El presidente de la Sociedad de Criadores de Merilín, dijo que en Uruguay debería haber tres tipos de producción ovina: "basalto superficial de lanas finas posible por sus valores, otro donde se pueda dar de comer a las ovejas el doble propósito es el animal a criar, cuidando los diámetros de lana, y sobre las ciudades se debería desarrollar de mejor forma las razas carniceras de gran importancia para la parte familiar, predios pequeños con pocas ovejas, animales precoces".

Foto: El Telégrafo
Pablo D. Mestre
¿Por qué hay que comprar buenos carneros?
El motivo de comprar buenos carneros es hasta numérico. Un carnero cuidado, puede en su vida útil trabajar 7 u 8 años y dejar unos 40 a 50 hijos por año. Esto es mucho en una majada. Si no es de buena calidad es muy difícil mejorar genéticamente ese rebaño. El rubro ovino ha cambiado, hoy el productor cuida la oveja de otra manera. Los costos en el país son muy altos y no amerita tener una oveja de baja calidad, sea para producir lana o carne porque hace que se deje el rubro. Es básico comprar buenos carneros para mejorar la majada nacional. La contra que tiene es que históricamente la oveja se crió en campos de baja calidad y en esos años la genética estaba en un segundo plano, porque si no hay comida, o cuidado de sanidad, no se desarrolla la genética. Hoy cambió, la gente cuida los ovinos, los tiene en mejores estados y ha hecho que mejore el rubro.
¿Cuánto inciden en la decisión los datos objetivos?
La gente que empieza a probar estas herramientas, rápidamente las toma para sí, ya que los datos objetivos son condición “sine qua non” para comprar carneros hoy, más para quienes tienen la oveja como un negocio alternativo. Es mucho más sencillo porque estos datos son valederos, exactos y quien necesite agrandar su majada pueden elegir de acuerdo con sus necesidades de finura, cuerpo, etc. mirando cómo será su descendencia. Así como los carneros en la punta de la pirámide para mejorar la genética. Debería tener más difusión para que todos conozcan estas herramientas.
¿Cómo ve al mercado de ovinos?
Somos un país pequeño, tomadores de precios, la realidad es que lo que más defiende al productor ovino es el doble propósito fino, porque tiene la chance que si baja la carne, se puede defender con la lana final y lo mismo con los vaivenes de la lana, lo defiende la parte carnicera. Pero el mercado no lo manejamos y debemos intentar ser lo más prolijos posibles para tomar estas señales.
¿Hay señales de recuperación de stock? ¿Por dónde pasa el estímulo para ello?
La realidad de Uruguay es que lleva unos años adaptándose a su nueva matriz productiva. Ha habido un cambio importante en cuanto a la disputa por la tierra, la cría del ovino se hizo durante años en forma intensiva y en una pequeña parte se hacía agricultura. Hoy presiona la agricultura y con el ovino compite fuerte la forestación. Hay que mirar hacia adelante, un defecto es mirar atrás y comparar con años pasados. Hay que aceptar que hay otros componentes en la producción. Una punta de los productores que quedaron con ovinos, han mejorado mucho, se han especializado.
¿Qué futuro le ve al rubro ovino?
Debería haber tres tipos de producción: basalto superficial de lanas finas posible por sus valores, otro donde se pueda dar de comer a las ovejas el doble propósito es el animal a criar, cuidando los diámetros de lana, todos están tratando en afinar, rondando las 20 a 22 micras. Y sobre las ciudades se debería desarrollar de mejor forma las razas carniceras de gran importancia para la parte familiar, predios pequeños con pocas ovejas, animales precoces.
¿Qué le pide al próximo Ministro Carlos María Uriarte específicamente para el rubro ovino?
El rubro ovino puede tener una gran mejora en Uruguay si cambian algunos aspectos en la comercialización, especialmente en la parte carnicera. Deberían tratar de habilitar mataderos pequeños, tendría que haber carnicerías como antes, buscar que, en los poblados la gente tenga la posibilidad de comer carne ovina. Blanquear la situación que pasa hoy, en el interior se mata de forma clandestina. Que los mataderos cumplan las reglas sanitarias, paguen los impuestos acordes a lo que matan. Además, promocionarse diferente en la población. El MGAP debería hacer campaña de difusión sobre las bondades de la carne ovina, pues en las ciudades se desconoce, sólo creen que se come el cordero. Y otra cosa es estimular en las dietas de las escuelas y los cuarteles para aumentar la demanda y provocaría más cría de ovinos. También está el abigeato, los perros que complican mucho y habría que seguir trabajando para controlarlos, especialmente en esos negocios en torno a las ciudades con explotaciones más chicas.