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El vecindario retorna a la normalidad

En los últimos días se dieron dos noticias que parece que harán que el mercado internacional de la carne vacuna tienda hacia una situación más normal, al menos con algunos jugadores claves de América del Sur con mejores condiciones de acceso

Rafael Tardáguila
Rafael Tardáguila

En los últimos días se dieron dos noticias que parece que harán que el mercado internacional de la carne vacuna tienda hacia una situación más normal, al menos con algunos jugadores claves de América del Sur con mejores condiciones de acceso. El 15 de diciembre la Aduana de China dio la noticia más esperada para los exportadores brasileños -y los paraguayos- al volver a habilitar el ingreso de carne fresca brasileña en las mismas condiciones en que accedía previo a la suspensión el 4 de setiembre: carne desosada proveniente de animales de menos de 30 meses. Con ello, en 2022 Brasil va a volver a tener a China como principal destino de este producto, seguramente cerca de la mitad del volumen embarcado.

Además, China comunicó que también podrá ingresar la carne que haya sido producida entre el 4 de setiembre y el 15 de diciembre, siempre que cumpla con las condiciones exigidas. De esta manera, no habrá ningún tipo de inconveniente con la fecha de producción. Todo lo que haya sido producido en plantas habilitadas para el mercado chino, cuente con la certificación correspondiente y sea de animales de menos de 30 meses, podrá ser embarcado desosado para China. La diferencia no es menor. La empresa que haya optado por guardar el producto en cámara en lugar de comercializarlo a otros destinos a precios más bajos, logrará jugosas diferencias, ya que el ganado lo compró a precios de un mercado “sin China”, pero podrá colocar ese producto en el mercado chino. El valor medio de exportación de Brasil en noviembre fue US$/t 800 menor que el de agosto, previo a la suspensión de China.

Por su parte, la industria paraguaya también festeja. Al no tener relaciones comerciales con China, la salida de Brasil de su principal destino incrementó la competencia con la carne paraguaya en donde esta se hace más fuerte, Chile y Rusia, presionando a la baja sus precios de exportación.

El otro hecho destacado de los últimos días se dio en Argentina en la reunión entre el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, con representantes de la cadena cárnica. Allí, el jerarca anticipó una flexibilización en el cepo a la exportación de carne vacuna a cambio de que se garanticen 20 mil toneladas a “precios cuidados” para las fiestas de fin de año. Se quitará el límite de exportación que era 50% del volumen embarcado durante el segundo semestre de 2020 y solo quedarán vetados de ser exportados los siete cortes “populares” de los animales de categorías A, B y C, que son los de mejor calidad. En cambio, los animales de peor calidad, básicamente las vacas y toros manufactura, no tendrán limitaciones en sus ventas al exterior, ni siquiera la de los cortes denominados populares. Estos son el asado, la tapa de asado, el matambre, la paleta, la falda, la cuadrada y el vacío.

Por más que todavía no se publicó la resolución en el Diario Oficial, los exportadores argentinos están confiados de que en 2022 podrán trabajar de forma mucho más fluida de lo que lo han hecho en el año en curso. El gobierno argentino precisa dólares casi que de forma desesperada y para ello debe tener un sector agropecuario lo más pujante posible. Después, eventualmente, llegará el momento, más cerca de las elecciones, de tomar nuevamente medidas de corte populista de manera de intentar ganar votos con el discurso demagogo de estar “cuidando la mesa de los argentinos”. En las elecciones de medio término de este año la jugada no les salió bien.

En base a los anuncios de liberación, el analista argentino Víctor Tonelli estimó un aumento en las exportaciones de carne vacuna en 2022 de 11% al entorno de las 790 mil toneladas peso res.

Por lo tanto, la expectativa es que los dos vecinos de la región dejen atrás las situaciones que restringieron sus ventas al exterior de carne vacuna en el segundo semestre del año que está cerrando y puedan participar de forma más activa y fluida, con una mayor oferta, en el mercado internacional.

Ambas situaciones en el vecindario favorecieron a los exportadores uruguayos. Uno por motivos sanitarios, otro político, vieron resentidas sus posibilidades de venta. Uruguay, en la medida de sus posibilidades -es imposible suplir los volúmenes de ninguno de los dos países- logró colocar en el mercado internacional un volumen récord de carne vacuna a un valor medio también récord. Es más que factible que estos récords se hubieran dado igual, dado que el contexto en el mercado internacional era muy favorable. Pero quedan pocas dudas en cuanto a que el vecindario colaboró para elevar algo más esos números, tanto en cuanto al volumen como al valor medio.

En 2022 ninguno de los dos factores estará allí para apuntalar las ventas al exterior. De todas maneras, eso no vuelve sombrío el panorama.

La demanda internacional seguirá siendo intensa, fundamentalmente desde el lado de China, pero también desde Estados Unidos, los dos principales destinos de la carne vacuna uruguaya.

Al cierre del año, las expectativas son de un mercado con precios que deberían ser más que interesantes para la tonelada exportada de carne vacuna y, como se sabe, este valor tiene una altísima correlación con el precio que se paga por la hacienda enviada a frigorífico. Pero, con mayor oferta de los vecinos, es posible que los picos de este año no se logren el próximo.

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