinario, ¿comparte esta visión?

-La profesión tiene una diversidad muy grande de actividades. Mucha gente visualiza al veterinario como el que atiende las mascotas o el que trabaja en un establecimiento ganadero, pero la profesión abarca muchas tareas vinculadas con la salud de las personas.

Los veterinarios tienen mucho para aportar a la salud pública, en lo que es seguridad alimentaria. Cuando un consumidor pone un churrasco en la mesa, en todo el proceso desde que nace el ternero que da lugar a ese pedazo de carne, hasta que llega a la góndola del supermercado o la carnicería, interviene un veterinario para brindarle todas las garantías de sanidad e inocuidad a los consumidores.

-¿Por qué es importante el concepto una sola salud?

-Hay que recordar que más del 70% de las enfermedades emergentes, las nuevas enfermedades, son de origen zoonótico. En esa lista no sólo está el Covid-19, está la gripe aviar, la gripe porcina, el ébola, Sida y la viruela del mono, entre muchas otras.

-La Comisión de zoonosis tiene cambio de autoridades y está con algunos problemas financieros, ¿cómo se ve dicha institución?

-Sabemos que hay un cambio de autoridades y vemos con expectativa este cambio. La Comisión de Zoonosis tiene un rol importante que jugar en el esquema sanitario nacional. La SMVU tiene su delegado en la comisión y seguiremos trabajando con la esperanza de revitalizarla. Hay importantes problemas financieros que no son de ahora, vienen de tiempo atrás. Desde la SMVU hicimos algún aporte, en tratar de solucionar ese tema y en la última Rendición de Cuentas se votó una modificación a lo que era la patente de perros. Se pasa a cobrar una tasa sobre los alimentos balanceados que consumen las mascotas. No fue en forma textual como se aprobó, pero fue una propuesta que le llevamos al Presidente y fue bien recibida y que apunta a atender el financiamiento. Este cambio es positivo, hay que esperar cómo se instrumenta.

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