Tras la ola de calor generada a mediados de enero, que provocó una mortandad histórica de aves (gallinas ponedoras) el precio del huevo aumentó considerablemente. Hoy los stocks están normalizados, pero un aumento en la demanda ambientó una nueva suba, pese a que se cortó con la exportación para un mejor abastecimiento local.
Joaquín Fernández, presidente de Asociación de Productores Avícolas del Sur (Avesur), comentó que en 2021 y parte de 2020 el sector estaba con una superproducción de huevos y no se pudo aumentar el precio y que, de hecho, bajó.
“Fue un sector que perdió mucho dinero, no se pudieron hacer obras en las empresas ni tecnificar. En fin, fue un año para olvidar”, comentó a El País.
Según explicó, los precios de los insumos, como el maíz, a principios de 2021 estaba a US$ 160 y ahora se habla de US$ 310 o US$ 320. La soja subió entre 60% y 70%. “Y así todos los insumos. Todo eso los habíamos ido absorbiendo con recursos propios, con préstamos en los bancos, para seguir manteniendo la empresa esperando mejores momentos”, comentó.
La superproducción se exportaba para África para mantener la estabilidad. Sin embargo, desde el evento del estrés calórico (que ocasionó la mortandad de casi 400 mil gallinas) la producción se normalizó pero se continuó abasteciendo al mercado. Hoy se cortó momentáneamente el flujo exportador, pero con el aumento de la demanda los precios van a aumentar, aunque “son valores normales y coherentes que el productor y el sector necesitaba”.
“No son precios abusivos ni precios extremadamente elevados. Son precios que corresponden a los valores de los insumos y a cualquier empresa. En ningún momento se estaba aprovechando esa posibilidad del problema que tuvimos para que se regulara”, indicó.