El miércoles 31 de enero Pablo Antúnez firmó su último artículo en Rurales El País y, un día después, apagó el monitor de su computadora. Como no pudo haber sido de otra forma, escribió sobre algún tema sanitario, de la garrapata posiblemente...

Ahora, las reuniones de las 13 horas se realizan por llamada grupal de Whatsapp, y nuestras cadenas de mails desaparecieron.

Compartí con Pablo casi cuatro años de trabajo, suficientes para conocerlo, valorarlo y, hoy, extrañarlo.

Hace un par de meses Pablo Antúnez se fue de la redacción de El País por la puerta grande, y el equipo de Rurales despidió a un gran compañero; un caballito que corrió todas las carreras, siempre al pie del cañón para atajar cualquier bomba.

“Bueno, pero no enojes”, “Hola Manu, ¿hablaron?”, “Hola Martes”, “¿Están con el faldón tomado?” “Necesitas ayuda?”, “Lista la página 5” “jajajajaja”. Revisé mi casilla de mail, y esos fueron algunos los asuntos de nuestros últimos correos, pero les anteceden otros varios… por ahí corrieron debates, discusiones, chismes, ideas, saludos, noticias, posibles notas, contactos y ainda mais…

Después de más de 40 años en la empresa, en febrero se jubiló Pablo Antúnez, un “todoterreno” y desde entonces el equipo de Rurales siente su ausencia, a pesar de contar ahora con la compañía de un gran sustituto, apodado “Antunito” (el enorme Cristian Alamón), con quien comparte -curiosamente- los mismos intereses periodísticos, pero sobre todo, se mantiene la calidad humana.

Por ello, en nuestro ya clásico asado por el 1° de mayo, que lo realizamos el domingo siguiente al feriado, este fin de semana despedimos a nuestro compañero, como él lo merece.

ASUNTO: Escribite algo corto cuando quieras, tipo 16 mil caracteres. Ya sabes donde encontrarnos. ¡Abrazo, Pablín!.

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