
Muzio Marella, gerente agrícola de Saman, dialogó con Valor Agrícola sobre los resultados del taller de evaluación de la zafra de arroz en INIA Treinta y Tres y la temporada productiva, que estuvo marcada por lluvias excesivas que afectaron la siembra y la cosecha en distintas zonas del país. Marella dijo que hubo pérdidas importantes en la última etapa de la cosecha debido a eventos climáticos adversos, pero a pesar de todo, el año comercial de Samán fue positivo con buenos precios y ventas. Se espera un incremento en la siembra para el próximo año, pero se deberá trabajar en reparar la infraestructura dañada por el exceso de lluvias, explicó Marella.
Marella dijo que la zafra de arroz estuvo dividida en dos etapas clave: la etapa de siembra y el inicio de riego. La siembra, según dijo Marella estuvo bastante en fecha y en buenas condiciones. “Después en noviembre tuvimos precipitaciones muy por encima de lo normal y eso afectó a la zona norte y este. En el norte los daños fueron mayores porque no solo afectó lo que es la implantación de los cultivos, sino que afectó la estructura de riego de las chacras, las taipas, los canales y la conducción del agua”, expresó.
En las zonas centro y norte las lluvias provocaron un retraso de riego y una ineficiencia en el armado de las chacras. “Esto generó bajas en el potencial productivo”, dijo Marella, y agregó “en la zona este todas esas lluvias de noviembre y el exceso hídrico obligó a que el riego comience tarde y por fuera de la fecha óptima”.
El riego en verano transcurrió con normalidad. “En la primera etapa de cosecha, los primeros 15 o 20 días de marzo fueron muy buenos y empezamos a sacar rendimientos muy buenos también. Los primeros cierres de chacras dieron grandes resultados”, contó Marella. Luego de este buen inicio, sobre fin de marzo llegaron las lluvias y empezó a manifestarse todo el año Niño, con “pérdidas importantes en los cultivos, desgranes, atraso en la cosecha que nos hizo perder mucho grano y dejar mucho arroz en las chacras en esa etapa”, indicó Marella.
El final de la cosecha tuvo muchas complicaciones: caminería en mal estado, logística complicada y la infraestructura muy afectada por todos los eventos de lluvia. “La Laguna Merín también nos afectó, porque la creciente estuvo cercana a los 6 metros”, dijo el gerente agrícola de Saman.
“En Saman sufrimos una baja en rendimientos bien importante sobre el final de la cosecha, aunque terminamos en 179 bolsas por hectárea, un rendimiento más que aceptable. Pero en ese promedio se esconde todo lo que fue el primer tercio de la cosecha con resultados muy buenos y el último 10% de la cosecha con un resultado magro”, explicó Marella.
Ventas. Desde lo comercial fue un año muy bueno en precios. Se lleva una evolución de ventas muy buena y “esperamos llegar al 30 de junio con ventas avanzadas y un precio provisorio que entiendo va a ser muy bueno también, para lo que es el histórico del precio convenio”, destacó Marella.
“Las operativas spot reflejan ese año comercial. Tuvimos dos quincenas con US$ 17 la bolsa, dos quincenas con US$ 16 y otra quincena con US$ 17,50”, señaló Marella.
Los productores que estaban más preparados y armaron mejor los planes de siembras con algunos materiales de ciclo corto y pudieron cosechar temprano, salieron con más ventaja, dijo Marella, y agregó que hay que tener en cuenta eso para el año que viene. “No hay que concentrar tanta área en ciclos largos, para así poder aprovechar la cosecha en el mes de marzo. Nosotros entendemos que el plan de siembra de los productores tiene que contemplar las variedades desde el punto de vista del potencial productivo, pero necesariamente hay que tener en cuenta que el primero de marzo hay que estar cosechando y tenemos que tener variedades prontas”, señaló Marella.
El gerente agrícola de Saman dijo que los costos de la cosecha se están pagando ahora y advirtió que también “los vamos a pagar la próxima primavera cuando vayamos a sembrar, porque la infraestructura quedó muy deteriorada. Es un tema bien importante que tenemos que ir encarando ya en lo posible, para adelantarnos todo lo que podamos a corregir esos problemas que quedaron de esta cosecha lluviosa”, sostuvo.
Sobre las expectativas para la próxima siembra, Marella contó que hay disponibilidad de agua total en todas las represas de los productores remitentes de Saman. “Vamos a aumentar casi 10.000 hectáreas el área de siembra: con 76.000 hectáreas de intención de siembra en Saman”, dijo. Marella agregó que el desafío para la próxima siembra es grande y están con atrasos en la preparación, pero desde Saman ya están trabajando de cara a esa nueva siembra, preparándose lo mejor posible. “Esperamos que el clima nos acompañe para preparar esas chacras que vienen dañadas de infraestructura y los rastrojos bien dañados y podamos concretar este plan de siembra”, cerró Marella.
Extraído de: Valor Agrícola Uruguay