Este no fue un remate más para la cabaña El Baqueano, porque este año, por primera vez, Ama no acompañó a su familia sentada desde las gradas, con su mirada atenta y su presencia serena. En su lugar, su ausencia fue sentida como una sombra, como si se asomara bajo una nube que cubría el cielo, acompañando desde allí, en silencio, el legado que dejó. Su partida, hace pocos meses, marcó un momento de reflexión y emoción para la familia Bordaberry, que vio en esta edición no solo una venta de toros, sino un tributo a la mujer que con tanto amor y dedicación construyó junto a su marido la historia de El Baqueano.
Las ventas fueron totales y estuvieron a cargo de Zambrano & Cía desde el local Santa Bernardina, en Durazno. En total fueron 44 toros Hereford PI que promediaron US$ 3.117. Fueron 26 toros Hereford PI tres años que promediaron US$ 2.880 e hicieron un máximo de US$ 4.560. Luego hubo 18 toros Hereford PI de dos años que promediaron US$ 3.460, con un máximo de US$ 7.200. Además, se remataron 4 Criollos castrados a US$ 1.395, con un máximo de US$ 1.560; y un paquete de cinco embriones a US$ 1.500.
Gerardo Zambrano, presidente de Zambrano & Cía y martillero en esta ocasión, destacó la calidad del evento, señalando que fue "un muy buen remate, ágil y con una venta total". Los valores estuvieron acorde al mercado, aunque hubo un toro destacado cuyo precio fue disputado, llegando a ser adquirido por una cabaña argentina. "Hubo bastante puja y mucho público alrededor, lo que hizo que el remate fuera muy ágil", agregó Zambrano.
El martillero también destacó las características de los toros de El Baqueano, resaltando su rusticidad y preparación. "Son toradas que se crían a campo, son una mercadería muy especial que siempre tiene clientes, los de siempre, que constantemente comprueban lo que producen", explicó. En resumen, Zambrano afirmó que el remate fue "ágil, con venta total y precios de mercado, con algún destaque".
Como dijimos, el remate tuvo un significado especial por ser el primer año en el que la familia Bordaberry lo llevó a cabo sin la presencia física de Ama, y por ello Zambrano dedicó unas palabras antes de iniciar las ventas. "Quise, de alguna manera, homenajear a China, la madre de los muchachos que realmente siempre estuvo a rueda con ellos y con el remate. Fue una madraza, una gran abuela y una muy buena amiga", expresó con emoción.
Ama seguirá acompañando a su familia en cada edición de este tradicional remate. Aunque su presencia física ya no esté entre ellos, su legado de amor, fortaleza y valores sigue vivo en cada rincón de El Baqueano. Como ella misma lo hizo durante tantos años, apoyando incondicionalmente a los suyos, su espíritu permanecerá presente en cada momento significativo, como una guía y un apoyo silencioso, tal como lo fue siempre en vida. El Baqueano, su lugar en el mundo, seguirá siendo el hogar que soñó y construyó junto a Juan María, y allí, entre los cerros de Durazno, Ama estará, siempre.
