El director de Abasto Santa Clara, Jorge López, analizó en Hablemos de Agro la coyuntura del mercado interno, la incidencia de la carne importada, el comportamiento del consumidor uruguayo y los desafíos de la cadena cárnica. Además, adelantó cómo se proyecta el futuro de la empresa familiar, que cumple 40 años.
El debate sobre la posibilidad de importar ganado en pie exclusivamente para faena destinada al mercado interno volvió a instalarse en las últimas semanas. Consultado sobre el tema, López, actual presidente de la Asociación de Distribuidores e Importadores de Carne (ADICU), consideró que la medida es poco viable.
“Si uno hace los números, los costos adicionales de flete y eventualmente de vacunación terminan equiparando la diferencia con traer carne ya envasada. La verdadera brecha está ahí: la carne importada lista para el consumo”, sostuvo. En su visión, no se trata de un rechazo ideológico, sino de un análisis comercial: “no creo que convenga ni que se dé la importación de ganado, salvo que algunas pequeñas plantas del mercado interno lo vieran como una oportunidad puntual”.
Uruguay importó unas 25 mil toneladas de carne en el primer semestre, lo que representa cerca de un 28 a 30% del consumo. Brasil sigue siendo el principal proveedor, aunque López advierte que “lejos de bajar, los precios del ganado brasileño se tonifican al alza”.
Sobre Argentina, explicó que ocupa un nicho específico: “Básicamente entra asado de calidad y algún corte fino. Aunque es más caro, los consumidores uruguayos no están dispuestos a renunciar a ese producto”. En el caso de Paraguay, describió un mercado “cíclico y difícil de leer”, con meses de abundancia y otros de fuerte retracción.
El director de Santa Clara indicó que el precio de la hacienda en Uruguay se encamina a nuevos incrementos una vez finalizada la cuota 481. “Si no fuera por el dólar, la carne nacional ya estaría más cara. Seguramente haya un ajuste al alza en las próximas semanas”, adelantó.
Según López, la carne importada seguirá siendo clave para equilibrar el mercado: “Vamos a sostener el mercado interno con otro semestre de buena participación de carne brasileña, aunque no siempre al precio que quisiéramos pagar”.
Preferencias del consumidor: el papel central de la vaquillona
En cuanto a tendencias de consumo, López observó que la carne de corral alcanzó un límite en la aceptación del público. “El consumidor ya está saturado de cortes finos de corral, aunque sigue siendo demandada en la parrilla. En cambio, la vaquillona es la verdadera vedette del año: se consume cada vez más como media res en carnicerías y también es demandada para corrales. Hoy es la categoría que domina el mercado interno”, remarcó.
El asado de campo continúa siendo el corte más solicitado, a pesar de que el asado de feedlot mantiene un pequeño nicho entre consumidores dispuestos a pagar más por calidad.
Los datos del INAC muestran que el consumo per cápita total de carnes en 2024 cerró en torno a los 100 kilos, con un virtual empate entre carne vacuna, pollo y cerdo, en unos 48 kilos cada uno, más 2,6 kilos de ovino.
“Es alentador que la carne vacuna recupere un kilo y pico frente al pollo y el cerdo. Confirma que sigue siendo la preferida por los uruguayos”, señaló López. En cambio, reconoció que el ovino enfrenta mayores dificultades para crecer: “sigue faltando cultura culinaria para que gane espacio en la dieta”.
El presente de Abasto Santa Clara: 40 años de historia y tercera generación
Con cuatro décadas de trayectoria, Abasto Santa Clara transita una etapa de renovación. “Mis hijos, de entre 20 y 30 años, se enamoraron de la carne y hoy llevan adelante gran parte del negocio. Se ha transformado la comercialización: hoy la venta por aplicaciones es una realidad y los consumidores valoran cada vez más la presentación y el envasado. Compramos con los ojos, y eso elevó el consumo de carne con marca en Uruguay”, contó López.
Consultado sobre la posibilidad de contar con un frigorífico propio, reconoció que “la fantasía siempre está, porque tenemos la gente y la experiencia”, aunque advirtió que la tendencia del mercado interno “no es de crecimiento” y que la única forma de expandirse es ganando espacio a competidores.
“Por eso pensamos que, en algún momento, deberíamos tener una pata en la exportación para sostener un camino de crecimiento”, concluyó.