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El ternero se hace valer

La categoría hace caso omiso a los argumentos bajistas.

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Terneros en campo.

Rafael Tardáguila | [email protected]

En el mercado, cuando la oferta de un bien aumenta, su precio tiende a disminuir. A su vez, cuando el precio final de un bien baja, su cotización también se ve presionada a la baja, y lo mismo sucede cuando las condiciones de producción no son las mejores, porque se desalienta su compra. Esto es así siempre y cuando la demanda de ese bien no aumente, porque si sube, su precio se verá presionado al alza.

Es lo que está sucediendo en la actual zafra de terneros. Están dadas las condiciones objetivas para que baje el precio de esta categoría crucial dentro de la cadena cárnica; pero si se compara con la zafra anterior, las referencias se ubican un escalón por encima.

Evidentemente, tienen que haber argumentos que expliquen esta tendencia.

Todo indicaba que la zafra de terneros iba a ser voluminosa, cosa que finalmente está sucediendo. El rodeo de cría el año pasado era numeroso (4,25 millones de vacas) y, según el Taller de preñez de INIA, una relativamente elevada proporción estaba preñada (5 puntos porcentuales más que en el año anterior). Por lo tanto, muchas vacas parieron y parte de esa producción se está ofreciendo en la actual zafra. Están dadas las condiciones para que la zafra 2019 de terneros sea del orden de los 2,9 millones de cabezas. Sin llegar al ambicionado 3 millones, sería igualmente un récord.

Los datos de ventas de las pantallas y principales remates de terneros confirman esta mayor oferta. En grandes números, en los tres consorcios de remates por pantalla y en El Ternerazo de Valdez y Cía, la venta de terneros y de terneras en marzo y abril está cerca de duplicar a la de las mismas subastas del 2019. Rompió los ojos la venta de más de 15 mil terneros y cerca de 5 mil terneras en el remate de abril de Plazarural, además de 3,5 mil cabezas en lotes mixtos.

Solo este importante salto de la oferta justificaría una moderación de los precios. Pero a ello se sumó una seca intensa en vastas regiones del país. Una cuarta parte del Uruguay productivo está declarada en Emergencia Agropecuaria por escasez de lluvias. Y en el resto del país las condiciones tampoco son buenas. Esto debería tender a moderar la demanda por escasez de forraje.

Además, el precio del gordo bajó fuerte desde los picos históricos de fines de 2019. Al momento de escribir este artículo el novillo gordo cotizaba en el eje de US$ 3,20-3,25 por kilo carcasa, por debajo de los US$ 3,35-3,40 de mediados de abril del año pasado.

Son tres factores bajistas a los que el mercado hizo caso omiso. El precio de los terneros oscila entre US$ 2,30 y US$ 2,35 el kilo en las pantallas, por encima de los US$ 2,20 de la zafra pasada. La Asociación de Consignatarios de Ganado confirma este aumento, con una referencia de US$ 2,28 para el ternero de 140-180 kilos, en tanto un año atrás cotizaba a US$ 2,22.

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¿Qué es lo que está viendo el mercado, que hace caso omiso a estas fuerzas bajistas? La respuesta no es fácil, pero posiblemente pase por el lado de las expectativas de mediano y largo plazo. La percepción sería que se está atravesando una coyuntura por cierto muy complicada, pero de la cual se saldrá más temprano que tarde. Por tanto, al momento de realizar la inversión, los precios de venta estarán por encima de los actuales. Esta lectura tiene un sustento importante. Si, como se espera, la crisis provocada por el Coronavirus comienza a quedar atrás hacia mediados de año, quedarán nuevamente sobre la superficie las fuerzas del mercado que predominaban el año pasado. Entre ellas, la que sobresalía era el impacto de la fiebre porcina africana sobre la oferta de carne de cerdo en China y la muy intensa necesidad de este país de compensar ese faltante con carne importada, la que sea. Más allá de que la intensidad de la demanda no será la misma porque la economía se habrá visto resentida por la pandemia, de todas maneras la demanda aumentará y encontrará una situación de oferta global de carne vacuna que no será abundante.

Otro argumento que ayuda a entender la firmeza del mercado del ternero es que, dentro de las opciones productivas, la ganadería de carne sigue siendo de las que tiene una mejor perspectiva. Tanto la agricultura como la lechería también se han visto afectada por la actual situación.

En síntesis, la zafra de terneros está logrando cotizaciones más que razonables, a las que hay que agregarle el hecho nada menor de que esos dólares son muchos más pesos, dada la valorización de la moneda estadounidense respecto al peso uruguayo. Para productores medianos a chicos, para quienes el costo de vida tiene un peso importante dentro de su estructura de costos, se trata de algo fundamental. Para las grandes empresas, dado que buena parte de los insumos están dolarizados, el peso de este factor no es tan grande.

En definitiva, el ternero logra una cotización buena para el criador, lo que permite ser optimista en cuanto a que se seguirá apostando a la cría, manteniendo un buen número de vacas en el rodeo para el próximo entore.

Guillermo Crampet

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