
Como es conocido por los diferentes actores del sector agropecuario, el rubro ovino viene atravesando un momento complejo, en el que en las lanas medias y gruesas se dificulta -incluso- conseguir un valor en el mercado, y en ocasiones cuando se obtiene el precio, no llega al dólar y, lamentablemente, esta situación ha generado que los productores tengan varias zafras guardadas en sus galpones.
Por parte de la carne, la situación también es compleja, con un cordero, que según la última referencia de la Asociación de Consignatarios de Ganado se ubica en US$ 2,99 por kilo, muy lejos del US$ 4,50 que había hace un año atrás.
Además de la situación de los mercados, se sumó la sequía. Si bien el ovino enfrenta el déficit hídrico de mejor forma que el vacuno, muchos productores decidieron realizar un ajuste de carga a través de los lanares y esto se refleja en los números de faena, más de un 20% por encima del mismo período de tiempo del año 2022. Son números que, a su vez, generaron que el stock ovino a nivel nacional rompiera la barrera psicológica de las 6 millones de cabezas. En base a los datos preliminares presentados en el marco de la Expo Prado, se mostró que el stock descendió a 5.800.000 cabezas, aunque la buena noticia es que se esperaba que el descenso fuera aún mayor.
Justamente en este mismo marco, la Expo Prado, se vieron señales positivas para el rubro, por ejemplo, en la cantidad de animales inscriptos, que si bien es inferior al del año pasado, haber tenido 404 ovinos no deja de estar acorde a estos tiempos, más aún teniendo en cuenta la realidad recién planteada, en donde las razas Hampshire Down y Texel fueron las de mayor participación. Esto nos dice que están dominando la pista del Prado dos razas netamente carniceras.
Es de destacar también que las pistas ovinas en el Prado fueron rodeadas por diferentes criadores extranjeros, como colombianos, brasileños, paraguayos y peruanos, e incluso algunos de ellos tienen la intención de importar genética ovina de nuestro país, a la cual valoraron de muy buena forma, al igual que lo hicieron los jurados extranjeros.
Por otra parte, a nivel interno existen diferentes emprendimientos y promociones que buscan incrementar el consumo de carne ovina en nuestro territorio, desde la promoción en el precio de cortes puntuales por parte de la Unión de Vendedores de Carne, hasta marcas específicas que buscan poner al alcance del consumidor local un producto accesible desde el punto de vista de su presentación, algo que ha sido un reclamo general sobre la carne ovina.
El rubro ovino también ha servido para diversificar los esquemas productivos en sistemas granjeros de la zona metropolitana y en el cinturón hortícola de Salto a través de diferentes convenios, en donde el rubro le ha sido útil a estos productores para poner los huevos en diferentes canastas en pro de buscar el mejor resultado posible al momento de cerrar el ejercicio agrícola.
En conclusión, si bien el rubro atraviesa un momento complejo, la apuesta a futuro continúa esperando un cambio en el mercado, empujada por la tradición de cría ovina en Uruguay y por la calidad del mismo en nuestro país.