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La garrapata sigue muy fuerte ayudada por el clima

Veterinarios exhortan a hacer buen uso de los específicos

Garrapata,
Ganado. En la zona de garrapata hay que usar la hemovacuna.

La garrapata se puso fuerte y la sequía no la afectó tanto como se pensaba. Esta semana, la Asociación Consignatarios de Ganado marcó en su comentario: “distorsión en las cargas por garrapata”.

“Todos pensamos que por la sequía, el hecho de haber poco pasto y mucha incidencia de sol, podía haber matado mucha larvas, pero la realidad es que después de las lluvias de marzo, se cambiaron los papeles porque el parásito comenzó a apretar”, explicó el Dr. Diego De Grossi, veterinario de libre ejercicio que trabaja en Paso de los Toros y zonas aledañas.

“A los 15 días de las lluvias empezó a levantar la garrapata en muchos lados y se complicó. Pensábamos que estaba controlada, pero no”, agregó.

Las condiciones de humedad y calor favorecieron la eclosión de los huevos y aunque no se vea tanta garrapata sobre el ganado, el problema sigue estando en el campo.

De Grossi consideró que lo que realmente voltea la garrapata es el baño de inmersión y “en muchos campos ya no se usa más. Se aplican ivermectinas, fipronil y otros específicos que van matándola, pero solo una vez que que la garrapata sube al ganado y lo pica”, advirtió el profesional.

Lo que se está viendo en el campo es que el veterinario aplica una ivermectina y al volver a revisar el ganado a los 10 días, la garrapata tratada está muerta, pero hay garrapata nueva que subió al ganado, porque ninguno de estos productos impide que suba.

Revisión. A su vez, desde el norte del país, el Dr. Rafael Carriquiry también reconoció que la garrapata se puso brava, aunque negó que la incidencia sea más fuerte que en otros años.

“En la medida que no enfríe porque no hay heladas, la infestación por garrapata va aumentando”, reconoció el veterinario del Instituto Plan Agropecuario (IPA).

Recomendó a los productores “revisar los planes de saneamiento” y realizar los tratamientos contra las distintas generaciones del parásito. “No hay misterios”, aclaró. Sin embargo, advirtió que “se precisa tener bien claro cuáles son los específicos veterinarios que están funcionando bien en cada establecimiento (sin que se haya detectado resistencia).

Cada predio es una historia distinta y por eso no se pueden tomar las referencias del vecino, ni utilizar el producto que está funcionando bien en la zona”, sostuvo el profesional.

“Hay que contar las garrapatas, tocar los animales para saber qué es lo que pasa luego de los tratamientos. Eso no se hace y es una práctica que se tiene que incluir al momento de evaluar el tratamiento”, agregó Carriquiry. Lo más común es que la gente aplique el tratamiento y espere a ver las garrapatas. “Hay que hacer el tratamiento y a la semana revisar los mismos animales y ver si funcionó. Eso da una orientación de lo que está pasando, no se puede esperar a que no funcione ningún producto”.

Tristeza. Por otro lado, Carriquiry dijo que su percepción, al menos en el norte del país, donde el parásito aprieta fuerte, “es que hay más brotes de tristeza parasitaria”, enfermedades asociadas a la garrapata (babesiosis y anaplasmosis).

En los establecimientos donde se han registrado muerte de bovinos por tristeza parasitaria “hay que establecer un plan de vacunación usando la hemovacuna” para evitar perder más animales.

Los veterinarios insisten en vacunar a los bovinos menores de 9 meses contra la tristeza parasitaria, pero cuando surge la enfermedad los productores se preocupan y quieren vacunar todo, que también se puede hacer. El problema es que en animales adultos pueden haber reacciones y hay que hacer el plan con un veterinario.

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