El rubro ovino cerró los primeros once meses de 2025 con un desempeño positivo en términos generales, alcanzando ingresos por 214,7 millones de dólares, lo que representa un incremento interanual de 3,3 %. El repunte estuvo liderado por las exportaciones de lana y subproductos, que continuaron ganando participación dentro del total exportado y compensaron la caída registrada en la carne ovina.
Según el informe del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), las ventas externas de lana y derivados totalizaron 153,8 millones de dólares, un aumento del 5,6 % respecto al mismo período de 2024. La participación del complejo lanero dentro del total del rubro ovino se consolidó en 71,6 %, mientras que la carne ovina representó el 28,2 %.
La lana: más ingresos pese a menos volumen
En volumen físico, Uruguay exportó 38 millones de kilos de lana equivalente base sucia, un 10,2 % menos que un año atrás. Las tres categorías —sucia, lavada y tops— mostraron descensos en volumen, con retracciones de entre 8,3 % y 12,4 %. Sin embargo, el incremento en los precios internacionales y la buena performance de algunos mercados determinó que la facturación del sector creciera.
China se mantuvo como destino dominante en todas las categorías: absorbió el 86 % del valor exportado de lana sucia y el 61 % de la lana lavada. En lana sucia, los ingresos superaron los 59,3 millones de dólares —13 % más que en 2024—, impulsados por un fuerte aumento de demanda desde China y la reactivación de Egipto. La lana lavada creció 9 %, con India como segundo destino y un incremento de 78 % en su participación. En contraste, las exportaciones de tops cayeron 2,2 %, afectadas por una menor colocación en Italia y Alemania.
Otro dato relevante es el comportamiento por diámetros: la lana fina (menos de 21 micras) mostró un crecimiento notable tanto en volumen (38 %) como en valor (42 %), consolidándose como la categoría de mayor dinamismo dentro del complejo.
La carne ovina cayó en volumen, pero sostuvo parte del valor por mejores precios
Entre enero y noviembre, las exportaciones de carne ovina sumaron 60,6 millones de dólares, una baja de 2,4 % interanual. El volumen exportado se redujo de manera mucho más marcada: 9.939 toneladas, un 31 % menos que en 2024. La mejora del precio promedio evitó que la caída en valor fuera mayor.
Brasil continuó como principal destino, con 35 % del total (21,4 millones de dólares), aunque sus compras disminuyeron 5 %. Israel escaló al segundo lugar con un crecimiento extraordinario: pasó de apenas 1 millón en 2024 a más de 11 millones este año, equivalente al 18 % del total exportado. China quedó relegada al tercer puesto, con una caída del 50 % en sus compras, mientras los países árabes consolidaron mayor relevancia regional y representaron el 19 % del valor exportado.
Un sector que avanza con señales mixtas
El balance del período muestra un complejo ovino que recupera dinamismo gracias al impulso lanero, especialmente por la firme demanda de lanas finas y la reactivación de mercados estratégicos. Sin embargo, el resultado contrasta con un escenario menos favorable para la carne, donde la caída en volúmenes exportados plantea desafíos para la cadena cárnica ovina en el corto plazo.
El informe del SUL destaca que, pese a las oscilaciones, el sector mantiene una base sólida de diversificación de destinos y capacidad de adaptación ante cambios en los mercados internacionales.