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El manejo adecuado del toro: clave para una ganadería eficiente

La eficiencia ganadera depende en gran medida del toro: su rendimiento reproductivo puede marcar la diferencia entre pérdidas mínimas o significativas, ya que un solo fallo afecta a decenas de vacas

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Gira Angus 2024 por Artigas y Salto.
Manuela García Pintos

La eficiencia en una explotación ganadera está directamente relacionada con la cantidad de terneros que se logren vender, y uno de los factores más influyentes en este resultado es la capacidad reproductiva tanto de las vacas como de los toros. Sin embargo, el toro merece una atención especial, ya que su desempeño individual puede tener un impacto significativo en los resultados finales. Mientras que la falla reproductiva de una vaca implica la pérdida de un ternero, cuando un toro falla, las pérdidas pueden ser mucho mayores, dado que se espera que preñe entre 30 y 50 vacas.

Es por ello que en este artículo, realizado en base a un informe elaborado por el Instituto Plan Agropecuario, exploraremos los elementos clave para un manejo adecuado de los toros durante el servicio y los lineamientos necesarios para evaluar su rendimiento, con el objetivo de minimizar los riesgos que podrían comprometer la producción de terneros en el establecimiento.

A menudo, no se consideran las posibles fallas en el desempeño del toro, lo que pone en riesgo el resultado productivo y económico del rodeo. Además, veremos cómo la entrada de reproductores al rodeo tiene un doble propósito: maximizar la cantidad de kilos de terneros destetados y mejorar genéticamente el rodeo para cumplir con los objetivos del sistema de producción. Sin embargo, estas metas no siempre se alcanzan, debido a enfermedades y errores de manejo que limitan la eficacia reproductiva de los toros durante la temporada de monta.

El período de entore, comúnmente definido como el tiempo desde que los toros ingresan al rodeo hasta que se retiran, es mucho más que una simple decisión de “almanaque”. Este lapso representa un proceso clave durante el cual se desarrollan múltiples factores que influyen directamente en el éxito reproductivo del rodeo. A lo largo de esos meses, el desempeño del ganado está fuertemente condicionado por el entorno, incluyendo el clima y la disponibilidad de alimento, factores que afectan tanto a los toros como a las vacas.

Un aspecto a destacar es que el período de entore suele coincidir con la etapa de lactancia de las vacas, lo que añade una carga adicional al rodeo de cría. Por esta razón, el monitoreo constante tanto del estado del rodeo como de la actividad de los toros es crucial. Identificar problemas de forma temprana permite tomar medidas correctivas a tiempo y evitar pérdidas mayores.

En la realidad productiva, es común que los problemas reproductivos de los toros solo se detecten en el momento del diagnóstico de gestación, cuando un bajo porcentaje de preñez revela la existencia de fallos en el proceso de entore. Para ese momento, es poco lo que se puede hacer para corregir los índices de preñez, lo que subraya la importancia de un seguimiento riguroso durante el período de servicio, ya que es difícil recordar lo que ocurrió meses atrás si no se han monitoreado los eventos de manera adecuada.

El desempeño reproductivo de un toro depende de múltiples factores que influyen en su comportamiento sexual, y una buena comprensión de estos elementos es clave para optimizar la eficiencia del rodeo. Uno de los factores más importantes es la edad y experiencia del toro. La habilidad para montar tiene un componente de aprendizaje, lo que significa que los toros jóvenes o sin experiencia suelen tener un peor desempeño que los más viejos. Por ejemplo, no se recomienda entorar vaquillonas con toros que están padreando por primera vez, ya que su inexperiencia podría afectar el resultado.

La alimentación también juega un papel crucial. Los toros deben iniciar el período de entore en buen estado corporal, evitando tanto el exceso de peso como la delgadez. Se ha comprobado que una alimentación con altos niveles de energía puede reducir la libido del toro. Durante el entore, es importante que la pérdida de condición corporal sea mínima para mantener su capacidad reproductiva.

El factor social dentro del rodeo influye en la actividad sexual del toro. Los animales más viejos, grandes o astados tienden a dominar sobre otros toros, lo que puede afectar el comportamiento reproductivo de los subordinados.

Finalmente, la relación toro/vaca es clave. En general, se recomienda entre un 3% y un 4% de toros por vaca, pero este porcentaje puede variar según la condición corporal del toro, la cantidad de vacas lactando, y el manejo reproductivo. En sistemas de entore único, donde se usa un solo toro por potrero, es posible lograr buenos resultados con hasta 60 vacas por toro, siempre que el toro tenga una alta capacidad de servicio.

Vigilancia en el entore. Mantener una vigilancia constante durante el período de entore es clave para asegurar que el proceso se desarrolle bajo condiciones óptimas y detectar cualquier problema que pueda afectar la eficiencia reproductiva del rodeo. Este monitoreo permite identificar y resolver problemas a tiempo, evitando pérdidas en la producción de terneros.

Para llevar a cabo una supervisión efectiva, es fundamental realizar recorridas frecuentes en el campo, reunir el ganado para evaluar el estado corporal tanto de los toros como de las vacas, y observar si los toros logran identificar hembras en actividad sexual. Además, es necesario controlar la monta para detectar posibles inconvenientes, como problemas sanitarios (patas lesionadas, dificultades de visión, bicheras, alteraciones en el aparato reproductor), o dificultades sociales, como la dominancia entre toros, que puede impedir a algunos cumplir con su función reproductiva.

Una vigilancia adecuada no solo optimiza el rendimiento del rodeo, sino que también previene problemas mayores al garantizar la salud y el desempeño reproductivo de los toros.

Evaluación aptitud reproductiva. La prueba de “aptitud reproductiva potencial” es una herramienta esencial para determinar si un toro es capaz de preñar vacas de manera efectiva. Este examen permite descartar aquellos animales con problemas reproductivos y confirmar si un toro es potencialmente apto para la reproducción. Aunque no evalúa la calidad genética, es crucial para identificar problemas que puedan afectar su desempeño reproductivo.

Se recomienda llevarla a cabo en diversos momentos: al menos dos meses antes del servicio, previo a la venta como garantía del vendedor, luego de la compra si no se cuenta con el examen previo, o incluso tras el servicio.

Este examen se realiza principalmente para evaluar el potencial reproductivo del toro, detectar problemas de infertilidad, asegurar la efectividad del reproductor o como parte de un reclamo en caso de bajo rendimiento.

La evaluación de la aptitud reproductiva del toro es un procedimiento exhaustivo que busca asegurar la capacidad del animal para desempeñarse de manera efectiva durante la temporada de servicio. A continuación, se resumen las principales etapas de este proceso:

1. Se comienza recabando datos sobre el toro y las condiciones del establecimiento, incluyendo la geografía, instalaciones, alimentación y manejo general.

2. Es fundamental una correcta identificación del toro, tanto para monitorear su desempeño como para facilitar su reconocimiento en caso de problemas.

3. Se evalúa la condición corporal del toro, su visión, movilidad y estado general de salud. Problemas de alimentación, dentición o locomoción pueden interferir con su capacidad de reproducción.

4. Se inspeccionan el prepucio, pene y bolsa escrotal para detectar lesiones o irregularidades. También se mide la circunferencia escrotal, indicador clave de la capacidad de producción de semen.

5. La calidad del semen se evalúa mediante una serie de pruebas que miden volumen, motilidad, concentración, y morfología, entre otros aspectos.

6. Se realizan pruebas para detectar enfermedades venéreas como la Campylobacteriosis y la Trichomoniasis, además de otras afecciones como Brucelosis, IBR y BVD, mediante muestras de sangre y raspajes prepuciales.

Además, existen dos pruebas claves que permiten conocer la funcionalidad del toro antes del entore: la aptitud de monta y la capacidad de servicio. La primera es una evaluación cualitativa que mide la habilidad del toro para completar un servicio. La segunda es una prueba cuantitativa y mide cuántas montas puede completar un toro en un período determinado, como el número de saltos realizados en 20 minutos.

Tras las pruebas, los toros se clasifican en aptos (cumplen con los requisitos mínimos en todas las áreas evaluadas), cuestionables (no cumplen con los requisitos al momento de la prueba, pero podrían recuperarse con tratamiento adecuado y deben ser reevaluados); y no aptos (no alcanzan los criterios mínimos para la reproducción).

Estudios indican que entre el 10% y 30% de los toros evaluados no son aptos o son cuestionables. Si no se llevan a cabo estas evaluaciones antes del entore, se arriesga el potencial productivo del predio, dado que un solo toro puede preñar entre 30 y 50 vacas.

Es Licenciada en Comunicación, egresada de la Universidad ORT en 2017. Trabaja en Rurales El País, sección a la que ingresó en agosto de 2020. Antes fue periodista agropecuaria en El Observador y productora en el programa radial Valor Agregado, de radio Carve. Escribe artículos para la revista de la Asociación Rural y se desempeña como productora del programada #HablemosdeAgro, que se emite los domingos en Canal 10.
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