Valió la pena esperar. Después de dos años fue bueno reencontrarse en un remate de cabaña “San Alberto”, en el local de la Rural de Florida “mirándose a los ojos” y apretando las manos al saludar.

La cabaña de José Florentino “Pocho” González y del Dr. Alberto González Buceta, recibió a muchos clientes en una magnífica jornada de sol en la cual, con negocios a cargo de Ruben Urchitano, se dispersó la totalidad de la cuidada oferta de ganado Holando.
Tanto criadores tradicionales, como gente nueva, se hicieron presentes para pujar, primero por las vacas y luego por los toros, en una jornada que se caracterizó por el trámite ágil, para lo cual ayudó que más del 60% de los toros ingresó a la pista con Pre Oferta.
Los muy bien presentados 39 toros, con la reconocida genética de San Alberto, se dispersaron a un valor promedio de US$ 3.780, lográndose un máximo de US$ 5.000 por tres ejemplares, adquiridos por los tamberos César González y Freddy de los Santos. En tanto, el valor piso para la torada fue de 3.200 dólares.
Y la dispersión marcó la avidez. Pues se fueron toros para los cuatro puntos cardinales del país. Hubo compradores de Salto, Rocha, Colonia, San José, Canelones, San Ramón, Cerro Largo, Durazno y obviamente de Florida.
También fluida fue la venta de los vientres. Las vacas próximas se pagaron entre US$ 2.000 y 2.150 y las recién paridas oscilaron entre US$ 1.000 y 1.150, demandando poco rato para su comercialización, entre varios piques de compradores presentes en el local.
“Quedé muy satisfecho, porque se vendió todo en primer lugar, por la agilidad con que se dio, esperábamos terminar entrada la noche y se dispersó todo con sol arriba, pero además por los valores, que considero son muy buenos”, reflexionó el Dr. Alberto González.
Según su punto de vista también fue para destacar “que además de los clientes de siempre, hubo gente nueva”.
Para el principal de la cabaña, a pesar de la incertidumbre del sector lechero por los altos costos de producción, “en momentos difíciles, la genética te saca de los pelos, y esa lectura hicieron los compradores”.
Para Ruben Urchitano fue “un muy buen remate, en el cual el mercado valoró la calidad genética del Holando de San Alberto”. Destacó además, “el gran trabajo de todo el equipo del escritorio”.