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El baqueano que actuó en la película de la que todos hablan

Con 20 años y 22 kilos menos, Agustín Berrutti dejó los caballos y viajó a España para protagonizar un papel que cambió su vida

La Sociedad de la Nieve, una película de Juan Antonio Bayona.
"La sociedad de la nieve".
Foto: Difusión.

"Hola, Agustín. ¿Qué tal? ¿Cómo te va? Soy Manuela García Pintos, trabajo en Rurales El País. Tomás, tu hermano, me compartió tu contacto porque me interesó tu historia. Quería que me cuentes un poco sobre ti y sobre el papel que protagonizaste en La Sociedad de la Nieve; cómo se dio todo, cómo fue que pasaste de los caballos a la actuación...”, le decía a Agustín cuando hablamos por primera vez. Y me respondió: “hola Manuela, ¿cómo le va? ¿Todo bueno? Si claro, pero espera que tengo que ir a trotar una yegua. Vuelvo a la tardecita y hablamos”. Efectivamente, volvimos a hablar a la tardecita, después de varear una yegua, después que conoció los estudios de Netflix en España, después que protagonizó un papel que lo obligó a bajar más de 20 kilos y después que su vida cambió.

Agustín Berrutti D’Angelo tiene 20 años y es de los pagos de la patria grande, de Tacuarembó. Allí fue donde nació, pero se crió en Tres Puentes, sobre la ruta 27, en el departamento de Rivera. Ahí vivió hasta los cinco o seis años y luego se fueron a Tacuarembó, a la chacra de sus padres. Hizo sus estudios primarios y secundarios sin alejarse del campo. Su padre es entrenador y domador de caballos y él, al igual que su hermano, sigue sus pasos. Su madre es masajista y son cuatro hermanos en total.

Lo que más le gusta es estar con los caballos. Al momento doma y está aprendiendo a entrenar. No sabe qué es lo que mejor le sale, pero en todo lo que hace, trata de dar su mejor versión.

Estudió hasta sexto de Economía, pero dejó los estudios porque se fue a cuidar de su abuelo. El día de su cumpleaños, el 14 de julio de 2021, su Tata falleció y fue para él una pérdida enorme porque lo quería mucho. Pero Dios te quita y Dios te da, porque al mes llegó la noticia de la película y él lo tomó como un regalo de su Tata.

Aún no sabe por qué se inscribió al casting. “Estaba un día en casa y a mi madre le mandaron una foto que decía que buscaban chicos entre 18 y 26 años, algo así. Mi madre me empezó a insistir que mandara un vídeo. Lo hice. Tenía que decir mi nombre, mi edad y de dónde era”, contó.

Sin embargo, no sabía que se trataba de una película. El folleto decía que era para un largometraje, pero no tenía idea de qué significaba eso y pensó que era para una propaganda. No sabe qué vio su madre en él para insistirle en que se presente. Le gusta hacer reír y que cree ser carismático. “La foto que le mandaron a mi madre decía que buscaban chicos para un largometraje. Creo que ni leímos que decía largometraje, pero tampoco teníamos idea de lo que. Pensamos que era una propaganda o algo así; mi madre había hecho una propaganda hace mucho tiempo con mi hermana y con los caballos de mi padre, no recuerdo para qué marca, y sabíamos que se pagaba bien. Mamá me dijo que era una rica changa y por eso me presenté. Después se fue dando y me empezaron a contar que era una película y ahí más ganas me dieron de quedar”, dijo.

A los tres o cuatro días me empezaron a llamar porque les había gustado mucho mi vídeo. Después me pidieron otro. Al cuarto o quinto vídeo, me mandaron a actuar con una parte del guión de la película. Lo hice y me respondieron que les había encantado y que actuaba muy bien. Ahí se fue dando. Después tuve un casting por Zoom, que fue el penúltimo. Ahí conocí a María Laura Berch y a Iair Said, que eran los directores del casting. A los 15 días me llamaron de nuevo porque querían que fuera a Montevideo a hacer el casting presencial. Ese día conocí a Juan Antonio Bayona, el director de la película”, contó.

En este último casting presencial, María Laura Berch le contó que se trataba de una película de gran nivel, que era para Netflix y que se tenía que ir a vivir a España por seis meses. A los pocos días lo llamaron para decirle que había quedado y eso fue “una emoción tremenda”.

Viajaron a España a finales de 2021. Tuvieron dos meses de ensayo en Barcelona y luego estuvieron cuatro filmando en Sierra Nevada. Cuando volvieron filmaron en Uruguay; una parte en Minas y otra en el aeropuerto viejo de Carrasco. La última etapa se filmó en los estudios de Netflix en Madrid.

Rodaje La Sociedad de la Nieve.

“El proceso fue espectacular porque conocí lugares que nunca en mi vida pensé conocer; solo con decir que fui a España, para mí era un sueño pendiente. En algún momento de mi vida quería conocer Europa. Nunca había viajado en avión y está fue la primera vez que lo hice. Fue lindo y fue feo a la vez, porque conocí lugares lindos pero estábamos haciendo una dieta en donde yo bajé 20 o 22 kilos. Fue muy duro también, pero la verdad que fue una experiencia totalmente increíble”, aseguró.

No fue hasta el último casting que le dijeron de qué película se trataba. En el casting presencial le empezaron a contar los detalles y a qué sobreviviente iba a representar: a Roberto "Bobby" François.

“Cuando me enteré que había quedado seleccionado no lo podía creer, y todavía me hicieron una joda. Me acuerdo que estaba jugando Uruguay-Ecuador, un partido de eliminatorias que perdimos. En el medio del partido me llama María Laura y me pregunta si podía entrar en un Zoom en ese momento. Entre enseguida y me empieza a decir que muchísimas gracias por haber hecho el casting y todo no sé qué… (yo solo pensaba ‘no quedé’). Después me preguntó si había andado en avión. Le dije que en avión no, pero que una vez en avioneta. Y me pregunta: ‘si tenés que viajar entre pasillo o ventana, ¿qué preferís?’ Y yo: ‘pa, no sé, capaz que ventana’. ‘Entonces te sacamos ventana’. Ahí me di cuenta que me estaba diciendo que iba a viajar a España y no lo podía creer, le pedí que me dijera si de verdad había quedado y me respondió que sí. Mis padres, mis hermanos y toda mi familia muy emocionada. No podíamos creer porque era un gurí de 18 años que no tenía ni idea de nada, nunca había actuado en mi vida, nunca había hecho nada, venía de campaña y había quedado en una película para Netflix y me tenía que ir a vivir a España seis meses”, contó con la misma emoción.

Del accidente de los Andes no sabía nada, casi nada. “Sabía lo que todos saben: que habían caído unos uruguayos que jugaban al rugby en los Andes y que se habían comido a sus compañeros. Nunca había leído el libro, ni mirado la película”, comentó.

Agustín se dedica a domar y está aprendiendo a entrenar caballos.

Después de dos meses de ensayo en Barcelona, se prepararon y fueron a filmar a Sierra Nevada unas ocho o diez horas por día, algunos días más, otros menos. Para interpretar a su personaje, bajó 20 o 22 kilos. Antes de arrancar la dieta pesaba casi 100 kilos y llegó a 76 o 78 kilos. Lo que más le impresionó fueron los lugares en donde filmaron. En la montaña estaban a 3.000 metros de altura. Le llamaron la atención los sets de rodaje, los estudios de Netflix. “Para mí fueron cosas totalmente de otro mundo, totalmente de otro mundo, filmar a varios grados bajo cero, comiendo poco, todo era un desafío muy grande. De las cosas que más me impresionó, sin lugar a dudas, fue filmar en una montaña, con una réplica de un avión partido, con frío, a 3.000 metros de altura. No podías creer, mirabas para todos lados y era todo nieve y nosotros estábamos ahí”, señaló.

Piensa que los valores que se manejaron en la tragedia, fueron, sin lugar a dudas la amistad y el amor. “Eso bien lo dice la frase de Numa (Turcatti): ‘No hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos’. Me parece que los valores de unión, de amistad, de solidaridad, de amor y de compañerismo, sobre todo, fueron los que hicieron salir adelante todo. Creo que fue una tragedia y un milagro, las dos cosas juntas. Por un lado, fue una tragedia por todo lo que pasó… pero fue un milagro por cómo se salvaron”, cerró.

“Sobrevivió porque la vida así lo quiso...”

Agustín Berrutti junto a Roberto "Bobby" Francois.jpeg

A Roberto “Bobby” François lo vio solo una vez y tuvo la oportunidad de hablar con él antes de filmar la película. Él vive cerca de Paso de los Toros y le contó cómo había vivido esos días.

“No le gusta hablar mucho del tema, porque como él me dijo, él no la pasó bien. A él le parece que fue una tragedia y que no es un tema que le guste hablar. Tuvimos un intercambio de un rato, donde él me dijo que no la había pasado muy bien y me contó más o menos cómo él lo había vivido, pero me fui sabiendo que él era una persona muy solidaria y muy buena con los demás, que se había dejado llevar: que fuera lo que Dios quiera y que sobrevivió porque la vida así lo quiso, pero él ayudaba a su manera haciendo reír a los otros, pero no era que él se esforzaba físicamente, por ejemplo, por hacer algo, sino que lo hacía desde otro lado. Tomé los consejos que pude y lo que sus amigos me contaban sobre él”, recordó.

Es Licenciada en Comunicación, egresada de la Universidad ORT en 2017. Trabaja en Rurales El País, sección a la que ingresó en agosto de 2020. Antes fue periodista agropecuaria en El Observador y productora en el programa radial Valor Agregado, de radio Carve. Escribe artículos para la revista de la Asociación Rural y se desempeña como productora del programada #HablemosdeAgro, que se emite los domingos en Canal 10.

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