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Las sojas del norte jugadas a las lluvias

Rendimientos de cultivos de soja ya se afectaron.

Un poroto de soja en un cultivo en Primavera do Leste, Brasil
Un poroto de soja en un cultivo en Primavera do Leste, Brasil, feb 7, 2013. El fenómeno climático La Niña se presentaría como una versión debilitada durante el verano en Sudamérica, lo que reduciría los riesgos de pérdidas en las cosechas de soja y maíz por el clima seco que acompaña al evento en la región, dijeron expertos. REUTERS/Paulo Whitaker
© Paulo Whitaker / Reuters

Poroto de soja. Reuters.

Pablo Antúnez

Hay cultivos de soja que todavía se pueden salvar, incluso en el norte del país, que es donde están mejor, porque recibieron mayor volumen de lluvias en la etapa de desarrollo.

La soja entró en el período crítico y precisan lluvia urgente. El gerente comercial de Copagran, filial Paysandú, Luis Simean, dijo a El País que no se sabe cuánto se perdió de potencial de rendimiento, pero contó que “hay chacras con sojas de segunda que están con poca planta y esas chacras van a sentir más el faltante de agua”.

El área destinada a la oleaginosa en Paysandú, en el caso de esta cooperativa, abarca una superficie de entre 8.000 y 10.000 hectáreas.

En el caso de las sojas de primera, que son cultivos que están más avanzados y con plantas que ya tienen la chaucha formada y en pleno llenado de grano, esas plantas tienen mayor profundidad radicular. En este caso, Simean entiende que esos cultivos “se pueden defender mejor y pueden esperar unos días más el agua”.

El técnico sanducero estimó que hasta el momento, se puede haber perdido entre 15% y 20% de potencial de rendimiento, pero todavía es difícil determinarlo con certeza.

“En el norte del país las chacras de soja están más lindas que en el sur, pero es cierto que perdimos potencial de rendimiento”, aunque también es bueno recordar que se partió de niveles de rendimientos “por encima de los 2.500 kilos por hectárea. Los cultivos estaban lindos, bien desarrollados y con potencial alto de chauchas”, explicó Simeán.

A diferencia de lo que sucede en los departamentos del sur del país, en Paysandú se ve un porcentaje menor de cultivos de la oleaginosa que se hayan destinado a la alimentación animal. En las zonas más afectadas por la sequía, algunos cultivos están marchitos y en otros casos, se picaron y ensilaron antes de perderlos.

Simean recordó que los productores esperan ansiosos las lluvias anunciadas para este próximo fin de semana y “el estado de ánimo incide al momento de pensar en las áreas de cultivo de invierno. Hay gente consultando por planes de cebada y la colza sigue creciendo año tras año. Todo depende de que llueva y que eso mejore el ánimo de los productores para poder cerrar el capítulo de cultivos de verano y comenzar con el de cultivos de invierno”.

Guillermo Crampet
Las lluvias demoraron los trabajos, tanto en trilla de verano como en siembra de invierno

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