Las restricciones impuestas al uso de Imidocarb, antiparasitario hemático usado para el control de las babesias causantes de la denominada tristeza en bovinos, está provocando brotes más frecuentes de la enfermedad en los sistemas de invernada. El Imidocarb está incluido en el Plan de Residuos Biológicos que aplica la Dirección de Laboratorio Veterinario Dilave “Miguel C. Rubino”, herramienta que garantiza la inocuidad de la carne exportada y la que se consume en el mercado interno, cumpliendo con las exigencias de los mercados. Este principio activo que el productor conoce bien para controlar la garrapata y las enfermedades asociadas al parásito (babesiosis y anaplasmosis), tiene 217 días de espera. Una vez cumplido, recién ahí el animal puede ser remitido a faena sin que queden residuos en carne.

“En los sistemas de invernada, ese producto no se puede utilizar más. Es un producto muy seguro, conocido por el productor y muy confiable, pero no se puede utilizar y las alternativas son más complicadas”, explicó el Dr. Rafael Carriquiry, veterinario del Instituto Plan Agropecuario (IPA).

Como todos los años, la garrapata aprieta en el otoño, al igual que sus enfermedades asociadas y eso es lo que provoca que los veterinarios detecten brotes de tristeza más frecuentemente en los rodeos. “Es un problema que nos está preocupando mucho”, advirtió Carriquiry.

Alternativas.

El especialista recordó a los productores que en las zonas “endémicas” de garrapata, los establecimientos ganaderos “deben contar con un plan de control de garrapata y tristeza”. Se focalizó y defendió el uso de la hemovacuna, pero el uso de esta herramienta “exige una planificación, no es tan sencillo como usar un babecicida y un producto químico”, agregó el profesional del IPA.

Una buena alternativa que remarcó Carriquiry es que cuando los invernadores reciben lotes de animales, primero armen una especie de cuarentena, separándolos del rodeo por tres o cuatro semanas de control. Cuando estén seguros o tratados, recién ahí agregarlos al rodeo.

La tristeza parasitaria es una de las principales causas de muerte de bovinos en Uruguay y es causada por tres babesias: babesia bovis, babesia bigemins y Anaplasma marginale (parásitos).