A pesar de las idas y vueltas sobre la importación de ganado en pie, el MGAP entiende a esta herramienta, en caso de alcanzar la habilitación, como una opción temporal para épocas del año de menor oferta. Y de permitir el ingreso de hacienda, quedaría liberado el ingreso de carne con hueso.
Martín Olaverry
Valor Agregado I Portal Rurales El País.
La importación de ganado vivo ha estado en la agenda de las autoridades nacionales desde hace un tiempo a esta parte, pero en las últimas horas ganó fuerza a raíz de las declaraciones de representantes de la Federación de Obreros de la Industria de la Carne y Afines (Foica).
Es que, según los trabajadores de los frigoríficos, el Ministerio de Ganadería habilitará próximamente la importación de ganado bovino para faena en los abastos; y posteriormente permitirá el ingreso de terneros y, en una tercera etapa, de ganado preñado.
Sin embargo, tras consultas realizadas al Ministro de Ganadería, Carlos María Uriarte confirmó que “no hay una definición tomada”, dijo que el tema “se está analizando” y “en ningún momento se buscará poner riesgo el estatus sanitario del país”.
En la edición de mayo del suplemento de Rurales El País, el director general de los Servicios Ganaderos del MGAP, el Dr. Eduardo Barre, aseguró que el protocolo del Mercosur para la importación de ganado “está firmado para reproducción, faena y engorde. Y dentro de éste hay alguna cláusula que permite al país comprador tomar acciones de protección sanitaria”.
En tal sentido, Uruguay se encaminó en un proceso de consultas a los principales mercados, y más exigentes, sobre si el ingreso de animales de otro país podría afectar la caracterización de riesgo. A lo que agregó: “Uruguay tiene una fortaleza muy grande, por lo que siempre se destacó, y es que compra pocos bovinos del exterior, entran unos 50 animales al año para mejoramiento genético”.
La compra de ganado en pie desde la región ha tenido un marcado interés desde el sector industrial, sin la oposición de los ganaderos, como contrapartida a la exportación de terneros, un negocio que en los últimos seis años, especialmente en 2017 y 2018, experimentó volúmenes significativos e históricos.
A tal punto que en 2016 los gremios de las industrias frigoríficas encargaron a CPA Ferrere un informe denominado “Análisis del impacto de la exportación de ganado en pie en Uruguay”, y algunos años más tarde, en 2019, el exministro de Ganadería, Enzo Benech, solicitó un estudio similar al Instituto Nacional de Carnes (INAC): pero nada frenó el libre mercado.
A pesar que en los últimos dos años el envío de ganado vivo al exterior experimentó una baja importante en volumen, desde el sector industrial entienden que ha incidido fuertemente en la baja del stock de hacienda en edad de faena. Por tanto, la importación de ganado en pie desde la región despertó como una alternativa a la escasez de animales, y así evitar una disparada de precios, que hoy está jugando en contra de la competitividad exportadora de Uruguay.
Operadores consultados, que han realizado averiguaciones por terneros en Brasil, dijeron que en Río Grande del Sur cotizan US$ 1,40 el kilo en pie, y puestos en Uruguay tendrían una referencia de US$ 1,60. Actualmente las empresas exportadoras que operan en el país están comprando terneros entre US$ 1,90 a US$ 2,15 por kilo vivo, dependiendo de su peso.
De habilitarse el ingreso de animales para faena inmediata, se dispara la posibilidad de importar carne con hueso. La compra de cortes bovinos del exterior, es un negocio al que FOICA se ha opuesto, a tal punto que pidió que se limite el volumen importado. Por el contrario, las autoridades del Ministerio de Ganadería tienen una firme posición de mantener libre y sin cupos la importación de carne.
Mercado.
Las lluvias de las últimas semanas generaron un giro 180 grados en varios campos del país que estaban afectados por la seca, muchos bajo emergencia agropecuaria por déficit hídrico, y hoy enfrentan problemáticas de anegamientos.
Esta realidad distorsionó el mercado de haciendas gordas, dado que obligó a corrimientos de cargas y algunas plantas, con necesidad de completar las faenas diarias, a pagar más por las categorías. Operadores explicaron que la oferta es escasa y la demanda está firme, y de seguir así la próxima semana los valores volverán a aumentar. Los novillos cotizan US$ 3,30 por kilo carcasa, con algunos negocios puntuales levemente por encima, y las vacas entre US$ 3,12 a US$ 3,15.
La faena de la última semana (del 15 al 20 de junio) sumó 36.393 reses y bajó 7,8% en comparación con la anterior semana, pero fue de 3.583 cabezas superior con la misma semana del año pasado. A pesar que la actividad de novillos cayó entre la segunda y la tercera semana de junio, es para destacar el descenso de las vacas: 2.834 cabezas menos.
En la región, el Índice Faxcarne del Novillo Mercosur aumentó US$ 0,7 y alcanzó los US$ 2,59 por kilo carcasa, el valor más alto desde mediados de marzo. Las subas fueron generalizadas en todos los mercados: en Brasil, con ayuda del real, el novillo de los principales estados exportadores se valorizó en promedio US$ 0,10 a US$ 2,52; en Argentina la referencia se ubicó en US$ 2,54 y en Paraguay en US$ 2,30 el kilo gancho.
Mundo.
Luego de una semana de mucho nerviosismo por los exigentes controles en puertos chinos a los alimentos importados a causa del brote de Coronavirus en el mercado mayorista más importante de Pekín, los exportadores encontraron una cuota de tranquilidad, ya que las medidas se flexibilizaron y tienden a la normalidad.
Pero algunos importadores chinos, debido a los altos stock y un menor consumo de carne, mantienen el interés de renegociar contratos cerrados por carne bovina a precios inferiores. Esa desvalorización quedó a la vista en los datos de las importaciones chinas de mayo, que detallaron una caída en volumen y en cotización para la carne bovina. El precio promedio de compra de mayo se posicionó en US$ 4.720 por tonelada, una baja de hasta US$ 1.000 por tonelada, según expresaron jugadores del mercado.
Todavía no hay un estimado de cuánto dinero implicaría el interés renegociador de los compradores asiáticos, pero las autoridades uruguayas estimaron en US$ 200 millones a las toneladas de carne vacuna en puertos chinos y próximas a llegar a destino.