—¿La situación de paros en la industria frigorífica ha afectado a las carnicerías?
—Sí, es una situación que nos tiene muy preocupados esto, porque a nosotros nos afecta principalmente los fines de semana, porque falta el asado, que es algo fundamental los sábados y domingos para una carnicería, y además se avecinan las fiestas tradicionales, donde se demanda mucho asado, y si las plantas no pueden acopiar ahora, va a escasear el asado en las fiestas. Es un mal momento para esta situación de paros.
—Además, no se importa un volumen considerable de asado...
—Claro, es un corte que es casi de todo de acá, prácticamente no se importa nada, carne brasilera va a haber por supuesto, pero el tema son los cortes que precisamos para las fiestas tradicionales. Esperemos que esto se arregle lo antes posible.
—¿Cómo está el consumo y qué se percibe para las fiestas tradicionales?
—Por ahora venimos con una temporada normal de consumo, no hemos tenido mayores problemas, y no creo que los haya en otro corte que no sea el asado. En corderos hay buena oferta hasta ahora, en lechones la oferta es muy poca, y el precio es muy alto, quizás sea un renglón donde estemos en déficit, a no ser que aparezca más oferta la semana que viene.
—En estas festividades, ¿cómo es la demanda del consumidor uruguayo?
—Hay realidades distintas, para Navidad se consume mucho elaborado, que es lo que hacemos las carnicerías tradicionales, pollo relleno, pamplonas, colitas de cuadril rellenas, todo eso se vende muchísimo para esa fiesta.
—¿Y para fin de año?
—Cambia totalmente el consumo y se dedican al asado, la gente quiere algo más liviano para comer, porque vienen de mucha fiesta, y también está el tema del bolsillo que juega, entonces el 31 se termina vendiendo muchísimo asado.
—En el caso del cordero que muestra un precio sensiblemente más alto que el año pasado, ¿cómo viene jugando eso?
—Indudablemente que juega en contra, durante el año tuvimos un precio bueno y competitivo, y se había vendido, pero últimamente comenzó a subir, eso nos complica, porque baja la venta. Ya vimos en los datos de Inac, que el consumo del cordero venía en suba, y terminó quedando igual que el año anterior, cuando teníamos otras expectativas.
—¿Qué balance se hace del 2024 para las carnicerías tradicionales?
—Fue estable y se mantiene dentro de los mismos niveles del año pasado, aumentó un poco el consumo per cápita, pero no es tan notorio eso en las carnicerías, puede ser que haya cambiado un poco la matriz, se vende un poco más de cerdo y pollo, y algo menos de carne vacuna.
—¿Qué reflexión merece ese cambio en el origen de la proteína?
—Es algo que trae la globalización, tenemos que acercanos a lo que es el consumo en el mundo, porque en cualquier otro país el consumo de carne vacuna no es el que tenemos nosotros, y también hay un problema de precio, el valor del cerdo ha bajado notoriamente desde que permitieron la importación, y el pollo se ha mantenido, pero cuando habiliten la libre importación, el precio bajará y se consumirá más pollo.
—¿Qué resultados han visto en las promociones que se realizan desde la gremial?
—Nos han dado muchísimo resultado, más que nada a los carniceros chicos, porque por si solos no pueden hacer promociones, pero con la Unión todos juntos, conseguimos buenos y competitivos precios, para disputar el mercado con las grandes superficies, donde ellos hoy tienen el 52% del mercado y nosotros el 48%.
—El dólar viene subiendo ¿cómo impacta eso?
—Estamos un poco preocupados por esa suba, porque el precio de la carne se está disparando, y eso puede perjudicar al consumo en el mercado indudablemente.