
Las dos ediciones de Protagonistas del Agro que se realizan desde la Asociación Agropecuaria de Dolores al año, son eventos que suelen caracterizarse por tener la emoción a flor de piel. Esta última edición, más que la excepción, fue la acentuación de ello. No había terminado de hablar el primer protagonista que ya la emoción se había apoderado de todos los presentes en un auditorio lleno, que escuchó con atención la historia de vida de tres destacados actores de la agropecuaria nacional.

El encargado de romper el hielo fue Billy Batro, productor agropecuario argentino radicado en Uruguay hace ya 30 años, y más que “hielo” rompió con la compostura de muchos de los presentes cuando empezó a contar que a los 17 años le descubrieron un tumor en la cabeza y pasó 3 años luchando por su vida. “Imaginate, en plena juventud, cuando andás a fondo... Con tanto tiempo en una cama uno piensa muchas cosas, pero hoy agradezco ya que de no haber sido por eso mi vida no habría sido de la forma que es”, comenzó explicando Batro, haciendo referencia también a la canción que eligió para su presentación: Celebra la Vida de Axel. “Mis hijos me decían que era trillada pero para mí es muy importante, porque es como he tomado todo después de recuperarme”, agregó.
Debido al tiempo que le tomó todo el proceso de recuperación, Billy no pudo estudiar agronomía, que era su anhelo, y algunos años más tarde comenzó a trabajar con su padre en una curtiembre de cueros, lo que lo llevó a recorrer Argentina y eventualmente también Uruguay. “Con un amigo teníamos ganas de hacer algo juntos, y en mis viajes vi que en Uruguay no habían canchas de fútbol 5, por lo que conseguimos un crédito, algunos inversores y comenzamos a construir”, dijo Batro. En ese proceso y con su casa en Argentina recién construida, decidió junto a su esposa y sus 3 hijos mudarse a Uruguay, en principio por “3 meses”. Hace ya 30 años de esto...

Álvaro Ferrés es un veterinario reconocido por su trayectoria en la nutrición animal y sus conocimientos en el engorde a corral. Nació en Montevideo, pero fue solamente el “trámite” del parto de su madre, porque su crianza fue en el campo, cerca del pueblo Aramendía en Lavalleja. “La vida en el campo no era lo que es ahora en comodidad, pero fuimos muy felices”, expresa Ferrés contando acerca de su infancia. Luego, con motivo de sus estudios, tuvo que mudarse a Montevideo, pero teniendo siempre en claro que quería dedicarse a algo que tuviera que ver con el sector agropecuario. “Mi padre murió muy joven y con mis hermanos nos tuvimos que hacer cargo del negocio familiar, pero lo que le pidió a mi madre fue que nos recibiéramos...” dijo Ferrés con profunda emoción, siendo aplaudido por todos los presentes, porque vaya que allí se conoce del esfuerzo que requiere para una persona criada en el campo el hecho de trasladarse a la capital para poder recibirse.

Al este del país, en la frontera con Brasil, también hay una historia digna de contar. Freddy Lago, productor arrocero y actual presidente de la Asociación de Cultivadores de Arroz, nació en Guaíba, cerca de Porto Alegre en Brasil, pero creció bien cerca de la frontera. Su abuelo tenía empresa de ómnibus, de camiones y una pequeña chacra de arroz en el pueblo Sertao Santana, pero fue en 1962 que se aventuró y decidió venir a tierras orientales. En poco tiempo, logró convertirse en un importante productor de casi 1.600 hectáreas del cereal. Cuando Freddy tenía 20 años, estaba recién casado y había decidido abandonar los estudios para dedicarse al trabajo en el campo, su padre murió en un accidente con un tractor. Por este motivo y una cosecha siguiente que no fue buena, se vio en la disyuntiva de entregar la cosechadora y el tractor para pagar las deudas y utilizar un camión en propiedad para trabajar de transportista, o por el contrario vender el camión e intentar la revancha con las chacras. “Entregué el camión, y aquí me ven...” dijo entre risas.
PASIÓN
La charla con Martín Olaverry recorrió innumerables rincones, pero uno de los denominadores comunes de los tres expositores fue su pasión por el trabajo en el campo.
Ferrés nunca lo dudó, y agradece haber tenido la posibilidad de formarse en Estados Unidos. Cuenta que llegó, vio los corrales llenos de nieve y los animales alimentándose de grano en comederos. “Ahí dije esto es imposible, pero me acuerdo que allá me dijeron algo que me quedó presente hasta el día de hoy: no existen los imposibles, existen las cosas difíciles, caras o complicadas. Y así fue, porque primero me tuve que convencer yo para convencer al resto”, relata Ferrés. “En Uruguay es difícil cambiar, más en el agro y mucho más en los productores ganaderos tradicionales”, dijo el especialista en nutrición animal, quien también se tomó un tiempo para recordar a “Toto” Gramón, quien fue como un “padre” para él, en lo personal y en el desarrollo profesional. “Fue muy generoso con su tiempo, con sus enseñanzas y con su dinero. Una vez me dijo a mí, que trabajaba con él y por suerte me iba bien, “van a haber más Álvaros, por eso tenés que hacer algo para vos”, mostrando su generosidad, porque podía convenirle que yo siguiera trabajando con él”, cerró. Ferrés fue pionero en el desarrollo del engorde a corral en nuestro país, derribando mitos y prejuicios, y valora especialmente que la alta tasa de extracción que hoy tiene el país esté sustentada en esta herramienta de intensificación.
Lago comenzó con la agricultura desde muy joven, pero dice que el arroz es “un modo de vida”. Freddy reconoce que arrocero se puede hacer o nacer, pero admite que se ve mucho en la continuidad generacional. “El arroz le ha dado oportunidades, por ejemplo, a capataces de chacra de plantar, y hoy han crecido o se mantienen en el rubro, como también ha pasado con agrónomos de la industria. El arroz ha viabilizado mucho”, dijo, y recordó palabras de Wilson Elso, quien fuera intendente de Treinta y Tres, que aseguraba que el arroz no le dejaba nada en impuestos directos, pero los semovientes se quintuplicaron y se comenzó a desarrollar una ganadería exitosa, además del empleo generado en la zona.
Batro recuerda cómo logró finalmente insertarse en el rubro agropecuario. “Yo veía que en Entre Ríos se hacía mucha soja y en Uruguay muy poco, y me empecé a mover pensando opciones: en este país no habían retenciones, había estabilidad política...”, aseguró. Fue entonces en 2002 que con un primo comenzaron a hacer algo de soja, arrendando un campo de 300 hectáreas en Young. A partir de allí, Billy comenzó con un proceso de expansión por diferentes departamentos que terminó en lo que hoy es la empresa “El Cabelludo”. En aquellos momentos de expansión de la agricultura y de venida de los argentinos, Billy recuerda que siempre defendió a los agrónomos uruguayos, porque “no se pueden copiar y pegar los sistemas”.
FAMILIA
Si hay algo que toca la fibra más intima de cualquiera de nosotros, es la familia. Son los que están en las buenas pero también cuando las luces se apagan, cuando la seca aprieta...
Freddy Lago está casado, tiene 3 hijos y 3 nietos. Su hijo mayor, Felipe, es agrónomo y trabaja con él en el campo, y la del medio, Florencia, es contadora y lleva adelante los números de la empresa. Pero fue su hija más chica, Hortencia, que es maestra, la que le dio su primer nieto. “Uno a veces tiene prejuicios con una madre soltera, joven, piensa qué hicieron los padres que “no la pudieron encaminar”, por eso me acuerdo cuando Hortencia nos contó que estaba embaradaza”, dice. “En casa fue una “lloradera”, pero esa noche dije ya está, se acabó, porque si siempre le rezo a Dios por lo mejor para la familia, esto es lo mejor. Hortencia lo quiso tener, y al final... fue lo mejor que me pasó en la vida”, dijo Lago, visiblemente emocionado.
Billy Batro está casado, tiene 3 hijos y 4 nietos, pero una de las enseñanzas más grandes de su vida se la dio “Pato”, su hermano que nació con síndrome de Down y murió poco antes de la pandemia. “Ellos tienen una sensibilidad distinta, son cariñosos: son como son, no piensan en el qué dirán”, dijo Billy orgulloso. A raíz de ello, una de sus hijas estudióterapia ocupacional, para ayudar a los chicos y las chicas que nacen en esta situación. Batro y su familia crearon la fundación Sentires, que busca proteger y ayudar en este sentido. Cuando se le consulta sobre la seca, Billy dijo que le ha tocado muchas veces caer y volver a levantarse, y si bien no se lo desea a nadie dice que le encanta, es educativo, te vuelve más fuerte... “Me preocupa mucho más una familia que no puede atender bien a su hijo con síndrome de Down, que las pérdidas por una seca”, aseguró.
Ferrés está casado y tiene 4 hijos. El más grande estudia veterinaria, el segundo agronomía, la tercera psicología y el cuarto está en el liceo. Álvaro y su señora los han alentado a que hagan lo que quieran, pero admite que en su familia todos comparten la pasión y el gusto por el campo. “En un país en el que todo tiende a centralizar, pienso que tenemos enormes oportunidades en el interior. Veo un país mucho menos dependiente de la capital que hace unos años. Uruguay es un país fantástico para vivir”, exclamó Álvaro.
Ganadería, arroz, agricultura, rally, canchas de fútbol 5, aprendizaje de la venida de los argentinos, actividades de servicio, la seca, perspectivas de futuro... Si usted revive esta edición de Protagonistas del Agro, podrá comprobar que es imposible abarcar en una nota todos los temas que se tocaron, y ni que hablar de todos los que se podrían abarcar. Los protagonistas dejan un legado, una enseñanza, a propios y ajenos, pero lo que usualmente se repite, no tiene que ver con los números del fin del ejercicio, ni con los kilos por hectárea. En la voz temblorosa de cada uno de ellos o en las lágrimas de quien los escucha, siempre notará un profundo sentimiento por las raíces vinculadas al campo, por su pasión y por su familia. Porque en un amanecer a caballo, una recorrida de primavera por las chacras o un atardecer en las taipas, sea que llovió poco o mucho o sea que los precios son buenos o no, lo importante seguirá siendo celebrar la vida.
Tomar distancia y valorar lo “verdaderamente” importante
Billy Batro y su familia desarrollan un profundo sentimiento de ayuda, así como la empresa lo hace con la responsabilidad social. Billy admite que con el tiempo ya no le da “vergüenza” contar que ayuda por lo que se pueda comentar, porque “hay que contagiar” y contar lo que se hace es la forma.
Sus actividades de servicio comenzaron festejando el cumpleaños de niños de bajos recursos del barrio Cruz de Carrasco en su cancha de fútbol 5 un viernes de cada mes.
“Los momentos fuertes a mí me dejaron enseñanzas, sobre todo a ver la vida de forma diferente, abrir la cancha y conectar con el que está al lado: dar una mano al que está más complicado le da otro enfoque a los problemas de uno”, dijo Batro en esta edición de Protagonistas del Agro.
Con el paso del tiempo, Batro y su familia crearon la ONG Cultivando Lazos que apuesta a estas actividades, y esta fue la plataforma para realizar en varias ocasiones la “Chocleada”, que se trata de una instancia donde se cosechan a mano 2 hectáreas de maíz, recolectando choclos que se dan luego como plato de comida. Esta actividad se realiza en conjunto por gerentes de empresas, el personal de las mismas, chicos de escuelas públicas, otros de los CAIF, niños con discapacidades, gente de la cárcel. Todos juntos destinan un día a estas actividades. Con motivo de la distribución de estos alimentos y una logística que se fue transformando en algo cada vez más complicado, ya que afortunadamente se necesitaban muchas camionetas para el transporte y almacenaje, surgió la idea de la creación del Banco de Alimentos de Uruguay, algo que existía en otros países pero todavía no aquí. Esta entidad cumplirá ya 10 años y el año pasado entregó 500.000 kilos de commida, además de otros hitos de importancia como la liberación de la comida de los cruceros en la pandemia.
Por su hermano “Pato”, la familia Batro desarrolló la Fundación Sentires, para asistir a las familias que no pueden hacer frente a los tratamientos de los niños con síndrome de Down.
“Uno a veces quiere pagar la educación de sus hijos, imaginen pagar todo lo que se necesita para un tratamiento adecuado de un niño en ese lugar, Uruguay tenía una gran deficiencia en eso...”, aseguró Billy Batro, con un enorme espíritu solidario digno de admiración.