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Cambia, pero no cambia

Presencia de nuevas autoridades en la Inauguración de la Cosecha marcó un inicio prometedor

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Los ciclos biológicos no entienden de precios. Tampoco entienden de inserción internacional ni de política. El arroz se siembra cada primavera y se cosecha al final de cada verano, sin importar el ánimo del productor, sin importar la cantidad de tensiones geopolíticas en el mundo...

El sector arrocero nacional viene de, al menos, dos campañas muy buenas. Dos años hacia atrás fue por los excelentes rendimientos, los cuales con más de 9 toneladas y media por hectárea, consagraron un récord desde que se lleva este registro.

En la campaña pasada el viento de cola fue por un precio excelente. Los US$ 17,15 configurados en el precio provisorio marcaron un valor sin precedentes para el rubro, y si bien resta definir el precio definitivo, la esperanza es que se ratifique una de las mejores zafras en materia de valores de la que se tenga registro.

La buena noticia, como conclusión global de este breve análisis, es que el rubro parece estar saneado y con intenciones de crecimiento. Las 182.000 hectáreas sembradas en esta zafra así lo determinaron.

La inauguración de la nueva cosecha de arroz tuvo muchas novedades, que podríamos resumir, a grandes rasgos, en cuatro: expectativas de buena producción, un panorama de precios desafiante, cambios en la presidencia de ACA y la puesta en marcha de un nuevo gobierno en el país.

Sobre los primeros dos puntos me he referido anteriormente, pero, ¿qué sucede con los otros dos ítems? Tal como titula la portada de este suplemento, los arroceros ven con esperanza la posibilidad de hacer crecer al sector en un trabajo mancomunado con la nueva administración.

La presencia de Presidente, Vicepresidenta y varios Ministros, así como de otras figuras del Frente Amplio, aparece como un mensaje potente.

Las dificultades y amenazas que atraviesa el rubro en la actualidad, no se alejan de las mismas que lo han acompañado en las últimas administraciones y parecen un mal estructural del país. Para un sector que produce mirando al mundo y exporta casi el 95% del arroz, una reducción en los costos y una mejor inserción internacional es absolutamente clave.

Al parecer, las cartas ya están sobre la mesa. En el mercado internacional, no queda más que esperar coyunturas favorables para estar mejor preparados cuando lleguen las otras. El desafío de la certificación cobra importancia allí. En materia productiva, la excelencia de un sector tan integrado entrega una plataforma de base maravillosa.

En la articulación gremial con el gobierno, el tiempo irá mostrando su veredicto, pero el arranque es prometedor.

Como se puede ver, muchas cosas cambiaron, pero hay muchas otras que no cambian: los productores siguen en las chacras sembrando para cosechar.

El clima finalmente dio un empujón y se viene otra gran cosecha de verano, después de la muy buena producción de invierno. La agricultura sigue adelante pese a las incertidumbres de mercado y limitaciones logísticas.

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