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El trabajo en terreno como foco en la campaña contra la brucelosis

Desde la cartera de ganadería se cree que la campaña anterior era de erradicación, pero con medidas de control

Fotos Rurales El País, ganado en el campo, Uruguay (22).jpg

Desde el Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca, se viene llevando adelante una serie de cambios dentro de la campaña contra la brucelosis, el director de Sanidad Animal de los Servicios Ganaderos, Martín Altuna, indicó que desde la cartera la enfermedad, que además se trata de una zoonosis “preocupa y ocupa de forma permanente, como todos los otros programas sanitarios”.

Entrevistado en Valor Agregado de radio Carve, Altuna sostuvo que el término “erradicación” “es muy fuerte, donde se necesitan medidas robustas”, en esta línea agregó que si bien se usaba la palabra “erradicación” pero las medidas que se toman son de “control”.

En base a esto, desde se decidió implementar una serie de ajustes, “empezamos a trabajar fuertemente, en primera instancia cambiando o haciendo más robusto el formulario epidemiológico que le corresponde a los servicios veterinarios, el trabajo en conjunto con los veterinarios, el ejercicio acreditado que trabajaban en cada uno de los predios, así como también en lo que tiene que ver con las diferentes interfaces que hubieran con la parte laboral”.

Sobre el control que se realiza, Altuna sostuvo que se viene llevando “muy bien en un monitoreo permanente por parte del programa sanitario a través de los encargados del mismo, así como también con una fluidez en la comunicación para la uniformización de los criterios a nivel de todos los establecimientos, porque el veterinario que está monitoreando permanentemente a todos los departamentos ayuda a este requerimiento de los servicios oficiales y pueden realizar junto con los veterinarios de libre ejercicio acreditados y junto con los productores en un estudio, o sea, desnudar la enfermedad epidemiológica con las diferentes herramientas”.

En referencia al proceso de implementación de los cambios, indicó que “ya se fueron haciendo sin ninguna legislación, ya estaba todo escrito eso, desde el año 2015 en el manual de procedimientos”, ahora “empezamos a trabajar fuertemente a nivel del terreno, hicimos un cambio muy robusto en lo que tiene que ver con el formulario epidemiológico, que eran lo que requerían nuestros usuarios, que son los productores y los veterinarios de libre ejercicio, la uniformización de criterios, y ahí pusimos a disposición de todos los servicios la contención técnica para cada uno de ellos en los casos específicos que pudieran aparecer estas lucecitas amarillas de la posibilidad de la presencia de la enfermedad”.

Para una vez llegado el momento de tomar medidas más restrictivas, Altuna informó que se han reflotado figuras de años anteriores, “como los compartimentos genéticos para el tema de las cabañas, como algunos movimientos haciendo un estudio epidemiológico exhaustivo para no llevar el problema hacia terceros o hacia otros lugares”. Y es por eso que se tiene al trabajo en el terreno, como un componente fundamental de la campaña.

A nivel de tambos, la presencia de la enfermedad es del 0,02% mientras que en carne se encuentra por debajo un dígito, y anualmente la vigilancia se hace en un rodeo que oscila entre 1.850.000 cabezas hasta 2.000.000.

hacer un kilometro de un camino de balastro cuesta entre US$ 30.000 y US$ 40.000

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