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¿Quién cuida a la oveja?

Federación Rural propone crear brigadas de captura, como solución inmediata a los ataques

perros,

El pasado martes Gastón Cossia presentó su renuncia a la presidencia del Instituto Nacional de Bienestar Animal (INBA). Distintas organizaciones de productores solicitaron de forma pública la renuncia de Cossia, ante la falta de respuestas del instituto y el incremento del ataque de perros a las majadas. La Federación Rural, por ejemplo, denunció una serie de “problemas serios”, y se refirió puntualmente a jaurías de perros que vendrían realizando ataques contra ganado.

A propósito, Martín Uría, vicepresidente de la Federación Rural, sostuvo “más que una buena noticia es una buena señal que nos dan desde el gobierno”.

“Estamos en conocimiento de un mal funcionamiento interno del INBA, difícilmente se iban a lograr cosas para afuera. No hay ninguna empresa que funcione bien si internamente no se está alineado con lo que hay que hacer. Sucedidos los cambios hay que enfocarnos en lograr algo para dar respuesta a este tema que está encima de la mesa”, indicó.

En ese sentido, mencionó que al INBA le están faltando las respuestas a corto plazo y “en eso tendría que enfocarse ahora”. Entre las acciones a realizar, la FR entiende necesaria la creación de brigadas de capturas.

“Hay un plan a largo plazo para los perros, pero falta una respuesta a corto plazo. El productor no tiene a dónde acudir. Hay que buscar la manera de encontrar esa respuesta a corto plazo. No hay a dónde acudir, no hay quién se haga responsable. Las denuncias quedan colgadas”, indicó.

Además, la FR reclama un compromiso por parte de las Intendencias, dado que “no entienden la problemática o la miran de costado”.

“Es necesario porque son los políticos más cercanos a la población y tienen que dar una mano. Hay que crear unidades de capturas. Si hay un inconveniente en un lugar hay que ir a cargar y solucionar el foco”, señaló.

No obstante, manifestó que paralelamente se debería trabajar con el proyecto a largo plazo, con la identificación de la castración.

“El dinero está, eso es lo que tenemos entendido. La solución no llega solo de parte del gobierno, los productores tenemos que hacer lo nuestro”, sentenció.

Pero, ¿y quién cuida a la oveja?

Miguel Nuñez, es un productor rural de Paso de los Nuñez, en Cerro Largo, al que las jaurías lo tienen en vilo. Como sucede cada dos o tres noches, está semana sufrió un nuevo ataque en su majada al punto que hoy duda su continuidad en el rubro.

“Anoche nuevamente los perros nos visitaron. Vienen cada dos o tres días. Es una barbaridad, de está manera habrá que abandonar la producción”, dijo.

Hay ovejas que le falta parte del cuarto, ovejas muertas, ovejas sin paleta, deslanadas, boqueando. Desechas.

“A uno que cría ovejas de toda la vida le cuesta dejar a la oveja, pero esto es una barbaridad. Nos está matando todo”, lamentó.

A simple vista, en la camioneta, contó unos 10 o 15 ejemplares muertos, pero falta contar la otra parte del campo. Además, las pocas que sobreviven quedan abichadas y hay que cuidarlas hasta el invierno.

Con seguridad, dijo, los perros vienen del vertedero municipal. “Hasta que no tomen una medida se van a quedar con los perros y nosotros sin las ovejas. Hasta el momento no ha habido respuesta oficial. Esto viene de años. Nadie defiende a la oveja. Están para defender más a los perros que a la oveja”, concluyó.

El peso de la ley

Pedro Scremini, productor ganadero de Cerro Largo, hizo referencia a que la única solución a corto plazo que hay, para tratar de disminuir el ataque a majadas y los accidentes en las ciudades, es disminuir la población de perros.

“Hay que sacar a los perros de la vía pública, que es lo que dice la ley. La ley 18.461 dice que no puede haber perros sueltos en la vía pública, como tampoco puede haber vacas, ovejas ni caballos. No puede haber animales sueltos en la vía pública”, dijo a El País.

Los perros tendrían que estar en la casa de su propietario o en un albergue. “No puede ser que una persona tenga cinco o seis perros y que vivan en la calle. Esos perros provocan accidentes, molestan a la gente, defecan en las veredas, rompen las bolsas de basura y, cuando están en centros urbanos rurales, salen a matar ovejas, terneros guachos o caballos en vertederos”, aseguró.

Además, Scremini opinó que la estrategia actual de castración es “gastar plata al santo botón” porque matemáticamente es imposible. “Van a quedar 900 mil perras sin castrar y donde solamente unas 20 mil perras tengan cachorros en un año se duplica la población. Es una cuenta matemática burda. Estamos gastando plata de la sociedad al santo botón”, comentó.

Es Licenciada en Comunicación, egresada de la Universidad ORT en 2017. Trabaja en Rurales El País, sección a la que ingresó en agosto de 2020. Antes fue periodista agropecuaria en El Observador y productora en el programa radial Valor Agregado, de radio Carve. Escribe artículos para la revista de la Asociación Rural y se desempeña como productora del programada #HablemosdeAgro, que se emite los domingos en Canal 10.

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