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La pasión más allá de las cocardas

Tras la decisión de los jurados, surge la emoción contenida tras el trabajo de todo un año. Esto se refleja en las "postales" de Ariel Colmegna que captan ese momento.

 

Sin límites. No hay palabras para definir la emoción de los cabañeros en el momento que se entera que su reproductor fue coronado campeón... Pueden ser los hermanos Rodrigo y Santiago Fernández Abella con varios Grandes Campeones encima. O Diego Albanell y Mauricio Groppo que también han sabido de triunfos. Así como los hermanos Nano y Pepe Alfonso Bordaberry que han subido decena de veces al podio con sus Hereford. O los chicos Leandro y Santiago Oholeguy Astore, festejando este año con una astada de El Baqueano. O Jacques Grumbacher, llegado de Suiza para festejar con su vaca Angus... Todos festejan igual...

Religión. Los García Pintos son muchos... Cada vez más... Y todos corriedalistas. Una pasión por la raza que la toman casi como una “religión”, y que se transmite de generación en generación. Por eso, al ganar el Gran Campeón Corriedale PI, los abrazos se confundieron entre tanta gente que, una vez más, festejó mucho más que una cocarda...

Celebró una forma de vida, de familia, de pasión y de amor a la

Corriedale que se transmite y se potencia.

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Emoción. Una vez un cabañero (el recordado Fernando Alfonso Laurnaga) dijo: “nunca aburre ganar, al contrario, en todo caso es una motivación para seguir apostando a la mejora genética”. Y vaya si es cierto. Ahí está Luis Fernández Echeverría con decenas de cocardas conquistadas y no por ello menos emocionado como la primera. Esta, además, compartida con la familia Pagés que también celebró en la pista...O Nicola De Ángeles que una vez más arrasó con las cocardas de la raza Appaloosa, como desde hace varios años, pero eso no le impidió festejar como que fuera la primera vez...

Por eso no aburre ganar... ¡Qué va a aburrir...” Motiva a seguir...

Pablo Mestre
Pablo Mestre

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