En su segundo y último discurso en el palco de la Expo Prado, el presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), Gonzalo Valdés Requena, siguiendo los principios que establecen los estatutos de la ARU, veló por los intereses de los trabajadores del medio rural y rindió cuentas frente a los socios y ante los productores en general. Aseguró que no presentaron quejas, sino aportes “que tienen como finalidad el bienestar de la población toda, buscando la mejora en la gestión de los recursos estatales que, en definitiva, son aportados con sus impuestos por cada uno de los habitantes de la República, sean rurales o no”.
De está forma, el presidente de la ARU dividió su discurso en unos cinco temas. Comenzó hablando de la acción gremial, luego pasó por el poder ejecutivo y el gobierno, también comentó la situación del sector agropecuario y, finalmente, habló de la recaudación. En todos ellos, hubo críticas y reconocimientos, reclamos y agradecimientos. Aseguró que, por el bien del país, “no podemos perder más tiempo, ni oportunidades” y que “el tiempo es ahora”.
Una de las frases más rimbombantes de su discurso fue que “no todo el sistema político pareciera estar dispuesto a asumir la responsabilidad del ahora. Piensan más en los costos político-electorales de sus decisiones, que en las consecuencias de no hacer lo debido”.
Acción gremial. En primer lugar, Valdés sostuvo que la ARU promovió explícitamente un ajuste de los salarios por el adelanto de los correctivos previstos para 2023, así como también se sugirió un adelanto del aumento de sueldos antes de lo previsto por la ronda de Consejos de Salarios de 2021. A propósito, recordó que desde 2011 a la fecha, los salarios rurales han aumentado 59% más respecto a los salarios públicos y al índice medio nacional. “Nadie tiene el derecho a exigir lo que no hace porteras adentro”, aseguró.
El presidente de la ARU dedicó unos minutos de su discurso para hablar de un tema que, durante los dos últimos años, fue centro de preocupación del Poder Ejecutivo, de todas las gremiales nacionales y regionales y especialmente de los productores: la erradicación de la bichera, que si bien recientemente se cerró, recordó, se generaron fuertes diferencias con las gremiales de Campo Unido y con el propio Ministerio.
Una vez aprobada la reglamentación correspondiente, el programa será financiado por aportes exclusivos de los productores, pero sin generar nuevas tasas y confiando en una mejor gestión de los aportes existentes. “Una vez más, la ARU se plantó firme en lo que creyó justo para los productores. Trabajando y dialogando para que sus aportes, que tanto cuesta realizar, fueran bien gestionados”, dijo.
Acción gremial. Valdés mencionó que en 2021, unos US$ 133 millones fueron recaudados únicamente en concepto de tasas y contribuciones del agronegocio. Esto es una suma equivalente a los aranceles que Uruguay paga por las exportaciones totales a China. En ese sentido, sostuvo que “es mucho el dinero” que el agronegocio aporta al Estado uruguayo en tasas y contribuciones específicos.
Mencionó que el proyecto de ley de Rendición de Cuentas remitido por el Poder Ejecutivo “ha sido gravemente modificado” por la Cámara de Diputados, estableciendo reasignaciones de recursos con afectaciones específicas. Estas modificaciones debilitan al Instituto Nacional de Colonización, derivando recursos a la Universidad de la República. Lo mismo sucede con los recursos del LATU, creando un impuesto a las exportaciones no tradicionales.
Se entiende que los subsidios cruzados, como el del transporte de pasajeros, deben provenir de rentas generales y no deben cargarse sobre la producción, afectando la competitividad de todo el país en una clara violación de las normas tributarias. Además, dijo que atenta directamente en la competividad de la cadena cárnica, sin perjuicio de reducir a la vez los ingresos del Estado: “no es equivalente a una detracción; son dos detracciones, dos retenciones a las exportaciones”, aseguró enfáticamente.
Valdés expresó que “es un camino que no queremos, ni debemos recorrer, por el bien de Uruguay” y que confían en que el Senado revise el artículo.
También mencionó que se oponen categóricamente a la iniciativa de la intendencia de Paysandú de cobrar un “precio” por el uso de la caminería rural. Así como también se exigió una buena gestión en el Instituto Nacional de Bienestar Animal y dejar de lado la burocracia que implica pagar un impuesto con la compra de guías, que luego se le reintegra al productor vía certificado de crédito.
De esta forma, el titular de la ARU explicó que hay cada vez más regulaciones, más instituciones y más recursos y que el camino no es seguir imprimiendo regulaciones, porque “entorpecen el trabajo y el desarrollo”. En ese sentido, pidió “hacer las cosas útiles, pero simples a la vez”.
“El sistema político en su conjunto tiene la oportunidad de cambiar y de mejorar su forma de gestionar los recursos de los contribuyentes, tal como deben hacer los buenos gobernantes. El tiempo es ahora”, aseguró.
Poder Ejecutivo. Sobre este tema, Valdés reconoció que se realizan esfuerzos importantes atendiendo la ruralidad por parte del gobierno, asegurando que la mejora en la gestión de recursos humanos y económicos “es una obsesión” del equipo económico encabezado por Presidencia de la República, el Ministerio de Economía y Finanzas y la Oficina de Planeamiento y Presupuesto.
No obstante, recordó que la pandemia y la campaña por un referéndum, que quitó tiempo y energía, quedaron atrás. Por eso, advirtió que al gobierno le quedan 30 meses: “No son tiempos de iniciar una campaña electoral mirando al 2024”.
Más allá de las diferencias, aseguró que son tiempos de apostar a la unidad y el diálogo, por lo que rechazó enfáticamente los insultos, agresiones y amenazas contra el Presidente de la República, el Presidente del Codicen y el Ministro del Interior ocurridos estas últimas semanas. “Estamos convencidos de que ese no es el camino”, indicó.
Manifestó que es “imperioso” concretar la reforma de la Seguridad Social, que vuelva al sistema previsional sostenible en el tiempo, así como también consideró “impostergable” la transformación de la educación, porque “de ella depende el futuro del Uruguay”. “Necesitamos avanzar hacia una profunda reforma del Estado, que garantice un Estado eficiente y austero, con funcionarios estrictamente necesarios y capacitados técnicamente para ocupar los cargos que ejerzan”, expresó.
Explicó que se debe lograr un Estado ágil, profesionalizado, digitalizado al 100% de expedientes y trámites, buscando la eficiencia de la gestión pública, logrando la ejecución de sus programas y procesos de contratación,
“No todo el sistema político pareciera estar dispuesto a asumir la responsabilidad del ahora. Piensan más en los costos político-electorales de sus decisiones, que en las consecuencias de no hacer lo debido”, lamentó.
Situación del agro. El sector agropecuario atravesó durante el último año un muy buen momento referido a precios y volúmenes exportados. Como ya se ha dicho, el agro fue y es el motor que empuja al país en la recuperación de la economía post pandemia. Sin embargo, reconoció que el negocio agropecuario -negocio a cielo abierto- asume riesgos incontrolables como son los precios internacionales y el clima. Por eso, instó a ver la película completa y no en la foto del momento. “Mucho se habla de que hoy no hay un viento de cola. Se dice que hay un huracán de cola. Quienes lo dicen se equivocan”, señaló.
El presidente de la ARU también advirtió que el tipo de cambio “sigue comprometiendo la actividad”: “tenemos voluntad de producir más y mejor. Uruguay necesita ser un país competitivo”, expresó.
Recaudación. Valdés Requena hizo énfasis en que “el mundo no nos espera” sino que “nos exige”. Así, sostuvo que la recaudación bruta a julio de 2022 ha sido la mayor de la historia y que “no podemos repetir lo ocurrido a partir del 2006”.
Este gobierno, dijo, se destacó por la gestión durante la emergencia sanitaria: creó el Fondo COVID y así pudo rendir cuentas de lo realizado, sin confundir los costos estructurales. Dio soluciones a la población más vulnerable y a quienes perdieron su trabajo. Por eso, se pretende que los recursos sean gestionados de igual forma de aquí en más, no solo en el gobierno central, sino también en las intendencias, “dando prioridad a la gestión y no a costos políticos electorales”.
Manifestó que el camino elegido por Uruguay es de inserción en el comercio mundial y, para ello, se deben seguir criterios tarifarios acordes y no aplicando detracciones a las exportaciones. “Debemos contar con el apoyo de quienes toman las decisiones. Por el bien del país, no podemos perder más tiempo, ni oportunidades. El tiempo es ahora”, cerró.