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Más pasto, más terneros, más deuda

La ganadería entra al invierno con los campos naturales recuperados y buen estado general de los animales. Los precios, con fluctuaciones, están firmes, aunque recortados por el dólar. Las deudas subieron, algo esperable después de la seca

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Lo del Niño ha sido cosa seria este otoño-invierno: no para de llover. Se abre un par de días y ya vuelve a nublarse y a caer agua. Para las siembras y cosechas de granos, cultivos hortícolas y tambos, la complicación ha sido grande. La ganadería también enfrenta problemas, aunque tiene más margen de maniobra. Pastorear verdeos está difícil, pero todo indica que -con un clima mínimamente normal- tendremos una primavera con mucho pasto.

Los datos de la Red Información Nacional Ganadera (RING) del Plan Agropecuario correspondientes a mayo (un amplio sondeo a más de 400 productores), muestran que -en cuanto al pasto disponible en el campo natural- estamos ante la mejor entrada al invierno desde 2020 (gráfica). Según los datos, al mes de mayo casi 70% de los productores consultados tenía 5 o más centímetros de pasto, promedio, en el campo. La cifra triplica lo registrado el año pasado (plena seca) pero también es notoriamente mejor a los años previos. El panorama cambió notoriamente, enhorabuena.

En algunas zonas, el crecimiento del campo natural ha superado los registros máximos históricos. Obviamente, ya en pleno invierno la disponibilidad y la calidad merman respecto a los meses previos inmediatos; y el consumo de los animales supera el crecimiento de las pasturas por estas fechas.

La mayoría de los productores ya tienen en el radar, de manera permanente, la posibilidad de suplementación; según los técnicos del Plan, el año pasado casi 70% ya estaba suplementando por estas fechas, dada la escasez de forraje. Ese porcentaje este año es de 40%, lo que es coherente con un uso estratégico y racional del suplemento. Este año hay mucha más fibra en el campo, pero la calidad -obviamente- se va perdiendo en la medida que entramos al invierno, por lo que es clave la suplementación proteica para facilitar la fermentación ruminal.

Con buena acumulación de pasto ya desde la pasada primavera, mejoró mucho la condición corporal de los ganados. Como se ve en la gráfica adjunta, el 65% de los productores reporta rodeos con condición corporal promedio 4,0 o superior (una condición 5 al entrar al invierno se considera lo adecuado para buen desempeño reproductivo posterior); casi no hay establecimientos con rodeos de menos de 3,5 (en la escala que va de 1 a 8). De manera que también por este parámetro es la mejor entrada al invierno desde 2020.

Mientras el campo natural está con muy buen aporte de pasto, el aporte de los verdeos viene más complicado: la implantación en muchos casos fue tardía y las lluvias permanentes impiden los pastoreos. En aquellos casos en que se decidió entrar con los ganados, el deterioro suele ser importante; según el informe de la RING,1 de cada 2 productores reporta que sembró verdeos para este invierno. De ellos, la mitad aún no había podido pastorear por exceso de lluvias. Esto puede tener impacto en el desempeño de los ganados, en la medida que se posterga la oferta de pasto de calidad. Pero para la proyección del año, habrá bastante más forraje.

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 Más terneros

Además de una situación forrajera auspiciosa, casi 70% de los productores consultados en la RING señala que sus rodeos de cría tiene un 80% de preñez o superior, según los diagnósticos de gestación. Esta información se genera por el amplio uso del diagnóstico de gestación (ecografía o tacto), lo que -además- permite un mejor ajuste en el manejo del rodeo. De manera que habrá una oferta de terneros aumentada en la próxima parición, un dato auspicioso para el próximo ejercicio.

Esta proyección se reafirma con el dato del Taller de Diagnósticos de Gestación en Vacunos, que organiza todos los años INIA 33. Este año se llegó a un récord de preñez en el promedio de los rodeos controlados, alcanzando el 84% (gráfica).

En cuanto a los precios del ganado para faena, se está dando un paulatino aumento, en la medida que la posición de los productores es más fuerte con la mejora de la base forrajera. Los precios de exportación se han estabilizado arriba de los 4.000 U$S/ton, incluso con cierta suba reciente hacia los 4.200 U$S/ton equivalente carcasa, promedio mensual.

Esto a pesar de que China, principal mercado, está con precios menores. Hay otros mercados que compensan y los frigoríficos logran un precio promedio razonable. De hecho, el índice del Novillo TIpo de INAC tuvo un interesante aumento en mayo; también subió el precio de la hacienda, pero en menor medida, por lo cual subió el margen industrial. Éste está en un máximo de los últimos años, de lo cual pueden surgir algunas hipótesis; por un lado, que puede haber más espacio para mejorar el precio del ganado; por otro lado, dado que es un margen bruto a partir del cual la industria tiene que cubrir sus costos de funcionamiento (incluyendo mano de obra) y tener un retorno, seguramente el aumento de dichos costos también está incidiendo en la ampliación del margen. A nadie le gusta perder plata y -medidos en dólares- los costos han tenido un fuerte aumento en los últimos ejercicios. Cuando los precios de exportación “volaban”, el asunto no preocupaba. Pero ahora la situación es muy distinta.

Preñez

Precios menores o iguales a los de años previos, atraso cambiario y las dificultades del clima obligaron a muchos productores a aumentar su endeudamiento. El dólar se mueve en torno a 39,5 pesos, 3,3% por encima del promedio de junio del año pasado. Y el precio en dólares del ganado está recién llegando al de un año atrás, mientras la inflación anual (aun con la reciente baja) está arriba de 4%.

Según los datos del BCU; el endeudamiento bancario en productores ganaderos aumentó en el último año y superó los U$S 1.000 millones (gráfica). La situación de los productores es diversa, pero las dificultades son suficientemente generales como para motivar un comunicado de la Federación Rural alertando por el panorama ganadero. Señala que el ejercicio 2023-24, que está por cerrar, mostrará resultados muy magros en el sector. Las mejoras en el clima permiten avizorar un escenario productivo mejor para el próximo ejercicio, pero los mercados plantean siempre incertidumbres (entre otras, las nuevas exigencias ambientales europeas). Y el dólar, en Uruguay, no ayuda.

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