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¿Hasta cuándo durará esta suba?

Los precios de los granos se dispararon y la firmeza se mantiene

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Fimix Agrofinanzas

Y llegó el día: el informe trimestral de inventarios del USDA sorprendió a todos y, lo que parecía que nunca ocurriría, finalmente sucedió. La soja en la bolsa de Chicago llegó (y superó) los 1.000 centavos de dólar por bushel (USD/ton 367) , escalando bastante por encima de ese valor. 

Al cierre del viernes 9, las posiciones equivalentes del disponible en EEUU (noviembre ‘20 y enero ‘21) valen 391 y julio ’21 alcanza USD/ton 384, en Chicago. Los precios en Uruguay cotizan a USD/ton 370, para cerrar negocios anticipadamente (Forward) de la zafra nueva 20/21. Por la soja disponible ya se ofrece precios que superan cómodamente los USD/ton 410, reflejando la situación de escasez, local y regional, además de las preocupaciones por una época de siembra seca, sobre todo en Brasil.

Contexto aparte, estos precios se alcanzaron durante los días de octubre de receso laboral en China, cuando se suponen que estarán ausentes del mercado.

El gigante de Asia volvió al mercado hace tiempo y su demanda es sostenida y firme. Así lo reflejan los reportes diarios de ventas de grano físico (“Flash Sales") en los que ese país aparece casi que todos los días. La demanda empuja, en plena recuperación del stock de cerdos, tras haber quedado diezmado por la Gripe Porcina Africana. 

Pero no todo es recomponer 200 millones de cerdos sacrificados para volver a alcanzar los 400 millones y, mientras tanto comprar más soja para moler. Estamos asistiendo a lo que parecería ser la pasada de zaranda de la cosecha 2018/19, levantada hace un año. 

Haciendo memoria rápidamente, la siembra de verano en EEUU durante marzo-mayo de 2019 fue en las peores condiciones posibles, siendo la segunda más demorada de la historia, por las lluvias. Los precios subieron – y mucho – durante aquella época, con el USDA reflejando datos, que eran cálculos y estimaciones. Con esos futuros granos en las chacras, calcular lo que podría llegar a los silos podía ser aventurado. 

Pero la información hay que darla y, por más que muchas veces pueda discreparse con la autoridad agrícola de EEUU, al punto tal que muchas veces el mercado reacciona incrédulo después de los informes, se corre el riesgo de estar manejando información sobre números errados. Y no es sino hasta el final del año agrícola, cuando se pasa raya y no se puede seguir ajustando, que se descubren esos números. 

Este informe trimestral se publica (como su nombre permite sospecharlo) cada tres meses. Pero es llegando al final del año agrícola (que va de septiembre a agosto, para los granos estivales y de junio a mayo para el trigo) cuando el USDA no puede especular más con ajustes lo que se irá como exportación o qué quedará como molienda, en el mercado interno. 

¿Pero es que alguien podía anticiparse a que esto ocurriría? La verdad es que no, sinceramente nadie podría pensarlo. Lo que se busca con esto es buscarle el sentido a por donde viene el origen de los  números que el USDA terminó publicando. El efecto real es que el mercado contaba con determinado volumen de inventarios en el mercado disponible (que es la base sobre la que realiza las operaciones) y el volumen era menor. Después del informe trimestral y, ahora, tras el informe mensual de oferta y demanda. 

Conclusión: menor oferta para mayor demanda. 

Si hay algo que empezó hace un par de meses a mover los precios, antes del sincericidio del USDA, fue la serie de tornados en Iowa (bautizado con un muy español nombre de “Derecho”) que volcó al piso  alrededor de 1 millón de toneladas de maíz, todavía con un par de meses de ciclo por delante que no se podrán cosechar. Además, dañó cerca de 700 mil toneladas de capacidad estática de la infraestructura de recibo de granos. Para una cosecha estimada en 380 millones de tons, estos parecen ser números menores. Pero lo importante viene al pensar cuántas veces se rota esa capacidad estática, ya que la gracia está en entregar granos, llenar los silos, vaciarlos lo más rápido posible, para despachar camiones (o trenes) y así esperar por nuevos viajes entregando mercadería, de forma de empezar el ciclo nuevamente. Así funciona. 

Pues bien, con estos daños, la logística para esta cosecha, además siendo Iowa el principal estado maicero de EEUU, necesariamente será más complicada, más cara y más ineficiente.

El viernes 9 de octubre, el USDA publicó su tradicional  informe de oferta y demanda interna y mundial. La sorpresa volvió a decir presente, al desayunarse el mercado que sus cálculos más pesimistas no lo eran tanto como los del USDA, que recortó los stocks de EEUU y mundiales por debajo de lo esperado por los operadores. 

A una menor cosecha nueva esperada, se suma (o resta) mayor volumen de exportaciones, 

Hasta acá, los problemas de oferta en el norte. Pero en esta región, Brasil solo tuvo problemas en Río Grande del Sur y hasta hoy en día se nota. Uruguay y Argentina sufrieron también por la seca que, entre otras cosas, tuvo al Río Paraná en su menor cota en treinta años. Esto empujó embarques previstos para Argentina, que fuesen cambiados en su mayoría  por cargas desde Brasil. Y si algo no le faltaba a Brasil era demanda desde China, la cual se aceleró y llevó a los precios que se pagan actualmente en el mayor socio del Mercosur. La mayor muestra de esto fue el negocio para abastecer con soja uruguaya a las plantas de molienda en Río Grande del Sur debido, precisamente, a la diferencia de precio en favor de Uruguay.

Los precios superiores a USD/ton 410 por no hacen otra cosa que hacerse lamentar a los que sufrieron la seca el verano pasado, si bien las subas empezaron a llegar en agosto, cuando el productor generalmente ya vendió todo. 

Si tenemos que elegir, esta suba no vino en el mejor momento, pero por lo menos vino. La incertidumbre nos sesga la racionalidad en cuanto a sacar utilidad de los precios que están hoy en el mercado. Muchos productores para controlar sus ansias de vender algo que todavía no se ha sembrado están utilizando, en gran porcentaje, los pisos de precios. Podemos hacer pisos de precios con el CBOT de USD/ton 360 pagando USD/ton 10 y con esto asegurarnos un precio piso de USD/ton de 360. Con esta estrategia podemos esperar tranquilamente que el precio se mantenga en estos niveles, siga subiendo hasta la siembra y también hasta la cosecha. En caso que suceda lo contrario y los precios bajen como en otros años (hasta USD/ton 300 en Chicago) estamos tranquilos porque nuestro piso ya lo fijamos previamente en USD/ton de 360.

Lo mejor de todo esto es que la estrategia la hicimos sin comprometer ni un solo kilo de soja.

La demanda sigue firme y China y los “destinos desconocidos” siguen comprando, pese a feriados, guerras comerciales y demás cuestiones a esta altura, menores. 

Lo que no es menor es que, en menos de un mes, EEUU tendrá elecciones presidenciales. En cuestión de una semana, el presidente pasó de anunciar haberse enfermado de Covid-19 a informar que ya estaba trabajando nuevamente en la Casa Blanca. En ese lapso, los mercados se movieron fuerte, primero cayendo por el pánico y después mostrando subas meteóricas.  Seguramente tengamos por delante semanas con volatilidad activada, lo que permitirá tener chances de captar precios para ir cerrando márgenes claramente mejores que un año atrás. 

Lo importante siempre es saber cuáles son los precios que a uno le sirve. Tener medido el costo, en dólares por tonelada, ya que es la única forma de saber si el precio al que tenga la oportunidad de cerrar, me dejará un margen positivo o negativo. Para esto, buscar, asesorarse, medir, plantearse un plan de acción para ir ejecutando, paso a paso, los precios objetivo, definidos de antemano. 

Nadie sabe en cuánto estará el precio: ni en 15 días, ni en abril o mayo.  Lo importante es ir aprovechando las oportunidades de ir sacándose de encima el riesgo de bajas de precio. Ya hacía mucho tiempo que no aparecían las oportunidades y, finalmente, lo hicieron.

Siempre es más difícil conseguir buenos márgenes con precios bajos, pero es cuando mejor gestión comercial hay que realizar. Ahora, con mejores precios (que no hay certeza de cuánto van a durar) habría que afinar la mira y empezar a capitalizar los beneficios de tener un mercado que se muestra más amigables. 

Si es por buscar adivinar los precios hacia adelante, todos somos Cataldistas (biológicamente optimista) pero el mercado es más que dejarse llevar por el corazón en lugar de la razón. 

Los fondos en CBOT siempre tienen la última palabra y esta vez no va a ser la excepción. El mercado puede subir como bajar, dependiendo de lo que hagan estos señores.

El tema es en donde queremos estar cuándo los fondos decidan vender y hagan caer el precio. Si alguien sabe cuándo será eso, seguramente no tenga las cosas libradas al azar. Y, si no lo sabe, debería estar tomando decisiones racionales al respecto. 

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