
Los Criollos ya recorrieron 370 kilómetros en tierras “porongueras”, pero lo más duro aún no pasó. En la semana que comienza hoy aún resta correr la etapa de la “lima sorda”, que será el día martes, donde deberán hacer 10 leguas (50 kilómetros) a 22 minutos la legua, llevando la exigencia al máximo de esos pingos tan nobles.
Esta edición lleva el nombre de Carlos Máspoli, criador de la zona de Flores y participante activo de diferentes comisiones de la Sociedad de Criadores de Caballos Criollos del Uruguay, quien dijo sentirse emocionado y agradecido por el reconocimiento, “es un gran orgullo y voy a estar eternamente agradecido a la SCCCU y a la agremiación de criadores de Caballos Criollos de Flores por este homenaje”, aseguró.
La Marcha es mucho más que años de selección y caballos rústicos, hay otras cosas en juego que hacen al ambiente tan característico y particular que disfrutan “los marcheros”. Comparten fogones y madrugadas, se ayudan en una ensillada y acompañan una verdeada en la banquina, además de la prueba conviven cientos de historias en marcha.
Pasión.
Estancia “Santa Amelia”, con más de 170 años de trayectoria en la cría de Criollos fue la cuna que vio nacer y crecer a Magdalena Masello, quien este año “volvió a las pistas”. “Mi familia (por parte de padre y de madre) cría hace muchos años. Por parte de madre (Estancia Santa Amelia), soy la 6ta generación que tiene el gusto de disfrutar esta raza” confesó Magdalena.
Su retorno a la Marcha, luego de haber corrido en 2014, fue de manera especial ya que después de casi 8 años viviendo en EEUU volvió a disfrutar de la competencia. Fue gracias a Juan Francisco que la convenció de venir a correr con “Coqueta La Flechilla”, yegua de cabaña “La Plata”, de Belloso. “Él me dijo que me quería hacer volver a las canchas y lo logró” bromeó Magdalena.
La Plata surge hace 10 años aproximadamente cuando Belloso abre un escritorio rural junto con Castells. “Ahí compré mi primera yegua de resistencia” recordó Juan Francisco. Hoy, están ambos disfrutando de esta pasión compartida porque además de pasar tiempo juntos, troteando y viendo caballos aprovechan esta instancia de convivir con “gente amiga” que se ve una vez por año.
Una historia de amor en Marcha que además comparte la pasión por los Criollos y por esta prueba que ha crecido en el último tiempo y ha dado lugar a nuevos jinetes y cabañas a participar. “Para mí la Marcha es la oportunidad del caballo Criollo de demostrar su nobleza pero, sobre todo, es la oportunidad del jinete de demostrarle a sus pingos el profundo respeto y admiración que ellos se merecen” definió Magdalena.

Tradición.
Es la tercera generación de la familia Ferber-Barú que corre la Marcha y esta vez es Manuela Ferber la protagonista con “Bomba La Flechilla”. “Siempre tuve el sueño de correr una Marcha y aunque es difícil dejar todo por quince días no me arrepiento de nada, porque sé que es una experiencia que me va a quedar para siempre” confesó Manuela, que está por primera vez la competencia, aunque ya tiene experiencia como jinete en Marchitas y Enduros.
Cabaña “La Flechilla” cumple 50 años desde su fundación y ha participado en Marchas desde 1979 cuando corrió Gabriel Barú por primera vez. Luego siguió participando Ignacio Ferber y ahora llegó el turno de las nuevas generaciones. Como suelen decir por ahí “la sangre no es agua” y Manuela está en medio de los criollos desde su nacimiento, viendo marchas, escuchando relinchos y teniendo los caballos como protagonistas de sus días.
Profesionalización.
“En relación al reglamento y la prueba en sí no ha habido cambios significativos más allá de ajustes de tiempos y de kilos, pero donde sí se nota un cambio tremendo es en la preparación de las yeguas y el profesionalismo de los jinetes” destacó Máspoli. Muchos de esos jinetes son mujeres que se animan a participar de forma activa y disfrutar de la prueba. “Cada vez somos más mujeres y ojalá sea siempre un ejemplo para todas las que tengan ganas de probar, es increíble la ayuda que se recibe de los corredores y la atención de todos por si necesitas ayuda” destacó Manuela Ferber.

Definición.
Al día de hoy hay 72 ejemplares aún en carrera, con algunos retiros voluntarios previos por lesiones. Mañana será el día de descanso, igual que la tarde del miércoles. Y luego empieza la carrera de cada binomio. El jueves comienzan las etapas libres donde los participantes podrán descontar tiempos y empezar así a pelear los lugares del podio de cada categoría.
Una semana de prueba, un poco más de la mitad de kilómetros por recorrer y las heladas anunciadas, y anheladas. Sí, los jinetes tendrán que echar mano a los ponchos patrios pero los Criollos estarán agradecidos con la baja de temperaturas para que su rendimiento sea aún mejor. Se palpitan las etapas de las definiciones, las emociones están pidiendo puerta y vaya si será que “sigue dando Criollos el tiempo”.