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Diego Oribe: “Buscaré balance y equilibrio, que es la base de la raza Angus”

Entrevista al jurado de Angus en la Expo Rural Prado 2025

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Dr. Diego Oribe Bertolotti

El Dr. Diego Oribe Bertolotti será el jurado de la raza Angus en la Expo Rural Prado 2025. Perteneciente de la cuarta generación de una familia que trabaja y vive de la ganadería desde hace prácticamente un siglo en la zona de Rincón de Ramírez, departamento de Treinta y Tres y ahora también en Cerro Largo. Son criadores de Angus desde el año 1960, siendo su padre, Víctor, uno de los primeros criadores de la raza del departamento de Treinta y Tres.

Es uno de los directores de cabaña “Las Morochas” y confesó que la designación la toma como “un gran honor” y “con mucha responsabilidad”. Aseguró que “es un lujo tener la oportunidad de jurar Angus en la pista del Prado”. También el Dr. Oribe valoró mucho que haya sido por votación de los propios expositores, “estoy muy agradecido por su confianza. Me ha movilizado bastante recordando todo el proceso desde que comencé, también tengo muy presente a mi familia, somos la cuarta generación de la familia en la ganadería, criadores de Angus desde 1960, por lo que en ese sentido también lo siento especial”.

En la tarea lo acompañará el Lic. Raúl María Irazábal Goyeneche, “con quién ya compartimos las pistas de las Expo Florida 2023 y Durazno 2024 y me siento cómodo trabajando con él, tiene experiencia y sus opiniones son criteriosas y valiosas”, aseguró.

Lo que sigue es un resumen de una conversación mantenida con el Dr. Diego Oribe de cara a lo que será su actividad en la pista de Angus de la Expo Rural Prado 2025.

-¿Cómo vas a encarar la tarea de ordenar las filas de Angus en la Rural Prado?

-Con foco y concentración, bajo los mismos criterios de selección que me manejo en el campo. Siempre tengo presente el concepto de balance y equilibrio, es un concepto en el que creo mucho, por lo que busco animales funcionales, que sean correctos y prolijos de estructura como punto de partida, con buena capacidad corporal, todo en balance con una muy buena conformación carnicera, un engrasamiento justo y bien distribuido, con un buen sello racial y expresión, acorde a la edad y al sexo de cada animal.

-¿Qué debe tener un Angus ideal?

-El balance y equilibrio entre todas las características evaluadas, son los que me generan una imagen del Angus ideal. La corrección de estructura y funcionalidad son siempre el punto de partida; lo más importante desde el punto de vista económico es que el animal pueda cumplir la función para la que está, de preñar en los toros y, de preñarse, parir y criar un ternero en las hembras. Después de eso, seguimos con los otros atributos, que sea un animal carnicero, con la grasa justa, con buena capacidad corporal. El cuidado del estándar de la raza lo veo muy importante como forma de preservar las características originales del Angus.

-Los jurados estadounidenses hablan mucho del golpe de ojo al entrar a la pista, ¿qué opinión tenés?

-Es muy importante y, te diría que es casi inevitable, porque se da naturalmente cuando entran los animales a la pista, te ayuda a ganar tiempo en una primera impresión de la serie. Pero sí creo que ya no es tan “claro” como antes, porque hoy la mayoría de las series son muy parejas, terminas definiendo el orden por detalles, que te hacen observar y ponderar muy bien todo antes de tomar una decisión. Es necesario confirmar bien ese primer golpe de ojo, más allá de que muchas veces efectivamente se confirme.

-¿Jurar en el Prado es como clasificar ganado en el campo?

-En cuanto a los criterios de selección fenotípica, para mí son los mismos que uso para clasificar en el campo. El contexto de ser una exposición sí cambia algunas cosas, son animales con otra preparación, hay poco tiempo para tomar decisiones, hay que manejar muy bien la concentración en tantas horas de jura, todo eso sí es distinto y genera un desafío más bien personal, pero en cuanto a los criterios de selección, no cambian.

-¿Vas a castigar a los animales con exceso de preparación?

-Entiendo que los animales deben ir bien preparados para mostrar todo su potencial, trato en ese sentido de poner el foco en sus atributos más allá de su preparación. De todas maneras, no soy partidario de los excesos en general, y en este tema también, más que nada por lo que puede comprometer la vida reproductiva y funcional del animal. El exceso de preparación es responsabilidad del cabañero, no del animal, por lo que soy cauto al ponderar esta variable, salvo cuando se traduce en excesos importantes de grasa o, que le genere problemas de funcionalidad, o de otro tipo.

-¿Cuánta importancia le das a los datos objetivos para determinar los fallos?

-Los datos objetivos son muy importantes para trabajar en mejoramiento genético; ahora bien, en las juras entiendo que deben ser manejados con cautela. Digo esto, porque si bien la selección fenotípica es subjetiva al criterio del jurado, seguramente estaremos de acuerdo en la mayoría de los criterios, como corrección de aplomos, conformación carnicera, entre otros. En el caso de los datos objetivos, esa subjetividad de criterio es mayor o más variable. Eso hace que la ponderación de cada característica sea más dependiente de cada caso concreto donde se vaya a aplicar, un mismo dato puede ser bueno o no tanto, dependiendo sobre la población que estamos trabajando, su ambiente y sistema. Aclarado esto, los miro a los datos objetivos, si el que sale primero tiene a mi criterio buenos datos mejor, pero con la cautela que te mencioné anteriormente.

-¿Qué número no perdonarías, por más que sea el más funcional de los animales?

-Más que un número en particular, como concepto general entiendo que los datos objetivos deberían ser mejoradores, balanceados y equilibrados en sus distintas características, tratando de evitar los extremos. Después el número particular que uno elige, depende mucho de la población sobre la que se está trabajando, qué características se buscan mejorar, todo eso sincronizado con el fenotipo. Podemos tener un dato muy bueno en peso a los 18 meses, pero cuando observamos al animal, puede ser que esa velocidad de crecimiento tenga más que ver con tamaño que con musculatura, entonces el dato siempre debe ir sincronizado con la observación del animal.

-¿La pista del Prado debe marcar lo que se debe criar en el campo, o las necesidades del campo inducen a lo que se debe buscar en la pista de calificación?

-Las necesidades del campo y de la cadena cárnica, deberían estar reflejadas en la pista del Prado. Creo que Angus ha sido muy cuidadoso en achicar lo más posible la distancia entre las exposiciones y la producción, habiendo tomado medidas muy concretas al respecto, por ejemplo la esquila al ras. Está claro que son animales sometidos a un ambiente distinto, pero en cuanto a los criterios de selección, creo que en general hay conciencia de las cabañas sobre este tema. Después como todo, son 260 animales que participan y habrán líneas más cercanas que otras a lo que se precisa en el campo y en la cadena, hay ejemplos varios. Hay mucho trabajo, inversión y dedicación para poder llegar a la pista del Prado, por lo que es clave que se mantenga lo más cerca posible de las necesidades del campo y de la cadena, para que sea sostenible en el tiempo y agregue valor.

-¿Qué tipo de ganado Angus se busca hoy en Uruguay?

-Angus del Uruguay tiene sello propio, tiene su impronta, que se basa a mi criterio en tener un gran balance, entre funcionalidad, potencia carnicera, cuidado del estándar de la raza y, el respaldo de los datos Objetivos. Hay varios ejemplos de predios donde hay buenos porcentajes de preñez, con un ganado funcional, que a su vez cuando entra en fase de recría a campo o corral, muestra un gran desempeño en eficiencia de conversión, ganancia diaria, terminando con una res bien carnicera en el gancho. Es decir, un Angus que puede cumplir su función en los distintos eslabones de la cadena de forma eficiente y rentable, para mí ese es el Angus que se busca en el Uruguay.

-¿Cómo ves al sector ganadero del país en general?

-Lo veo bien, más allá del contexto favorable actual. Me gusta estar informado, pero no me detengo mucho a analizar las coyunturas, somos tomadores de precio y de clima, habiéndonos mostrado la realidad que es muy difícil predecir al mercado. Hemos vivido de todo en los últimos 5 años, una pandemia, gripe porcina, decisiones políticas cambiantes, por lo que pongo el foco en lo que depende más de nosotros. Hay varios indicadores que nos marcan que vamos evolucionando bien, quizás un poco lento, pero de repente es al ritmo que deja el margen de inversión de las empresas, no lo sé. La preñez ha mejorado, la recría también, ha bajado la edad de faena, cada vez hay más marcas asociadas a calidad de carne. Queda mucho por mejorar, en sanidad (brucelosis, garrapata), tema aranceles, índices de procreo, etc. Me parece fundamental aprovechar estas coyunturas para invertir en los sistemas, darles un salto de calidad. Hay margen para mejorar indicadores que de solo moverlos un poco, serían de gran impacto para las empresas y el país, y eso depende de nosotros, de ir mejorando como productores y como personas, que es el punto de partida de todas las decisiones. Las coyunturas van y vienen, creo que hay que poner el foco fuertemente en lo que depende de nosotros.

-¿Qué esperas pueda pasar en la próxima zafra de reproductores?

-Espero una zafra con buena demanda por los reproductores, más que nada por el momento que está viviendo la cría, con una zafra de terneros que fue muy buena y que sin dudas motiva. Por otro lado, la inversión en genética tiene un retorno económico cada vez más tangible. Todos precisamos de la buena genética, los criadores, los recriadores, los feedloteros para ser eficientes en sus costos, los industriales para respaldar sus marcas de calidad. Se trata de una necesidad de la cadena en su conjunto, ya no solo para mejorar la productividad interna del predio. Todos los eslabones de la cadena están midiendo y evaluando cada vez más los ganados, están dispuestos a pagar un poco más, si los animales rinden. Hoy la inversión en genética es más una necesidad, que una opción. Respecto a los valores de los reproductores, todo indicaría que se deberían valorizar algo, incluso por el propio costo de oportunidad de los toros a faena, que ha subido, pero el mercado es el que definirá.

-¿Qué opinas sobre la exportación de ganado en pie?

-Estoy de acuerdo con la exportación de ganado en pie, porque de prohibirse, el criador estaría indirectamente subsidiando al resto de la cadena, algo que no sería justo. Sí te reconozco que preferiría que todos esos animales se terminaran faenando en el Uruguay, tengo una visión de cadena y quiero que a todos los eslabones le vaya bien. Pero eso, se tendría que dar de forma genuina, sin afectar a un sector. Quizás el camino sea el de producir más terneros (hay margen) y, estar más alineados como cadena, que de alguna manera eso generará que haya espacio para todos los negocios. Hay mucho camino por recorrer en ir hacia una cadena más alineada, creo que vamos hacia ahí, principalmente en lo que se refiere a calidad de carne, temas como el marbling deberían estar más instalados en nuestra ganadería. Cuánto más sofisticada, alineada y profesional, sea nuestra cadena cárnica, más oportunidades habrá para todos de captar valor.

-¿Te molesta que los Frigoríficos tengan feedlots propios ?

-Sinceramente no conozco los fundamentos de quiénes proponen la medida de la que se está hablando, en lo personal no me molesta, en la práctica parecen convivir bien los corrales de la industria con los privados. Habría que pensar bien, la industria tiene la parte final de la cadena, donde mantener a un cliente o una línea de negocios, hace también sostener al corral cuando las condiciones no son tan favorables para éste, hay muchos aspectos a considerar. No soy muy afín a las prohibiciones, creo más en mantener los equilibrios cuando se pretenden romper por una posición dominante, para esto hay organismos de control, después las estrategias deberían ser siempre traccionadas desde la demanda y no por regulaciones. Pero te repito, no conozco los fundamentos, es un tema para estudiarlo muy bien.

Pablo D. Mestre es editor de Rurales. Ingresó a EL PAÍS en el año 1981. Primero desempeñó tareas en el Departamento de Corrección y luego, desde el año 1992, pasó a integrar la Sección Rurales donde fue periodista, productor comercial y hoy se desempeña como Editor. Además, fue fundador y Director de La Vanguardia Melense, trisemanario que se publicó en el departamento de Cerro Largo durante una década. Es también socio director de Mesol Comunicaciones, empresa que lleva adelante, en sociedad con el diario, el Portal Rurales El País y diversas actividades en el sector agropecuario. Es también codirector del programa #HablemosdeAgro que se emite los domingos en Canal 10.

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