En el marco de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, el gobierno chino ha anunciado la imposición de nuevos aranceles a una serie de productos agropecuarios estadounidenses, incluyendo carne vacuna, carne de cerdo, carne de pollo, soja, maíz y sorgo.
Estas medidas, que se suman a rondas previas de restricciones comerciales, han generado una reacción mixta en el mercado, con expectativas de oportunidades para Sudamérica, pero también incertidumbre sobre la capacidad de los consumidores chinos para absorber un eventual aumento de precios.
Para analizar la situación Gabriel Martín, bróker uruguayo radicado en China, dialogó con Valor Agregado de radio Carve en donde destacó que estas medidas impactan directamente en la competitividad de la carne estadounidense en el gigante asiático.
"La carne vacuna de Estados Unidos quedaría con un arancel del 55%, lo que la vuelve considerablemente más cara en comparación con las exportaciones de Argentina, Brasil y Uruguay, que tienen un arancel del 12%", explicó Martín.
Según datos publicados por Tardáguila Agromercados, Estados Unidos exportó 216.000 toneladas de carne vacuna a China en 2023. Con este nuevo esquema arancelario, surgen interrogantes sobre quiénes podrían ocupar ese espacio en el mercado.
"Los principales beneficiados en el corto plazo serán Australia, Uruguay y Argentina, que exportan carne terminada a grano, un producto similar al de Estados Unidos", señaló Martín. En este contexto, Uruguay podría captar una parte del mercado de carne grain-fed que hasta ahora abastecía Estados Unidos.
No obstante, la preocupación en el mercado radica en la sostenibilidad de los precios. "Los importadores chinos están divididos: algunos creen que los precios altos podrán sostenerse, mientras que otros temen que el consumidor chino no los tolere y se produzca una caída en la demanda", adviertió el bróker.
La carne de cerdo también es un factor clave en este escenario. Estados Unidos exportó 467.000 toneladas de carne porcina a China en 2023, y el aumento de los aranceles podría generar un reacomodo en la demanda de proteínas. "El cerdo es la carne más consumida en China, por lo que un encarecimiento de sus importaciones podría aumentar la demanda de carne vacuna", explicó Martín. Sin embargo, el mercado viene de un año deflacionario y las cifras del consumo de carne vacuna en 2023 fueron menores a las de años anteriores.
Más allá de los efectos inmediatos de la guerra comercial, China está trazando una estrategia de largo plazo para reducir su dependencia de las importaciones de carne. "El gobierno chino está apostando al desarrollo de su propia ganadería, con inversiones en ganado en pie, genética y reproducción", reveló Martín. Recientemente, China autorizó la importación de ganado en pie desde Argentina, un hecho histórico que podría abrir el camino para Uruguay en el futuro. "La intención de China es aumentar su producción local y depender menos de los mercados externos en un horizonte de 20 años", agregó.
Brasil, como uno de los principales exportadores de carne a China, también entra en juego en esta nueva configuración comercial. "Con la reciente devaluación del real frente al dólar, se podría esperar que la carne brasileña baje de precio, pero hasta el momento la industria brasileña ha mantenido una posición estable", señaló Martín.