La vigencia de los caballos Criollos

Las ilusiones de mucho tiempo, el sueño de los amateurs, la expectativa de los profesionales y una pista que siempre impresiona, por su tamaño, su impronta y todo lo que ahí se juega. Donde se ven los “pingos”, donde se expone el esfuerzo, donde la entrega y la dedicación se vuelven protagonistas y la fiesta siempre está asegurada.

La emoción de volver, la gente deseando ver los Criollos en acción, la preparación de tanto tiempo, el esfuerzo de todos los actores que son parte de la preparación y entrenamiento de cada animal. Tanto en juego en esos cuatro días que se vibra en cada grito de “puerta” o en cada placa que levanta el jurado.

Después de dos años sin poder realizarse, la Expo Otoño se volvió al Prado con la mayor cantidad de animales, un récord que más de 130 animales estuvieran. Como mencionó Diego de Brum, presidente de la Sociedad de Criadores de Caballos Criollos de Uruguay, fue un placer volver así después de ese tiempo, con tantos animales en pista y también el regreso de los caballos brasileros que dijeron presente, siendo 6 de ellos partícipes de la Clasificatoria al Freno de Oro.

El Prado es una fiesta que no pasa desapercibida nunca y es el lugar al que todos quieren volver. De Brum dijo que “tanto a criadores, cabañeros y también a los extranjeros, les gusta venir al Prado. Este año contamos además con la presencia del Presidente de la Asociación Argentina, Raúl Etchebehere y de los brasileños que no quisieron perderse una nueva edición de la Expo Otoño”.

Fue un trabajo duro y conjunto para que todo saliera sobresaliente y superara expectativas. La puntualidad, la organización y el ambiente festivo de un evento de esa magnitud fue posible gracias al trabajo de mucha gente que coordinó cada detalle y por eso De Brum hizo extensivo el agradecimiento por el esfuerzo a la gente de la ARU que fue pilar fundamental para lograr una fiesta en la Expo.

La Copa VW es sin duda una de las pruebas estelares de la raza y tal como sentenció el Ing. Agr. Jacques Boutmy, Presidente de Exposiciones de la SCCCU, brilló por la enorme calidad de los caballos participantes, tanto en la categoría amateur como en la profesional. La preparación de animales y jinetes hicieron de esta edición de la Copa VW un evento único de la raza Criolla.

La entrega de premios hizo honor a la importancia de la competencia, como recordó Boutmy fue una entrega de premios con un ambiente festivo, donde se alentaba a los ganadores y se celebraban los logros. Allí se hizo entrega del premio máximo que se da en la raza que es una camioneta VW para el primer puesto de cada categoría. En este caso fueron, en categoría profesionales: “Porá Fastidio” con la monta de Mauro Villamor y expuesto por Carlos Parietti Henderson, con una media de 13.589 puntos, y en categoría amateur, “Gringa Salvaje”, con la monta de Franco Rodio y expuesta por Fernando Rodio Stábile, con una media de 14.650 puntos.

En diálogo con Franco Rodio, ganador de la categoría Amateur, se mostró muy emocionado y agradecido a su familia y amigos que hicieron posible este triunfo que lo definió como “algo espectacular que no voy a olvidar nunca más, en mi primera vez corriendo en el Prado y lograr el primer puesto”. A pesar de la emoción señaló que las expectativas eran grandes por la historia de la yegua que el año pasado corrió la Copa VW y por bienestar animal debió abandonar el sábado y por eso las ilusiones y esperanzas eran enormes.

Al hablar de entrenamiento, Rodio destacó sobre todo la disciplina, constancia en el día a día, buscar la evolución y cuidando al animal para que llegue en condiciones físicas óptimas. “Gringa Salvaje” tuvo un entrenamiento casi sin pausas, la volvieron a agarrar en enero, luego del ciclo 2020-2021, y de enero a la fecha “no me le bajé de arriba” dijo Franco. Era todos los días entrenar y entrenar, algún fin de semana de descanso, pero con mucha constancia y dedicación.

El jinete ganador de la categoría amateur está en camino de defender su tesis de grado para recibirse de Ingeniero Agrónomo y esta hazaña, seguro quedará marcada como otro título en su experiencia ecuestre, aunque quizá aún no esté tan consciente de eso porque como el mismo señaló: “todavía no me terminó de caer la ficha de todo lo que pasó, de lo que logré”.

Así como vibra un jinete que está haciendo sus primeras armas en las pistas, también lo hace alguien consagrado y con la experiencia como Mauro Villamor, domador y jinete de “Porá Fastidio”, ganador de la categoría Profesional. Definió a este podio como algo muy especial por todo lo que se vivió y por haberlo logrado con un caballo de Carlos Parietti “quien aparte de ser un gran amigo es mi mentor, gracias a él estoy en los Criollos”. Además, destacó que fue una alegría enorme “haberlo compartido y vivido con la familia, los amigos, los compañeros de trabajo, ver que estaban todos vibrando juntos emociona”.

Al hablar del trabajo previo a la pista Villamor destacó que estas pruebas son de mucha exigencia física y psíquica para el binomio, “los caballos tienen que estar muy bien preparados y los jinetes también. Por esto es clave organizar el trabajo con cuidado planificando a corto, mediano y largo plazo para llegar óptimo a la prueba”. Como mencionó el mismo jinete “si bien la competencia es donde muestro mi trabajo y el de mi equipo es una ínfima parte de lo que hago ya que la clave está en el día a día y los desafíos que presenta. Por esto el objetivo profesional es poder seguir montando y haciendo buenos caballos para competir en las diferentes pruebas”.

“Hay animales que en la prueba se agrandan” y eso fue lo que pasó con “Porá Fastidio”, tal como lo definió Carlos Parietti Henderson, propietario del ganador de la copa VW categoría profesional. “Este caballo fue elegido no por su morfología sino por su genealogía. En la cabaña tenemos varias hermanas de esa misma madre que me ha dado excepcional por ejemplo “Porá Baldomera”, múltiple campeona de paleteadas”. Por ese motivo, agregó Parietti, “guardé este caballo para esta prueba, se lo di a Mauro para que lo domara, lo largamos un tiempo para que madurara y luego decidimos llevarlo a la Copa. Evidentemente uno lo elige por bueno, pero no sabe cómo se va a comportar al momento de competir, y este caballo se agrandó un poco más al pasar cada etapa”.

“La copa VW brilló más que nunca, es una prueba fundamental de la raza Criolla, donde se busca la promoción y formación de nuevos jinetes y nuevos caballos”, así la definió Boutmy. Fue el broche perfecto para coronar una Expo que tuvo de todo e hizo honor a lo que el caballo Criollo trae aparejado y la dedicación y pasión que trae consigo.