La garrapata sigue siendo un problema complejo en la ganadería, pero el 2025 no se perfila como un año particularmente difícil. Así lo afirmó el veterinario Lauro Artía en diálogo con Valor Agregado Norte, al analizar la situación en Paysandú y el norte del país. "La sequía anterior jugó su papel, y aunque la primavera fue lluviosa, la infestación no ha alcanzado niveles de descontrol como en temporadas pasadas", explicó Artía.
El tema de la garrapata cobró relevancia recientemente luego de que el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Alfredo Fratti, declarara la lucha contra esta plaga como una prioridad de su gestión. Sin embargo, para el veterinario Artía, el verdadero problema no es la garrapata en sí, sino su impacto en la inocuidad de la carne. "Es incompatible con nuestros mercados. El desafío es controlarla sin afectar la calidad e inocuidad del producto", señaló.
En este sentido, Artía advirtió sobre la dificultad de garantizar que los animales cumplan con los tiempos de espera de los productos veterinarios aplicados. "Algunos tratamientos requieren hasta 230 días de espera, mientras que para la exportación a mercados como México se exigen plazos de 46 días. En muchos casos, no se puede tener certeza sobre el historial del animal antes de su faena", subrayó. Esto expone a los productores y veterinarios a un dilema sanitario de difícil solución.
Uno de los enfoques propuestos por el MGAP ha sido la promoción del baño del ganado como estrategia de control, pero Artía descartó su efectividad en los casos donde hay resistencia a múltiples principios activos. "No es la solución. Donde hay garrapata, hay resistencia, y si no se cuenta con principios activos efectivos, los baños no sirven de nada", explicó. En su opinión, la clave está en realizar diagnósticos de resistencia para determinar qué productos funcionan en cada establecimiento. "No se puede generalizar. Hay que tratar al 100% del rodeo con productos efectivos según la cepa presente en cada campo", insistió.
La estrategia de combate contra la garrapata ha sido objeto de debate en la Comisión Nacional Honoraria de Sanidad Animal. Algunos sectores consideran que las medidas adoptadas en los últimos años fueron una flexibilización de la campaña sanitaria, mientras que Artía defendió ciertos cambios, como la autorización del traslado de animales infestados a corrales de engorde. "Los corrales son una herramienta eficaz para cortar el ciclo biológico de la garrapata, especialmente cuando se enfrenta a cepas multiresistentes", explicó.
El desafío de controlar la garrapata sigue en pie y requiere un compromiso de todos los actores involucrados: productores, veterinarios y el ministerio. Para Artía, mantener la plaga bajo control permitirá un uso más racional de los principios activos y una mejor protección de los mercados de exportación. "Si logramos un control efectivo, podremos evitar problemas mayores en el futuro", concluyó.